Capítulo 24.- SUEÑO DE AMOR

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-Venga va, dime ya que es lo que pasa Sofía, me estás asustando. 

-Ah no, no es nada malo, tranquila. Es solo que...- empezó a ponerse roja, pero roja cual tomate; no dejaba de sonreír, muy bueno tenía que ser aquello. La impaciencia me mataba así que la presioné un poco

-¡Eh! ¡Pero venga!

-Edu y yo nos vamos a casar.

-¿Qué? ¡Pero eso es genial!- La abracé con toda la fuerza que pude, me alegraba tanto por ella... lo cierto es que eran la pareja perfecta, llevaban muchos años aguantándose el uno al otro y se notaba de lejos lo mucho que se querían. Vamos, que eran envidiables. No pudimos evitar emocionarnos, las dos. Yo empatizaba mucho con mi hermana, desde pequeñas era así.- Bueno, ¿y cuando os casáis?

-Lo hemos planeado todo para dentro de un año. Un año justo, que cuadrara con el día en que me lo pidió, osea, ayer. 

-Es genial, de verdad, me alegro muchísimo tía.- volví a abrazarla y salimos de allí para volver con Edu y Malú. Luego supe que mientras Sofía me lo contaba a mi, Edu se lo contaba a Malú.

Decidimos ir a dar una vuelta por el parque del retiro y pasar lo que quedaba de día todos juntos. 

Me puse, como siempre, unos leggins, una sudadera ancha y unas vans. 

Nos contaron con todo detalle todo lo que hicieron en Barcelona y lo bien que se lo habían pasado. Malú y yo les contamos lo de mi primer concierto, lo genial que había sido cantar juntas en el escenario y todas esas cosas. 

-Bueno, y ¿le habéis dicho ya la noticia a papá?

-No, aún no. Íbamos a esperar a decíroslo a vosotras. Además, tenemos que ir a recoger todas nuestras cosas a Vigo, así que ir a verlo nos queda de paso.

-¿Recoger vuestras cosas? ¿A dónde os vais?- hoy mi hermana no paraba de soprenderme.

-Como se nos acaba el contrato de alquiler del piso hemos pensado en venir a vivir aquí, así te tengo más cerquita- me guiñó un ojo- Bueno, por eso y por que a Edu le han ofrecido aquí un trabajo bastante mejor del que tiene en Vigo. Es toda una casualidad, y de las buenas- reimos.

-Estáis llenos de sorpresas eh-sonreí- Pues me gusta mucho la idea de que os vengáis para aquí, si.

Cuando empezó a oscurecer Malú y yo decidimos volver a su casa. Tendríamos que dormir ya que el vuelo a México salía muy temprano. Llegamos, ella se hizo una ensalada pero yo no cené, estaba tan nerviosa que se me había formado un gran nudo en el estómago. No se si lo había mencionado aún, pero le tengo terrible pánico a los aviones. 

Pasaban las horas y yo no conseguía pegar ojo. Miraba a Malú, que dormía plácidamente y luego pensaba en las ojeras descomunales que iba a tener por la mañana... que miedo. 

Creo que en toda la noche pude dormir apenas una hora. Una sola hora que obviamente no me había llegado para nada. Teníamos que levantarnos a las 6 de la mañana y yo no dejaba de suspirar pensando "que desastre". Quería dormir, pero no podía. Eran ya las 4 de la mañana y en vista de que no me iba a poder dormir, me levanté lo más silenciosamente posible y me vestí para salir a correr un rato. Aun que no durmiera por lo menos me despejaba ¿no?

Me puse el primer pantalón de chándal que encontré, una sudadera y unas deportivas. Luego me di cuenta de que una cosa no pegaba con la otra, pero es que combinar la ropa a la luz del móvil y sin hacer casi ruido era una misión imposible en aquel momento. 

THE BIGGEST CHALLENGE OF LIFE IS TO LIVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora