Supongo que en algún momento del camino perdemos la inocencia, a la par que obtenemos orgullo. Tenemos miedo de mostrar nuestro verdadero ser, atemorizados de que alguien nos hiera. Al enseñarle a alguien cómo somos de verdad conlleva otorgarle cierto poder sobre nosotros y, como humanos, detestamos ser controlados. Por esta razón creamos estas máscaras protectoras que nos ayudan a fingir que somos alguien diferente. La vida es un carnaval, todo el mundo se disfraza con estas defensas, simplemente para evitar que nos hagan daño y facilitarnos la vida. En teoría.
De lo que no nos damos cuenta es de cómo nos auto destruimos al hacer esto; rompemos nuestra alma poco a poco, desvaneciendo nuestra esencia. Para mí, la esencia de una persona es aquel rasgo que la hace destacar del resto. Algunos lo tienen, y otros están tan vacíos que no. Pero, porqué están vacíos?
Quizá la hayan perdido en su camino hacia el estado de madurez, y acabamos siendo plagios aburridos con vidas ordinarias y comunes. Todo lo que hacen está vacío, hecho sin pasión ni interés. Es decir, sin esencia.
Entonces...qué sentido tiene? Si tienes esa suerte de vivir, vive bien. Pero no seamos crueles y no les juzguemos. Si lo pensamos bien, este tipo de personas también deben existir como ejemplo para aquellos que desean encontrar algo mejor. Básicamente, son lo que jamás se debe hacer. Para ennoblecer su existencia, les quiero conceder la habilidad de tener nombre. No un nombre simple, llevará mayúscula cómo un nombre propio y todo.
"Empies"
Sé que os ha gustado el dramatizado procedimiento del nombramiento. Volvamos al tema pues.
Estamos rodeados por todo el ruido que los Empies hacen, con sus normas sociales y sus estándares que debemos seguir para encajar en esta sociedad de mierda. Así, tendremos la misma suerte que ellos tuvieron y acabaremos siendo Empies también. Qué emoción. Por eso quisiera decirles: que les jodan. Seamos libres.