Que humillante había sido la noche anterior, debo ser honesta y decir que esperaba un poco mas de ese pobre chico.
De tan sólo ver mi cara en el vídeo se nota que mis gemidos eran fingidos pero el idiota se le ve hasta orgulloso de si mismo, me dispongo a levantarme y buscar mis pertenencias las cuales están regadas por todo el suelo de la habitación. Eliminó el pequeño vídeo inapropiado en el celular del hombrecillo y me retiro al campus.
Toco la puerta de mi habitación porque creo extravíe las llaves nuevamente.
-Jhim ¿De nuevo?- Escucho detrás de la puerta a Hannah con la mirilla oscurecida y posteriormente me deja entrar.
Hannah estaba dormida se le nota con todos esos cabellos como esponjas alambres. -Creo que las deje por aquí- mentira -Deben estar en los vaqueros que use ayer amiga no me odies.
-Si te odio- gruñe -me despiertas un domingo a las 7 de la mañana, cualquier ser en el planeta te odiaría- dice al tapar su cara con las almohadas.
Hannah es muy niña buena, ni siquiera el hecho de estar en la universidad frente a el dormitorio de los chicos y sin que sus padres la visiten no mas que dos veces por año se termina de rebelar, la amo pero muy santa para mi gusto. - Stheven lo tiene así- Hago la típica señal con los dedos para decir "pequeño, minúsculo y deprimente". Hannah de reojo ve mi seña y se hecha a reír.
-Te lo dije, además existen los rumores.- Se quita la cobija de encima.
Decido no explicarle lo del vídeo porno que elimine y solo me limitó a ofrecerle pequeños detalles bueno no tan pequeños como su amiguito.
Al casi caer el mediodia Hannah y yo quedamos en almorzar juntas. Pasa el día y sin mayores detalles da comienzo a otra semana en Mounsters University, de tanto monstruo que hay por acá. Yo debo salir del campus para conocer chicos debido que en Yale sólo se me dan malas experiencias.