THE BIGGEST CHALLENGE OF LIFE IS TO LIVE

Capítulo 10.- OJALÁ

Narra Malú:

Estaba a segundos de abrir aquel sobre que iba a decidir lo que haríamos más tarde. 

Por una parte no estaba segura de querer abrirlo o no. ¿Qué haríamos si no era compatible? ¿Se enfadaría Alex conmigo? ¿La perdería para siempre?

Me decidí a abrirlo por fin ante la espectación de todos...

Cerré los ojos y respiré profundamente. Empecé a leer cada una de las pruebas que me habían echo. Iba llegando al final. Cada vez más y más nerviosa. 

No. No era compatible. No pude evitar echarme a llorar. ¿Qué haríamos ahora? ¿Quien serviría de donante para Alex? Yo en el fondo sabía quien sería compatible, pero no creía que a Alex le hiciera mucha gracia...

La abracé con fuerza y le pedí perdón. En el fondo sentía que todo aquello era culpa mía.

-Bueno, y ahora Alejandra, ¿sabe usted de alguien que pudiera ser su donante?

-No doctor...solo tengo a mi hermana y no pienso meterla en esto.

-En ese caso...

-Alex, si hay alguien-solté de repente aún sabiendo que no le iba a gustar lo que yo iba a decir

-¿Qué dices Malú? ¿Quien?

-Pues... tu... tu padre Alex

-Ah no. No, no y no. 

-Alex, piénsalo bien, si no encuentras un donante puedes enfermar más...

-Me da igual. No le voy a pedir a mi padre que sea mi donante. Nunca. No.

Alex era muy terca. Sabía que no iba a ser nada fácil convencerla. Pero tendría que intentarlo por que era lo mejor para ella.

-Bueno, yo me haré las pruebas-dijo María,algo dudosa

-¿Pero que dices María, tu estás tonta?-dijo Alex molesta- No pienso dejar que ninguna de las dos pase por esto por mi. 

-Entonces deja que sea tu padre el que lo pase Alex, recapacita. -era en lo primero en lo que estaba de acuerdo con María. 

-¿Os importa dejarme sola un rato?

-No, claro... -contestó entonces María.

-Tu no,Malú.

Noté que María se había ido enfadada por esto último. No tenía ni idea a qué había venido. 

-Quiero salir de aquí, Malú. Quiero ver a mi hermana, saber que está bien. Quiero volver a Madrid y seguir cantando. Es como si de repente mi vida se hubiera parado en seco por no haber pensado en lo que hacía. Casi tiro por la borda todo lo que había conseguido hasta ahora y no, yo no quiero eso. Por favor, sácame de aquí.

-Escucha Alex, lo importante ahora es que tu te pongas bien. Si no hubieras hecho lo que hiciste no sabríamos de tu enfermedad y para cuando nos enteráramos podía ser tarde. Si quieres que te saque de aquí deja que llame a tu padre y que hable con el para que sea tu donante. Cuando tramitemos todo y tengas el transplante asegurado te sacaré de aquí y podrás ver a tu hermana. Te aseguro que volveremos a Madrid en menos de lo que te esperas, y que podrás volver a hacer lo que te gusta muy pronto, pero no seas tonta, hazme caso y habla con tu padre, por favor. 

-Está bien...-contestó a regañadientes- Pero me prometes que cuando todo el papeleo esté hecho, si es, claro, que el quiere hacerlo, me llevarás con mi hermana y luego todo será como antes?

-Las promesas atan, Alex. No puedo prometerte nada. Solo te digo que haré todo lo posible para que estés bien y para que recuperes tu vida de antes lo más rápido posible. 

La abracé y no dije nada más. Me limité a cantar la canción de "Vuelvo a verte". Por lo menos así nos alegraríamos un poco. 

Un rato más tarde salí de la habitación y me puse a llamar al padre de Alex. Enseguida me contestó y le conté todo lo que había pasado. 

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Narra Alex:

Estoy confusa. Recuerdo cuando me dijeron que mi hermana estaba en coma. Recuerdo que salí del hospital y corrí. Después ya no me acuerdo de nada. Tenía unas enormes ganas de echarme a llorar. Había estado a punto de echarlo todo a perder,en vez de apoyar a mi hermana como ella realmente lo merecía. No me hacía especial gracia el tener que hablar con mi padre para que fuese mi donante. Yo sabía lo de mi enfermedad por que la tenía mi tía. Ella había estado a punto de morir por ello. Sinceramente me daba mucho miedo el echo de tener que enfrentarme a tal cosa. Me daba miedo que la operación saliera mal y que no pudiera volver a abrazar a aquellos a los que más quería. Una de las muchas cosas que se me pasó por la cabeza fue María. ¿Se supone que ahora era mi novia? Estaba tan confusa... Realmente yo no sabía lo que sentía. No era capaz de expresar con palabras la de cosas que sentía y que pensaba. Era demasiado...

Alguien llamó a la puerta de la habitación del hospital. Que raro... Malú y María hubieran entrado directamente, pero la persona que estaba detrás de la puerta no lo hizo, por lo que pude deducir que era alguien a quien yo no esperaba. 

-Vaya, lo que me faltaba.- dije en alto al abrir la puerta

-Por favor. Escúchame. Estaba muy preocupado por ti. Me enteré de lo que te había pasado por que Edu estaba muy afectado. Lo siento por lo de tu hermana. De verdad. Solo he venido para saber como estabas. Solo quiero verte bien.

-Pues ya lo ves, estoy perfectamente, gracias. Ya puedes irte.

-Alex, por favor... ¿No piensas perdonarme?

-Si, ale, perdonado. Ahora vete.

-Alejandra, en serio. Quiero que me des una nueva oportunidad...

-No Manuel, no puedes cambiar. No vas a cambiar nunca. Estoy segura de que si lo hiciste una vez puedes volver hacerlo 2 o incluso 3 veces más. No. No estoy dispuesta a perdonarte, ni a pasarlo mal. Hubieras pensado las cosas antes. Ahora si, vete. 

Le cerré la puerta y me concentré en otra cosa para no escuchar lo que decía. Necesitaba cantar. Tenía una necesidad gigantesca de sacar fuera todo lo que me atormentaba. Pero sabía que allí en el hospital no podría hacerlo. 

Decidido, me iba. Cogí la ropa que me habían dejado a los pies de la cama y me vestí. Solo pretendía ir a dar una vuelta hasta algún parque cercano. Solo para cantar un rato.

Salí del hospital como pude, intentando que ni María, ni Malú ni mi médico me vieran. Aun que estaba claro que si entraban a la habitación se iban a dar cuenta. 

Iba andando por la calle cuando empecé a sentir un fuerte dolor de hígado. Era como si me estuvieran cortando con un cuchillo muy afilado. Me dolía muchísimo. Empecé a marearme. Quise pedir ayuda pero no me dio tiempo. Sentí que me desmayaba hasta que finalmente caí al suelo. Recuerdo que pensaba: "Ojalá me encuentren rápido".