El Niño.

     Hoy me he mudado a una nueva casa después de haber vivido por muchos años en otro barrio aunque esta casa no me de una buena sensación pero,  debo mostrar casa de felicidad para no disgustar a mis padres porque están muy felices por su adquisición. 

     Mamá: — Chicos esta casa es muy hermosa y grande, estoy muy feliz de haberla comprado —

     May: — Si mamá es muy linda— Digo con una risa fingida. 

     Mamá: —Vamos a entrar, estoy muy ansiosa de acomodar las cosas para comenzar a vivir en esta hermosa casa— 

     En el momento que entré pude notar una extraña sensación sin embargo lo ignoré y seguí ayudando a acomodar las cosas.

      Laura:  —   Mamá, yo quiero el cuarto de abajo—  Dijo contenta. 

     May: —¡Noo!, ese lo quería yo. El de arriba no me gusta para nada, me asusta— 

     Laura: — Para nada, yo lo vi primero— Frunció el ceño. 

     Mamá:  — Ya chicas dejen de pelear. May toma la habitación de arriba ya estas muy grande para estar asustándote, le dejaremos la habitación de abajo a tu hermana menor así estará más cerca de nosotros. 

     May: — ¡Esta bien!— Dije mientras me dirigía molesta hacía mi nueva habitación.

      Mi cuarto era espacioso y tenía un gran ventanal el cual me transmitía un miedo intenso, sentía que alguien vendría corriendo a agarrarme incluso, me sentía observada. Seguí ordenando mis cosas y puse en la repisa un viejo muñeco todo sucio que me había dado mi viejo amigo el cual había fallecido 2 años atrás. 

     May: —¡Oh vaya!, esto me trae recuerdos.   — Dije mientras sonreía 

     Mi mamá me llamo para cenar para así poder irme a acostar, ya que a la mañana siguiente iría a saludar a mis vecinos. La noche paso muy rápido y mi mente sólo pensaba en como sería el día de mañana, qué sorpresas traería y si haría amigos. 

Pero, nunca me imagine que algo cambiaría y que me afectaría tanto.