Capítulo 27.- NADIE

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Seguía allí, quieta, sin decirme nada. Fuera empezaba a refrescar, se estaba haciendo tarde y ella no tenía nada de abrigo. Estaba llorando, temblando y parecía asustada. No dijo palabra. 

-Anda ven, vamos al hotel.- caminaba a su lado, despacio y sin decir nada. La acerqué a mi y pasé mi brazo por su hombro. Parecía estar ya un poco más calmada cuando llegamos al hotel.- ¿Quieres que hablemos?- me negó con la cabeza y asentí con pena. Lo cierto es que verla así no me gustaba nada. No se que es lo que tenía, pero en tan poco tiempo la quería como no había querido a nadie nunca. No quería perderla por nada del mundo, eso lo tenía claro. 

Fue a la habitación y se tumbó en la cama mirando al techo. Yo fui y la imité. Me giré hacia ella apoyando mi cabeza en su hombro y acarició su pelo. 

-No quiero grabar con María...- dijo con la voz entrecortada

-¿Qué ha pasado?- intenté que no se me notara la alegría en ese momento, tampoco quería que pensara que me alegraba...

-Tengo el presentimiento de que quiere fastidiar lo nuestro, y no quiero...-y qué razón llevaba... esa chica desde el minuto 1 me producía una desconfianza demasiado notable, y después de lo del mensajito ya estaba claro. ¡Obviamente quería fastidiar lo nuestro! Sin dejarme decir nada siguió hablando.- He hablado con Pedro. El no se fue nunca, Malú. Me dijo que María habló con el, y le dijo que yo ya no quería que el me produjera el disco, todo para venir a grabar aquí. Ha conseguido lo que quería, y no lo puedo permitir.- La chica no tenía límites, desde luego.- Ya he hablado con Pedro, y le he dicho que seguía en pie, le conté que todo había sido cosa de ella y me ha dicho que no hay problema, que el disco lo va a producir por que yo no tengo la culpa, pero le dije que quería volver a gravarlo todo, sola.

-Muy bien cariño. Entonces haz las maletas que nos volvemos a casa.

-No Malú, no. Yo me vuelvo pero tu te quedas aquí. Tienes mucho que grabar y no voy a ser yo la que te haga irte por mi. 

-Lo cierto es que... ya lo he gravado todo hoy, por eso he tardado tanto.  Los dos días siguientes los quise utilizar en estar contigo, conocer México, ya sabes. Pero si nos volvemos podemos estar tranquilas en casa, o hacer algún viajecito tu y yo... En serio, nos vamos. 

-¿Segura?

-Muchísimo.-le sonreí- venga, haz las maletas que mientras voy a sacar los billetes. 

Se puso a ello y yo mientras cogí el teléfono para llamar para comprar los billetes. Estaba marcando cuando llamaron a la puerta. 

Apenas la había abierto cuando vi a María. Ni siquiera abrí la puerta.

-¿Que quieres?

-Hablar con Alex.

-Alex no está, ha salido.

-¿Me dejas entrar?

-No.

-Malú, por favor, no seas cría. 

-La conversación ha acabado María, ya te dije que Alex no está aquí, vete. 

Pude escuchar sus pasos mientras se iba. Estaba claro que no íbamos a decirle nada de que nos volvíamos. 

Ya comprados los billetes el avión saldría en dos horas. Cogimos las maletas, entregamos las llaves del hotel y fuimos a ver a Armando para explicarle que nos marchábamos. Se lo contamos todo y él lo entendió. Nos deseó un buen viaje y ahora si, nos fuimos al aeropuerto. 

-Este ha sido el viaje más exprés de la historia- dijo Alex ahora si, con una gran sonrisa. No pude evitar reír con su comentario, lo cierto es que tenía razón. 

Subimos al avión y no pudimos evitar quedarnos dormidas. Teníamos tanto sueño que nos dormimos las 12 horas de vuelo. Me desperté yo primero, con el aviso de las azafatas de que íbamos a aterrizar. 

