Confusión.

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POV Annie:

Castiel comenzó a subir una de sus manos lentamente hacia mi rostro, luego pude sentir su tacto cálido en mi mejilla, nuestras miradas se cruzaron y sus ojos grises me paralizaron, no sabía qué hacer en ese momento, nada en mi funcionaba correctamente, mi cuerpo no respondía y luego de que nuestras respiraciones se comenzaron a mezclar sentí que había perdido la batalla con el deseo.

Al igual que aquel día comenzó a besarme con suavidad al compás de la canción, un torrente de descargas eléctricas se desataron por todo mi cuerpo, luego pude sentir su lengua abriéndose paso entre mis labios, realmente soy novata en esto de los besos, el único que he dado en mi vida fue a los cinco años en el jardín de niños y dudo que siquiera cuente como primer beso, lo que hacía que el único hombre con el que hubiera tenido ese tipo de contacto que en mi parecer es tan íntimo fuera Castiel. Poco a poco fue subiendo la intensidad y mientras yo me perdía en sus labios vino a mi mente el rostro de Lysandro.

Me separe con brusquedad después de eso, ¿Por qué? No tengo idea, cuando recupere el aliento y el dominio de mi cuerpo alce mi vista hacia el rostro de Castiel.

-Annie ¿te encuentras bien? – pude ver preocupación y algo de decepción en sus gestos.

No puedo con esto – L-lo siento Cas... debo irme.

Salí sin dejarle el tiempo suficiente para que me dijera algo, o más bien fue el temor de que me reprochara el porque me separe, me fui en ascuas del bar, corriendo sin mas no poder, en la oscuridad por callejones solos y a altas horas de la noche.

Mierda, no debí quedarme hasta tan tarde. De repente siento un fuerte jalón en mi brazo, después sentí el frio pavimento, me había caído, o más bien, me habían tirado, cuando me ubique un poco pude ver dos tipos en frente de mí, me lanzaron a un callejón oscuro y ambos sacaron un par de navajas.

-¿Qué hace una hermosura como tú en un lugar como este y tan tarde eh?

-P-por favor, no tengo mucho pero no me hagan daño.

-tranquila preciosa, por el dinero no te preocupes, de seguro sabremos llegar a un acuerdo.

Comencé a asustarme, mi respiración se aceleró, aun mas después de la corrida que había metido.

-No te asustes linda, de seguro te gustara – dijo uno de ellos mientras me tomaba bruscamente por la cintura.

Di un cabezazo que atino en su tabique, después di un rodillazo en su entrepierna y me incorpore.

-¡Maldita zorra!

Comencé a retroceder cuando choque contra un torso.

-Así que la fierecilla le gusta pelear, genial lo hará más divertido – decía el otro mientras me agarraba por los hombros.

-Bastardo ¡déjala en paz!

Quede aturdida por la cantidad de sucesos que comienzan a ocurrir al mismo tiempo, veo a Castiel iracundo propinándole varios golpes a ambos chicos, mientras esquiva con agilidad las navajas, en cuanto tuvo a ambos en el suelo me tomo de la mano y salió corriendo conmigo prácticamente a rastras. Nos apresuramos a huir, por lo menos fueron cinco minutos de trayecto a toda velocidad y cuando llegamos a un parque con varias personas nos detuvimos a descansar.

-¿¡En qué demonios pensabas!? – me tomo por el brazo y comenzó a zarandearme.

-Irte así de esa manera ¿¡Y SI NO HUBIERA LLEGADO A TIEMPO!?

-L-lo lamento – solo agache mi cabeza, estaba en lo correcto y tenía suficientes razones para enojarse con migo en ese momento.

-No vuelvas a hacerme eso – me tomo en sus brazos y me dio un fuerte abrazo – No me lo perdonaría si algo te pasara.

-¿No estás enojado con migo?

-Como podría estarlo.

Me quede en su abrazo mientras se normalizaba mi respiración y después de un par de minutos nos separamos.

Nos dirigimos a casa, papá no estaba, de lo cual me alegraba, así no me habría interrogado del porque llegue tan tarde, o porque mi ropa estaba sucia y húmeda. El trayecto fue silencioso y al llegar a mi puerta me despedí de Castiel, el cual me dio un tierno beso en la frente y me advirtió que si no era más precavida y cuidadosa pasaría todo el día pegado a mí, ¿y a este que le pico?, su comentario me saco un par de risas y después entre a casa.

Mientras estaba en mi cama no pude evitar evaluar lo que había pasado, sorpresivamente lo que pasaba por mi cabeza no era el hecho de que por poco soy agredida, sino que de repente un sentimiento en mi empieza a aflorar hacia Castiel, quizá siempre estuvo ahí, solo que lo confundí con amistad, pero, Lysandro era quien más me intrigaba, soy consciente que me gusta pero no sé si llamarlo amor, por ahora no es más que atracción física digo, lo conozco hace muy poco pero solo su recuerdo basto para devolverme mis sentido y mi autonomía frente a los avances de Castiel, y si es algo más fuerte de lo que pienso. Tomo una de mis almohadas y mientras la presiono con fuerza empiezo a gritar desmesuradamente ¡AAAAHG, ESTOY MUY CONFUNIDAD!


(CDM) se enamoro de la bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora