Lower

Acquainted.

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28 de diciembre, 2016

El viento frío congelaba sus manos ensangrentadas, su nariz rota por el golpe izquierdo que recibió sangraba empapando su camiseta de color gris. Sus puños más apretados de lo normal incitados a saciarse con el flujo del idiota que permanecía aun en pie delante suyo.

Aunque su cuerpo quería rendirse, su alma de competidor tenía la fuerza para mantenerlo en pie. Sus ojos recorrían la gran cantidad de personas que se presentaban en este tipos de eventos ilegales. Peleas clandestinas, un lugar donde apostaban al más fuerte y vaya que ganaban dinero. Jungkook sabía de eso más que bien, cada viernes por la noche después del trabajo asistía a esas peleas, sus cicatrices lo demostraban. Sin embargo mantenerse físicamente activo era lo mejor, sus brazos bien marcados y sus piernas firmes, aumentaban el número de apuestas en su nombre; YugGuk, no le beneficiaba que la gente sepa su nombre real y usualmente vestía con un pasamontañas a la hora de pelear dado a lo peligroso que es el exponer su cara en ese tipo de concurrencias.

Trabajaba junto a su padre, el CEO mas importante de Corea, en la empresa de entretenimiento sm entertainment, su puesto era directamente la herencia de este empresa. Su padre, odiado por muchos y amados por otros, creo esta empresa y la ha empeñado a lo que es el día de hoy. Conoce a todos los artistas que vagan por ella, hasta los rookies que aun no debutan. Su trabajo es buscar a los mejores empleados de la mas alta categoría. Sin embargo su padre no sabe lo que su apreciado hijo hace los viernes en la noche.

Jungkook no tenía tiempo para pensar en su padre ahora, su oponente firmemente le había golpeado la boca del estómago dejándolo con una falta de respiración momentánea. Sus labios botaban la sangre de su nariz combinada con saliva que emanaba, estaba agitado y sus manos seguían congeladas. No sabía que técnica ocupar, sus pies firmes en la tierra mojada, empezaban a moverse para mantener el ritmo. Sus piernas temblaban por lo helado de la atmósfera, sin embargo sentía tantas ganas de golpear al imbécil frente suyo y lo que menos le importaba era el frío.

Lanzó su primer golpe con su derecha, golpeando bruscamente el pómulo de su contrincante. El choque salvaje de su puño impulsó a su oponente para luego caer de manera abrupta en la tierra húmeda. Su cuerpo se movió rápidamente hasta quedar arriba del otro golpeando cinco veces más su cara que se llenaba de color rojo a medida que propinaba el siguiente choque con su puño. Jungkook, no queriendo cometer un asesinato, paró sus puños dejando en el suelo a su ahora demacrado oponente. La campana sonó marcando el fin de la pelea y siendo campeón por segunda vez en la noche.

El reloj marcaba recién las once, le quedaba un duelo más por enfrentar, sin embargo tenía una hora de descanso dado a las dos peleas consecutivas que dio. Fue directamente al club el cual rodeado de autos y motocicletas servía con la misma excelencia de siempre, el local era lujoso y simple, mesas y sillas de metal componían la mayoría del recinto junto con la barra la cual siempre se llenaba para ver el espectáculo que el barman ofrecía a sus clientes, había un pequeño escenario para las noches de karaoke y una gran pista de baile al lado de la barra.

Nunca tomaba más de una cerveza en la noche, trataba de mantenerse lo más sobrio posible para así ganar todos sus duelos. Sus ojos recorrieron el lugar que se llenaba más a medida que la noche avanzaba, fue a parar en la punta de la barra llamando la atención de su amigo de infancia Hoseok, el cual poseía este club. Unieron sus manos en un saludo y se sonrieron mutuamente.

—¿Vas a pedir lo mismo de siempre? Hoy tenemos un especial de mojito, se cuanto te gustan estos. —Le conversaba de forma alegre su amigo.

—Iba pedir una cerveza, pero prefiero ese especial que tanto dices, quiero solo un mojito, dentro de una hora tengo el último duelo y quiero al menos llegar sobrio a mi casa. —Dijo, para luego soltar una carcajada junto a Hoseok.