Cap. 1 Felicidades...

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Desperté como siempre temprano pero esta vez en otra casa, la de mis padres. Deanna también durmió aquí. Había cumplido años, 23 para ser exactos, el día anterior y me hicieron una fiesta sorpresa por lo cual me quede ahí.

—Kevin, hijo ven a desayunar

Baje las escaleras directo al comedor, un delicioso olor me llegaba hasta las narices conforme iba caminando.

—Ya voy, omma —le respondí.

—Mi hijo ya es un año mas grande

—No me hagas sentir viejo, omma —le dedique una sonrisa.

—No lo hago, tu siempre seras mi bebé

—Un bebé muy grande —dijo burlona mi querida hermana mientras bajaba las escaleras—, mi hermano ya creció, omma y ya tiene que buscar con quien casarse

—Ay pero solo si me gusta como nuera, Deanna a ti no te digo nada porque tienes a tu novio que es un buen chico

—Y próximamente mi esposo —muestra su sortija.

—Wow, felicidades hermana —me sorprendí.

—Gracias, pero si deberías ya pensar en eso

—Creo que después

—Eso es lo que dices hijo y no te conozco a ninguna chica —respondió una voz detrás mío. Era mi appa.

—Pues...tengo amigas aunque no son muchas

—Pues ojala ya veamos a una

—Aun no, no lo se

—Ay hermano, bueno no te preocupes tanto

—Sí

♕♡♕

—¿No has visto a Soohyun? —pregunta Kiseop.

—No, creo que estaría en una junta

—Cierto, ¿los socios extranjeros?

—Sí

Eli se acerco a nosotros.

—Chicos, hay otra junta programada para el próximo mes

—Esta bien, Eli

—Tendremos que estar ahí nosotros

—Genial, dicen que tienen unas secretarias tan...—Kiseop se muerde el labio.

—¿Alguien dijo secretarias? —apareció Jaeseop. Recuerden que nadie debe meterse con sus empleados.

—Fue Kiseop, Jaeseop —le respondí haciendo le una mirada de "no te metas con empleados, ¿cuántas  veces lo debo repetir?".

—Olviden las —creo que si me entendió ya—, he escuchado que tienen una empresaria tan sexy —creo que no.

—Ya quiero que sea ese día —comentaba Eli.

—Yo igual —le siguió Kiseop. Todos eran unos casanovas de lo peor.

—Buen día, por fin los encuentro —Dongho vino a nosotros.

—Buen día, Dongho

—Hola, tenemos que apurarnos para despedir a los extranjeros

—Vamos

—Brindemos por nuestro buen negocio

—¡Sí! —alzaron sus copas.

Un amor desorientadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora