Capítulo 15.- NO VOY A CAMBIAR

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Esa llamada me dejó algo descolocada nada más preguntar quién era. No era posible.

-Disculpe señorita ¿Sigue ahí? ¿Señorita?

-Ah...si,si...perdone... Estaba distraída.

-De acuerdo. Bueno, ¿entonces acepta la propuesta?

-Si, si. Por supuesto. ¿Cuando sería?

-Cuando usted quiera. Podría ser esta misma noche.

-Es que verá... Prefiero que sea mañana, o tal vez pasado... Estoy a la espera de que me den un alta médica.

-De acuerdo, usted solo llame a este número y dígame cuando le viene bien. Cuídese, hasta pronto.

Y colgó.

Aparté el teléfono de la oreja y me quedé mirando fijamente hacia ninguna parte.

-Eh Alex, ¿Qué ha pasado? ¿Quién era? ¿Estás bien? ¡Alejandra, contesta!- Me cogió por los hombros y empezó a sacudirme.

-Malú, Malú, ¡Para! Si, si, estoy bien, tranquila. Es solo que me he quedado asombrada por quien me ha llamado, nada más.

-Ya estás tardando demasiado en contarme quien era. 

-Era un periodista de una revista. No me preguntes cual, por que no me he enterado de na'- reí. Pedro me ha recomendado, les ha enseñado algunas de las maquetas que le llegaron y ellos quieren hacerme una entrevista y una sesión de fotos para promocionar las canciones que vaya sacando.

Estaba emocionadísima y Malú y mi hermana lo notaron.

-Eso es genial cariño.- dijo Malú abrazándome con fuerza.- Pero... ¿tu crees que te darán el alta hoy o mañana?

-He pensado en pedir el alta voluntaria. Lo cierto es que me encuentro genial, creo que ya estoy preparada. Y oye Sofi, ¿vendrás con nosotras a Madrid?

-Claro que si, eso ni lo dudes hermanita.

La abracé.

-Bueno, vamos a dejarte descansar. Te quiero.

Malú y yo nos fuimos. Me acompañó a buscar al médico para que pudiera pedir el alta voluntaria.

-Disculpe doctor.

-¿Si? ¿Qué querían?

-Verá, quería pedir el alta voluntaria. Me gustaría volver cuanto antes al trabajo.

-¿De qué trabaja? No piense que soy cotilla, es que si es algo que requiera esfuerzo no puedo darle el alta, me comprende ¿verdad?

-Lo entiendo perfectamente. Yo soy cantante.

-Ah, en ese caso se la daré. Si tiene algún concierto es recomendable que no se mueva con brusquedad, se le podrían saltar los puntos...

-Descuide.

-Perfecto, venga a mi despacho, tiene que firmar unos papeles...

Lo seguí hasta su despacho y empecé a rellenar aquellas hojas. Mientras Malú había ido a recoger mis cosas a la habitación. Cuando acabé esperé por ella y fuimos a despedirnos de mi hermana. Iríamos a descansar un rato a un hotel y más tarde vendríamos a visitarla.

Fuimos al hotel Hesperia que nos pillaba más o menos cerca y era bastante bueno.

Cuando llegamos al hotel estaba echa polvo. Me sentía muchísimo más cansada de lo normal, pero a la vez tenía ganas de hacer algo. Nada más entrar a la habitación me paré delante del gigante ventanal que había en aquello que parecía el salón-comedor.

No es que hubiera unas vistas impresionantes, pero me sirvió para pensar en todo lo que había pasado hasta ahora. Cuántas emociones juntas... No pude evitar que una lágrima resbalara por mi mejilla. 

Malú vino hacia mi y me abrazó por la espalda.

-¿Estás bien?

-Si cielo, estoy bien. 

Me giré y puse mis manos en su cuello. Me quedé unos minutos mirando a sus ojos y ella a los míos. Me detuve a ver sus labios hasta que estuvieron tan cerca que ya ni los veía.

Ella ejercía un poder en mi que no era normal. Aún no era consciente de como cambiaría mi vida después de todo aquello, pero simplemente me dejé llevar.

Estuvimos un buen rato sin decir apenas nada. A mi me bastaba con estar tumbada a su lado. Contemplaba poco a poco todos aquellos tatuajes que antes había visto solo en fotos. Me sentía tan afortunada... 

Después de haber descansado un rato decidí ir a ducharme. Después pasaríamos por el hospital a ver otra vez a Sofía y finalmente iríamos a cenar. Quisimos hacer una cena formal después de todo lo que había pasado así que la ropa no podía ser menos. 

Me puse esto: 

Vi a Malú cuando ya estaba lista y quedé perpleja. Estaba aún más guapa de lo que ya era, y ya era difícil...

Llevaba puesto esto:

Si, estaba guapísima.

Pusimos rumbo al hospital y al llegar estuvimos un tiempo con Sofía y Edu. Nos contaron que dentro de una semana le podrían dar por fin el alta a Sofía. Mi día mejoraba cada vez más por momentos. 

Fuimos al restaurante de mi tío sobre las 22:30

Él solía cerrar pronto así que nos dejó las llaves y podíamos cenar allí solas. 

Pero pasó algo que no nos esperábamos. Un montón de flashes nos rodearon de repente. Paparazzis a montones con sus cámaras, sus micrófonos y sus grabadoras. Nos asustamos. ¿Quién les había dado el chivatazo? No sabíamos como salir de aquello, era impresionante la de gente que se había empezado a juntar allí. Estábamos rodeadas. Y quien sabe lo que inventarían al día siguiente sobre todas las fotos que estaban sacando... En menos de un minuto todo se volvió un caos. Luego lo comprendí todo. Si, ya sabía quien había avisado a la prensa, y no me gustaba absolutamente nada. Llamé. Esperaba una explicación al menos.

THE BIGGEST CHALLENGE OF LIFE IS TO LIVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora