Autumn. [One-Shot].

Solamente.

—no sé que está pasando —susurró Ladybug desde la cama del Agreste, rodó por ella desesperada, el chico la admiraba con una pequeña sonrisa, amaba su actitud infantil que daba a relucir en ciertas ocasiones —¡Dime que hacer Agreste!

—pués no sabría decirte.

—es desesperante estar con él —musitó cubriendo su rostro —cada vez nos soportamos menos, cada vez siento que me ama menos —explicó tratando de simular ser fuerte —Firefox es un infeliz —un sollozo se escapó de su boca, pataleo angustiada.

—Ladybug —se sentó a su lado —no llores —trató de consolar.

—es difícil no hacerlo Adrien —abrió sus ojos, sus iris azules brillaban por las lágrimas -ni siquiera entiendo mis sentimientos —se mordió el labio inferior —Adrien ¿Crees que no valgo la pena? —preguntó.

—¡que tonterias estas diciendo Ladybug! ¡eres perfecta! quien no sepa admirarte es un idiota —acarició su mejilla, la moteada se sonrojo ante tal acción, esbozó una sonrisa —.vamos, no te pongas triste por él, tienes a este bello amigo —su estómago se contrajo por sus palabras, odiaba eso, fingir solamente ser un amigo de su Lady.

—gracias —tragó saliva, admiró sus orbes esmeraldas, se sentó en el lecho del chico y beso su mejilla, ambos se sonrojaron, la azabache giro su rostro apenada, Adrien sonrió tontamente —creo que es hora que me marche —se levantó tomando su yoyo -¿Nos vemos luego?

—la ventana siempre estará abierta para ti —sonrió —no te preocupes por Firefox, tú mereces mucho más.

Ladybug se sonrojó, no podía evitarlo, seguía enamorada del Agreste, aunque su relación mejoró conforme a los años, los sentimientos seguían ahí en su corazón, aguardando, creciendo. Por su parte Adrien, agradecía poder conocer a su amada en su forma civil, desde que su compañera de batallas inició una relación con el zorro las cosas entre ambos eran muy frías.

—te veo luego —dicho esto se marchó por donde había ingresado horas atrás.

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El suelo de las calles de París, hojas secas se hallaban por doquier, por ser otoño; pies despistados que provocan que estas crujan al destruirse, pocos le toman atención a esto, pues solo eran hojas sin vida. Miles de corazones se rompen ya que son igual o más frágiles que esas hojas naranjas que caen de los productores del aire vital.

Adrien caminaba con la cabeza gacha, pensaba en lo ocurrido en su sección de foto, suspiro repitiendo la voz de su padre con cierta molestia.

—¡buuu! —exclamó una voz femenina, Adrien se exalto al ver a la chica moteada, Ladybug cubrió su boca soltando una pequeña carcajada —Adrien Agreste ¿Qué hace tan despistado? —inquirió —alguien lo podría secuestrar hombrecito —despegó una de sus manos el cable de su yoyo y golpeó su hombro.

—pero si te tengo para cuidarme.

—no es verdad, es la primera vez que te sigo.

—¿Crees que no me he percatado de las múltiples veces que me sigues?

—pensaba que no te dabas cuenta de nada —sonrió —te creía más zoquete —hizo un puchero para después brincar y quedarse a su lado —eres malo.

—¿Qué hice?

—deberías de mantener el secreto, no deberías saberlo.

—disculpa por poner un poco de atención.

—disculpado —sonrió —no sé, pero siento que en cualquier momento te pondrás a cantar.

—esto es una película —pronunció —no me apetece cantar, estoy agotado —extendió sus brazos mientras soltaba un sonoro bostezo.