Capitulo 56

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La erección le dificultó a Harry lo de desabrocharse los pantalones del traje gris y crema que llevaba puesto. Cuando por fin logró bajarse la cremallera, el pene apareció listo para la acción.

—Aquí está —susurró ______—, ¡pobre!, todo arrugado en ese horrible traje.

—Dale un beso para que se ponga mejor —sugirió él.

______ se miró el precioso vestido y, luego, la sucísima escalera.

—Sube tres escalones y lo haré. No quiero estropearme el vestido al arrodillarme.

Con las prisas, Harry casi se tropezó al subir la escalera. Antes de dedicarse a él, ______ dejó el bolso en el suelo. En aquella posición, ______ podía acceder al pene con sólo inclinarse y apoyarse en las piernas de Harry. Empezó a pasarle la lengua por la punta.

—Eso es, cielo —gimió él con los ojos cerrados—. ¡Dios, sí! ¡Qué bien!

______ se detuvo para mirarlo.

—Sólo acuérdate de que me debes una, ¿eh?, tiarrón.

Harry abrió los ojos.

—Oye, esto es sólo para ponerme, ahora me ocupo de ti.

—Ya, promesas, promesas —susurró ella antes de abrir la boca e introducirse en ella el capullo del pene.

De repente oyeron una puerta que se cerraba y unos pasos que bajaban al trote por la escalera. ______ se incorporó mientras Harry la separaba. Para cuando los dos estaban bien, llegaron al descansillo en el que estaban, ella ya estaba delante de él para tapar la bragueta abierta y el pene empalmado.

—Hola —saludaron los niños al pasar corriendo al lado de los dos adultos antes de dirigirse a la puerta de incendios.

—Está cerrada —avisó Harry—, tenemos que bajar un tramo y salir por el sótano.

Los chicos no lo pusieron en duda y siguieron bajando golpeando en los peldaños con las suelas de las deportivas.

En cuanto oyeron la puerta del sótano cerrarse tras ellos, a ______ y a Harry les entró un ataque de risa.

—Te lo dije —insistió ella mientras lo miraba. El pene de Harry estaba caído frente al vestido de ______, que lo miró y empezó a reírse—: Está ridículo.

—Ya te daré yo ridículo —rugió Harry antes de empezar a subirle la falda de seda a manos llenas.

—¡Espera! ¿Qué haces? —chilló.

Él metió por fin las manos bajo el vestido, le agarró las nalgas desnudas y, en un movimiento suave, levantó a ______.

—¡Harry! —______ lo cogió por los hombros para sujetarse.

—Abrázame por la cintura con las piernas —le pidió.

Al darse cuenta de lo que pretendía hacer, ______ accedió y pataleó para apartar los metros de tela que le impedían mover las piernas. Él se volvió y la apoyó contra la pared al tiempo que ella le rodeaba la cintura con los muslos. Aunque ______ notó en los hombros desnudos la frialdad y la dureza de las paredes de cemento, tenía el sexo ya húmedo y caliente, preparado para recibirlo.

Con la espalda de ______ contra la pared, Harry vio una de sus manos liberadas. Se agarró la po.lla y la introdujo en la hendidura. Los dos rugieron de placer cuando él empujó para meter su carne en el cuerpo de ______.

—¡Oh!—suspiró ella.

—¡Ah! —gimió él.

Harry no esperó. Empezó a mover las caderas con rapidez en un movimiento mecánico y a empellones contra ______. Se agitó hasta que notó el golpeteo de sus propios testículos y entonces se retiró hasta casi salir del cuerpo de ella.

La combinación del roce de su enorme po.lla con la excitación de estar follando en un lugar público puso a punto a ______ casi al instante. En aquella posición, el pecho le quedaba a la altura de la cara de Harry. Con una mano, se retiró la parte superior del vestido y se pellizcó el pezón derecho. Cuando él lo mordió, ______ chilló y se corrió.

El orgasmo de ______ llevó a Harry hasta el borde de la tensión. Se introdujo en ella una última vez, se tensó y estalló lanzando toda la leche caliente dentro de ______, que se derrumbó hacia delante y apoyó la barbilla en la cabeza de Harry. Notaba aún la cara de éste sobre el pecho y el calor de sus jadeos sobre la piel.
Y así permanecieron, con los cuerpos contra la pared, bañados por la tenue luz del descansillo, jadeantes y satisfechos.

Cuando ______ recuperó el aliento, bromeó diciendo:

—Bueno, pues ya podemos tachar la escalera de esa lista que estás haciendo.

—Sí —confirmó Harry—. Ahora, a por el restaurante.

—¿Cómo? ¿Estás tarado? No podemos fo.llar en un restaurante.

—Eso mismo dijiste de la biblioteca y del descansillo de la escalera.

A ______ le entró la risa.

—Bájame al suelo, anda, maníaco sexual.

Harry dio un paso hacia atrás y sacó la po.lla del calor de ______.

—Vaya... —lamentó en cuanto notó la ausencia de Harry—. Odio cuando nos separamos.

—Yo también —coincidió él antes de dejarla en el suelo—. Por eso quiero casarme contigo. ¿Qué te parece, mi pequeña espía? Se acabó lo de darme largas. Te quiero y quiero pasarlos próximos cincuenta años contigo.

—Esta bien —suspiró ______—, me casaré contigo este otoño, en el aniversario de nuestra primera cita. —Se recolocó el pecho en el sujetador del vestido.

—¡Este otoño! Ni de broma. Para eso quedan seis meses. Si espero mucho, vas a encontrar otro hombre y me mandarás a la porra.

—Eso no va a ocurrir, Styles. Ya estás atrapado —______ recogió el bolso que había dejado en las escaleras—. Si aceptas lo de celebrar la boda en septiembre, te dejo elegir el destino del viaje de novios —luego le besó la barbilla—. ¿Te parece?

—Me parece. Si el juicio empieza en junio, Abruzzi debería estar ya en la cárcel para entonces —Harry sonrió—. Aunque... antes de casarnos tenemos que fo.llar en un cine y en una tienda.

Él le cubrió el pómulo de besos.

—Sólo si el cine tiene palco —______ se separó de él y señaló la salida de incendios—.Deben de estar a punto de cortar la tarta. Vamos.

Harry abrió la puerta con el destornillador de la navaja. Cogidos de la mano, él y ______ volvieron a la sala.

FIN  

Una chica mala (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora