Era un jueves después del instituto. Decidí acompañar a mi madre a hacer la compra, puesto que, tras todos los sentimientos malos aguantados todos estos meses, necesitaba con todo mi corazón pasar un momento con ella.
Habían sido unos meses muy duros. Yo no me iba a imaginar que mi vida iba a ser así. Hay gente que diría que mi vida es una basura. Pero en esos momentos es cuando yo pienso: <<¿Desde cuando la vida ha sido justa?>>.
Sinceramente, necesitaba ese día. El día en el que todo lo malo pasó y que nació una nueva yo. Una yo que no iba a permitir que nada malo me iba a afectar. Que nada y nadie a perjudicar. Tampoco iba a permitir que nadie que pase por mis vista, esté triste o se sienta mal por una razón absurda. Ese día a lo mejor era el peor día de mi vida, pero era un día que todo el mundo necesitaba.
Cuando era pequeña, no sabía lo que era la vida. No sabía que la vida eran momentos malos y momentos buenos. Otra cosa que tampoco sabía, era que los momentos malos, en un futuro pueden llegar a ser algo bueno.
Seguramente, que os estaréis preguntando: <<¿A qué tipo de día se refiere?>>.
La respuesta a esa pregunta no os la puedo responder a estas alturas del libro, porque sino, ¿qué sentido tendría?