-Buenos días mi vida- le dije acariciando su pelo

-Buenos días cielo.

No pude besarla ya que había muchísima gente, y lo cierto es que me quedé con las ganas. 

Por fin llegamos a casa. Lo primero que hizo fue llamar a su hermana para contarle lo que había pasado. Después llamó a Pedro para decirle que ya estaba aquí otra vez. 

Cuando ya había acabado de hablar con todos, se quedó de pie mirando por la ventana, como solía hacer siempre que estaba pensativa. 

No pude decirle nada, simplemente por que no sabía el qué. Solo me acerqué a ella y la abracé por la espalda. Apoyé mi cara en su hombro y pasados unos minutos la giré para ponerla en frente de mi. Y un beso, y otro, y otro más... así hasta quedar en el sofá (por vagancia de subir las escaleras).

Era la hora de comer y la nevera estaba vacía así que tuve que ir a comprar algo. Me sorprendió ver que fuera había algunos fotógrafos. ¿Qué hacían allí?

Vinieron hacia mi y entre ellos pude distinguir a Juan. Joder con Juan. Juan era este periodista que casi publica una foto de Alex y yo besándonos. Si, ese Juan...

No quise escuchar lo que preguntaban los periodistas, me dediqué a andar. Solo esperaba que se cansaran y me dejaran. 

-¡Malú! ¡Por favor espere!- no se cansaba. Supe que era Juan. Decidí parar, a ver que era lo que estaba pasando. 

-A ver ¿Juan verdad?

-Te acuerdas de mi... Bueno, si, que estamos aquí todos por que nos han llegado noticias de que estás compartiendo piso con Alejandra Marín. ¿Qué me puedes decir sobre ello? Nos han llegado fotos vuestras de vacaciones en México y...- en ese momento dejé de escuchar a Juan. Como esto hubiera sido cosa de María... Me estaba enfadando. Me estaba enfadando y mucho. 

-Mira Juan, no tengo nada que decir, he ido a México con Alejandra para arreglar unos temas de trabajo con mi productor, en ningún momento han sido "vacaciones". Alejandra no comparte piso conmigo, es una chica a la que conozco desde hace poco y que va a grabar una canción conmigo para su disco y probablemente también la incluya en el mío, pero nada más.- tener que mentir sobre Alex no me estaba gustando. Pero tampoco sabía si quería que se supiera... Mis ojos empezaron a humedecerse, tenía que irme pero ya. Entré al supermercado que vi primero, compré un par de cosas lo más rápido que pude y me fui de allí. 

Llegué a casa con las bolsas y ahora si, llorando. 

-¿Qué pasa Malú?- dijo corriendo hacia mi.

-Periodistas Alex- dije entre sollozos- creo que María ha vuelto a hacer de las suyas y yo... yo con esto no puedo. - ella sabía perfectamente lo que venía ahora. Yo debía estar al borde de la locura con lo que le iba a decir, pero realmente esto me superaba. Tenía mucho miedo y no pensaba con claridad.- Creo que... creo que lo mejor es que nos tomemos un tiempo hasta que esto se pase Alex...- pude ver como sus ojos se llenaban de lágrimas. No era capaz de decir nada, ni yo tampoco. - Yo... lo siento, de verdad... -dije con la voz entrecortada. 

-Bueno... si es lo que quieres pues... - no era capaz ni siquiera de hablar. Dios, yo soy gilipollas... No dijo nada más, fue a la habitación, recogió sus cosas y simplemente se fue. 

En ese momento, y aun que un poco tarde me di cuenta de que ya no iba a encontrar a nadie como ella. Me arrepentía tanto... pero no quería hacer nada hasta tener las ideas claras. Aun que lo que si tenía claro era que la había jodido y mucho.

THE BIGGEST CHALLENGE OF LIFE IS TO LIVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora