Capitulo uno

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Mi nombre es Patricia O'Brien

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Mi nombre es Patricia O'Brien. Vivo en Santa Bárbara, tengo diecisiete años y voy al College Santa Bárbara. Este será mi último año y espero poder ingresar a unas de las mejores universidades de nueva York, tengo varias opciones pero aún no me he decidido. Aún me faltan enviar algunas solicitudes.

Como podrán darse cuenta no soy muy alta que digamos, apenas llego al metro sesenta. Tampoco tuve la dicha de ser bendecida con un cuerpo de infarto o bien proporcionado pero bueno, es lo que hay. Lo único que agradezco a mi madre es haberme heredado sus lolas. Si, como ven es lo único bueno en mi. ¿Aunque les soy sincera? No me gusta mostrar. Más bien soy una chica reservada. Ropa holgada, gafas rojas, cabello castaño corto, hasta por arriba de mis hombros. La típica chica nerds. Como mis amigos me llaman "ratón de biblioteca".

No me quejo. Tengo las mejores calificaciones de todo el colegio. 

No pertenezco al grupo de los populares por ser una de las chicas perfectas sino más bien por ser la mejor amiga de él. Si. Él. ¿Ven a ese chico, allá parado con los brazos cruzados, todo relajado, vistiendo unos jean que se ajustan en las partes precisas de sus piernas, con una camiseta mangas cortas blanca?. Bien. 

Les presento a Terrence Grandchester o Terry como los más cercanos lo llamamos

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Les presento a Terrence Grandchester o Terry como los más cercanos lo llamamos. Es el jugador estrella de la escuela y mi mejor amigo. Es el chico por el que todas mueren y quisieran salir con él aunque solo sean por unos minutos. No es mi caso... Bueno, no lo era hasta hace solo dos meses. Cuando comencé a verlo de una manera taaan malditamente distinta para mi desgracia. Lo sé...lo sé... Es imposible no fijarse en él. Más cuando te mira con esos ojos preciosos azules tan intensos. Quedas tontamente cautivada al momento. Y esos brazos firmes y bien tonificados. Y cuando sonríe. Aaaaaah... (suspiros y más suspiros). Si, lo sé. Soy patética.

Ahora sólo trato de disimular cuando se me acerca y me abraza. Es imposible pero lo hago.

Y bueno, como les venía contando, todas quieren ser mis amigas sólo para que las ayude con él porque de otro modo ya me hubieran aplastado como una rana.

Hoy fue mi primer día de clases y ya estoy asqueada de ver a estas idiotas babear por él. Pero ni modo.

Apuro mi paso y me acerco a donde está rodeado de las porristas y las chicas más lindas del colegio.

—Hola tú—le digo dándole mi mejor sonrisa y un golpe en el brazo.

—Hola nena.—me responde dándome un abrazo de oso. Me envuelve en sus brazos y puedo sentir la colonia cara y el aroma a jabón que desprende su cuerpo e invaden todos mis sentidos. Es taaaan adictivo. Pero luego sacudo mis pensamientos y me separo.—¿que tal tu primer día de clases?

—Bien. ¿a ti cómo te fue?

—Normal.—dijo encogiéndose de hombros.

—¿Nos vamos?—le pregunto ya que vivimos al lado. Somos vecinos por cierto. Él siempre me lleva y trae del colegio ya que mis padres no me dejan conducir a pesar de que ya tengo edad suficiente para hacerlo.

—Si.—las chicas me fulminan con la mirada. No me importa él está conmigo, es lo que cuenta ¿o no? Jamás me ha hecho a un lado por ellas. Es demasiado protector conmigo. Me trata como si fuera su hermana pequeña.—nos vemos mañana.—se despide de ellas regalandole su encantadora sonrisa.

—Si cobraras por sonreirles podríamos ahorrar bastante para la universidad—le digo con todo inocencia. Él rió abiertamente y me revolvió el cabello como siempre lo hacía. Odiaba que hicieran eso pero como era él, no decía nada.

—Eres muy graciosa ratón.—ay Dios ese apodo. Ruedo los ojos. Sé que lo dice con cariño.

—Los chicos harán una fogata el viernes.—comenté.

—Si. Algo escuché.

—¿Piensas ir?—a él no le gustaban esos tipos de fiestas y obviamente a mi mucho menos. Siempre terminaban con pleitos y la policía de por medio. Preferíamos quedarnos en casa, ya sea la de él o la mía, y ver películas de terror mientras comíamos pizzas hasta no dar más.

—No. Sabes que no es lo mío—sonreí para mis adentros.

—Podemos reunirnos en casa, si quieres y ver películas.

—Estaria bien.—subimos a su coche. El viaje fue en silencio como siempre. No hablábamos sólo escuchábamos a nuestras bandas favoritas. The Rolling Stone Y Guns N'Rose.

.......

Llegamos a nuestras casas. Nos despedimos.

Entré rápidamente a casa. Mi mamá como siempre en la cocina tratando de deleitarnos con sus platos gourmet. Un desastre, la verdad hace seis meses que comenzó con el arte culinario y hasta ahora no hemos visto sus frutos.

Mi padre por su parte, él llega de su trabajo, es contador público y trabaja en el banco de la ciudad. Se pone todo cómodo, pantuflas y bata, toma el periódico y se sienta con las piernas extendidas y cruzadas sobre la pequeña mesa de la sala hasta que es la hora de la comida, es su típica rutina diaria.

—Hola mamá, hola papá.—saludé y subí a mi habitación.

—Deberias hablar con Patty más seguido.—escuché decir a mi padre.

No le di importancia y cerré la puerta.

La relación con mis padres era mínima. Salía del colegio tarde por lo que nunca pasábamos mucho tiempo juntos ya que prefería salir por ahí con Terry.

Arrojé la mochila en un rincón de mi cuarto. Tomé mi laptop. Googlee "como decirle a mi mejor amigo que me enamoré de él" di Enter y salieron miles de sugerencias. Busqué en la primera. Para cuando iba a leer la primera frase escuché unos toques en mi puerta. Mi madre. Inmediatamente cerré mi ordenador.

—¿si?

—¿Cariño, podrías ir por unas latas de atún al supermercado?

—Ahora voy.—mi madre no podía ser más inoportuna.

Bajé, tomé la plata y salí en mi bicicleta playera rosa.

Cuando salía vi dos camiones de mudanza en frente. Es una de las casas más bonitas de nuestra cuadra. Hace unas semanas que la estaban remodelando y ahora entiendo porque...

—Nuevos vecinos. Sólo espero que no sean como el viejo antisocial que vivía antes allí.—pensé. Sin darle más importancia me apresuré por el pedido de mi madre.

....

No me demoré, sólo tardé quince minutos y volví a casa.

La cena como nunca, estuvo exquisita. Mamá hizo una rica tarta de atún. Era lo que mejor le salía.

Después de eso tomé una ducha. Terminé con mi tarea y me acosté. Mañana sería un día más aunque algo diferente. Está vez intentaré decirle a Terry sobre mis sentimientos.

Continuará...

Espero que sea de su agrado.

Este será un minific antes de subir los capítulos de una apuesta peligrosa.

Espero que sea de su agrado.

PATTY, una chica diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora