Una mañana envuelta en las sabanas y con el sol pegandole en la cara estaba Daniela, o como todos le dicen, Calle. Tratando de luchar contra el sueño, busca entre sus cosas en la mesita de noche a lado de su cama su celular, y en el ve un mensaje:
Buenos días criaturita hermosa
Calle sonrie a la pantalla. Era un mensaje de Poché.
Buenos días enfadosa, contesta Calle.
Ambas se volvieron amigas por formar parte de un grupo de jovenes que asistian a clases de una escuela de teatro musical en donde practicaban distintas actividades, como danza, teatro, canto, entre otras.
Lo curioso es que en realidad se podria decir que se volvieron amigas cuando juntas fueron a buscar a Justin Bieber, y terminaron teniendo entradas para conocerlo.
Pero su amistad se fortalecio y se volvieron mejores amigas cuando fueron a Los Angeles a un campamento de baile. Fue increible. Conocieron a bailarines profesionales y famosos y llegaron a hacer muchas amistades.
Mientras Calle se terminaba por despertar, Poché por el contrario se había levantado temprano para practicar algunas corogreafias. Juntas iban a participar dentro de poco como bailarinas en un concierto.
Enfadosa yo? Mejor dicho 'Puntual, cumplida y responsable'
Llegare en una hora. Te llevare el almuerzo.
Poché sonrio, y sintio algo en el estomago. No, no era el hambre. Era una sensación extraña y fuerte, que tenia ya varios dias ocurriendole, pero no entendia que era. Sin prestarle demasiada atención, regreso al baile.
Bailar era algo que le apasionaba asi que se perdio en el tiempo. Cuando menos penso escucho una voz que le hablaba y voltio. Era Calle, pero hoy se veia ... distinta.
— Hola Poché
— Hola.
— Te traje el almuerzo. – Dijo Calle mientras saludaba con un beso en el cachete a Poché. Esta sintio la suave piel de su cara contra la suya que estaba mojada en sudor.
— Muchas gracias. Te la debo.
— No es nada.
Y ambas voltearon a verse con una sonrisa que duro más tiempo de lo que debería. Calle corto el momento bajando la mirada y diciendo:
— Ok, empecemos. O mejor dicho, yo empiezo. Ayer nos quedamos en ...
— ¿Te hiciste algo diferente? – Interrumpió abruptamente Poché a Calle. — Es que te ves ... Diferente.
— ¿Eso significa algo malo?
— No! No, para nada. – Contesto rapidamente Poché. Y con la mirada timida prosiguio: — Te ves muy bien, la verdad. Te ves hermosa.
Calle no pudo evitar sonreir. Bajó la mirada y son una pequeña risa contestó:
— No me hice nada. Pero gracias.
Se volvieron a mirar y esta vez todavía por más tiempo. Sus ojos se entrelazaron como dos cadenas imposible de romperse.
Dentro de su transe se escucho un estruendo, ambas voltearon rapidamente a ver y se dieron cuenta que eran los demás bailarines que empezaron a entrar al salon y azotar sus mochilas contra el piso; llegaron cantando, saltando y platicando, lo cual arruino la atmosfera que ambas habían creado.
Poché fue a agarrar su almuerzo y a saludar sus compañeros y Calle se quedo parada en el mismo lugar. No podía evitar sentir un poco de rabia por el hecho de que llegaran ellos y no las dejaran solas. Quería estar a solas con Poché.
Y en ese momento un pequeño pensamiento nació dentro de Calle "desearía que su mirada me pertenecería". Pero así como llegó ese pensamiento, inmediatamente lo apagó. Sacudio su cabeza, tomó un trago de agua y se dispuso a comenzar.
