2

10 1 0
                                    


Después de todo es verdad, aquello de las historias que otros cuentan.

El frío es blanco, pero te abraza y te cubre como el rocío que, él mismo, suelta despacio por la mañana.

Yo conocía el frío, pero no tan intensamente: conocía su color y su brillo, pero nunca, jamás, lo había sentido. No como ahora. Nunca, hasta hoy.

¿Tienes frío? Luces como aquel que tiene frío.

Tu piel blanca, tus labios violetas. Esa mirada perdida, esas manos inmóviles, me dicen que tienes frío.

Y si esto es el frío, mis piernas adoloridas, mi rostro lagrimeando, entonces no sé si quiero sentirlo; porque tus ojos apagados susurran perdón, y tus labios parecen a punto de hablar, ahora de color azul.

¿Por qué lo hiciste? Quiero gritar. ¿Por qué cuelgas? ¿Por qué no me hablaste? ¿Por qué en tus ojos no veo un te amo final?

Pero decidiste irte sin mí.

Y en tu rostro no hay un perdón.

Aunque ahora cuelgas de un árbol

con una soga, en un nudo,

arañando tu cuello

blanco y helado. 

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jun 05, 2017 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

BurdeoWhere stories live. Discover now