ALEXANDER
-Andate a la mierda Alexander, y la idea ridícula que tienen todos de que comparta mi vida con alguien como vos también. –
Después de decir eso se fue sin mirar a nadie. Por mí que se vaya, no me interesa que alguien como ella venga a darme lecciones de como tengo que hacer mi trabajo. Hace años que estoy al frente de la empresa y siempre supe llevarla bien mientras la señorita se la pasaba paseando por el mundo y ahora se hace la interesada.
-Creo que mi nieta tiene mucha razón en lo que dijo.- dijo el señor Carlos Sabatello, levantándose de su asiento.
-¿Cuándo dijo que soy idiota, ególatra y maleducado?- me afloje la corbata mientras empezaba a ordenar mis carpetas. Toda la reunión había sido un completo desastre y tenía una responsable.
-No Alexander, cuando se refirió a la situación de la revista.- me contestó.
-Yo también estuve pensando en lo que dijo, y tengo que admitir que lo que plantea tiene mucha lógica.- habló mi abuela ¡genial! Encima los convenció a todos –"BellaDonna" siempre se destacó de la competencia por la calidad de su contenido.-
-El último número en verdad fue una vergüenza ¿En qué momento la revista perdió la esencia?- la voz de mi madre sonaba angustiada. Ahora resulta que todos están de su lado y yo era el malo de la película.
No quería escuchar más a nadie, la rubia había logrado arruinarme la mañana, salí de la sala de juntas y me dirigí a mi oficina.
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Había pasado el resto del día trabajando en mi oficina, no recibí a nadie porque no quería que me molestaran. Aunque intenté concentrarme en lo que estaba haciendo en todo momento volvían a mi cabeza esos ojos azules que me desafiaron delante de todo el mundo.
Alguien tocó la puerta y automáticamente se abrió. Menos mal que dije que no quería ver a nadie, pero como era de esperarse mi padre jamás respeta lo que yo quiero.
-Alex, tenemos que hablar.- me dijo mientras caminaba hacia donde estaba.
Suspire con cansancio -¿De qué?- en realidad ya sabía a qué venía. Se sentó en enfrente mío y me miró.
-Lo que pasó hoy...- no lo dejé terminar.
-Lo que pasó hoy, ya pasó y no quiero hablar más de ese tema.-
-No podes hablarle así a la mujer que va a ser tu esposa.- la furia empezó a invadirme, esa palabra me irrita pero más me molesta que me hable como si yo quisiera todo esto.
-Papá yo no elegí nada de esta mierda, si estoy dispuesto a casarme es porque no me dejaste otra opción pero no me pidas que me comporte como un novio enamorado porque eso no va a pasar apenas la soporto. Hoy me hizo perder toda paciencia, intente poner de mi parte y fui lo más amable que pude pero lo único que escuche fueron reproches ridículos de una nena mimada que no entiende nada de este mundo y nos quiere venir a dar clases.-
-¿Terminaste?- me preguntó, lo miré pero no le conteste – No me interesan las excusas Alexander, solo quiero que entiendas que esto es importante para vos aunque ahora no puedas entenderlo. Esa chica es la indicada y no voy a permitir que lo arruines todo solo porque no podes controlar que sale de tu boca.-
-¿La indicada para qué? Estas diciendo estupideces papá.- me levanté de la silla para acercarme a la mesa que se encontraba en la esquina, necesitaba un trago... algo fuerte.
-Hijo ¿Por qué no podes verlo? –Llevé el wiski a mi boca.- Esa muchacha será tu compañera por el resto de tu vida, la madre de tus hijos.- y entonces escupí todo el líquido.
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Casada con mi Enemigo
Teen FictionElla es todo lo que él cree que no necesita... El es todo lo que ella no quiere recordar... Esta es la historia de un reencuentro inesperado que le cambiara la vida a dos jóvenes que juran odiarse pero, como dice el refrán: " Del odio al amor hay un...