Capitulo 10

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ALEXANDER

-Andate a la mierda Alexander, y la idea ridícula que tienen todos de que comparta mi vida con alguien como vos también. –

Después de decir eso se fue sin mirar a nadie. Por mí que se vaya, no me interesa que alguien como ella venga a darme lecciones de como tengo que hacer mi trabajo. Hace años que estoy al frente de la empresa y siempre supe llevarla bien mientras la señorita se la pasaba paseando por el mundo y ahora se hace la interesada.

-Creo que mi nieta tiene mucha razón en lo que dijo.- dijo el señor Carlos Sabatello, levantándose de su asiento.

-¿Cuándo dijo que soy idiota, ególatra y maleducado?- me afloje la corbata mientras empezaba a ordenar mis carpetas. Toda la reunión había sido un completo desastre y tenía una responsable.

-No Alexander, cuando se refirió a la situación de la revista.- me contestó.

-Yo también estuve pensando en lo que dijo, y tengo que admitir que lo que plantea tiene mucha lógica.- habló mi abuela ¡genial! Encima los convenció a todos –"BellaDonna" siempre se destacó de la competencia por la calidad de su contenido.-

-El último número en verdad fue una vergüenza ¿En qué momento la revista perdió la esencia?- la voz de mi madre sonaba angustiada. Ahora resulta que todos están de su lado y yo era el malo de la película.

No quería escuchar más a nadie, la rubia había logrado arruinarme la mañana, salí de la sala de juntas y me dirigí a mi oficina.

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Había pasado el resto del día trabajando en mi oficina, no recibí a nadie porque no quería que me molestaran. Aunque intenté concentrarme en lo que estaba haciendo en todo momento volvían a mi cabeza esos ojos azules que me desafiaron delante de todo el mundo.

Alguien tocó la puerta y automáticamente se abrió. Menos mal que dije que no quería ver a nadie, pero como era de esperarse mi padre jamás respeta lo que yo quiero.

-Alex, tenemos que hablar.- me dijo mientras caminaba hacia donde estaba.

Suspire con cansancio -¿De qué?- en realidad ya sabía a qué venía. Se sentó en enfrente mío y me miró.

-Lo que pasó hoy...- no lo dejé terminar.

-Lo que pasó hoy, ya pasó y no quiero hablar más de ese tema.-

-No podes hablarle así a la mujer que va a ser tu esposa.- la furia empezó a invadirme, esa palabra me irrita pero más me molesta que me hable como si yo quisiera todo esto.

-Papá yo no elegí nada de esta mierda, si estoy dispuesto a casarme es porque no me dejaste otra opción pero no me pidas que me comporte como un novio enamorado porque eso no va a pasar apenas la soporto. Hoy me hizo perder toda paciencia, intente poner de mi parte y fui lo más amable que pude pero lo único que escuche fueron reproches ridículos de una nena mimada que no entiende nada de este mundo y nos quiere venir a dar clases.-

-¿Terminaste?- me preguntó, lo miré pero no le conteste – No me interesan las excusas Alexander, solo quiero que entiendas que esto es importante para vos aunque ahora no puedas entenderlo. Esa chica es la indicada y no voy a permitir que lo arruines todo solo porque no podes controlar que sale de tu boca.-

-¿La indicada para qué? Estas diciendo estupideces papá.- me levanté de la silla para acercarme a la mesa que se encontraba en la esquina, necesitaba un trago... algo fuerte.

-Hijo ¿Por qué no podes verlo? –Llevé el wiski a mi boca.- Esa muchacha será tu compañera por el resto de tu vida, la madre de tus hijos.- y entonces escupí todo el líquido.

Casada con mi EnemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora