Mantenme Lejos.

Junio

Abrí el portón del complejo para guardar el auto y vi a Nathaniel, mi vecino de 21 fumando con lo que parecía ser tres de sus amigos, ah y también es mi amigo, venía super cansada de la universidad que lo único que me calmaria sería un cigarrillo.

-Hola Nat,¿todo está bien?
-Ey Avril todo está bien y vos? Voy a estar acá un rato por si quieres pasar.
-Genial, subo, dejo mis cosas y bajo.
Me guiñó el ojo como respuesta de okey.

Me saque la ropa que traía puesta y me puse un joggin oscuro, una camiseta con un alien y mi campera azul con mis adidas azules. Tomé un sándwich de la heladera los cigarillos y bajé.

Vi a Nat jugando y molestando a sus amigos, bajé mientras terminada mi sándwich. Llegué a donde ellos estaban y prendí un cigarro.

-¿Qué tal la están pasando?
-Bien, si no fuera por ellos- contestó Nat en tono sarcástico.
-¿Cómo se llaman tus amigos?- pregunté mientras fumaba.
-Logan, Sean y Finn.

Observé y analice, de seguro el más lindo era Logan, alto, pelo oscuro, ojos cafés, le estaba creciendo la barba (lo cual amo), seguro hacía deporte o iba a un gimnasio, vestía chaqueta de cuero con jeans negros, definitivamente sí. Sean, mm pasable, medio petizo rubio, onda hippie, no. Finn callado, con lentes negros cuadrados, camisa, joggin (quien hace esa combinación?), pelirrojo, no. Y Nathaniel con su cabello negro, flaco, muy blanco, extremadamente bueno y soportable, sweter y jeans.

-¿Hoy sales Avril? preguntó Nat.
-No, seguro viene un amigo a mi casa
-Mñn, cuidado girl.
-Se lo que hago- le largue un guiño con un beso.

Miré a la entrada del complejo y venía entrando Jack en su auto, mi, por decirlo así, "amante". Lo acompañaba una rubia delgada seguramente histérica al lado, ella bajó y subió rápidamente del auto al apartamento

-Ya vengo- le deje el cigarro a Nat.

Caminé casi corriendo hacia Jack y dije:

-Bajo enojada seguramente no le diste lo que quería anoche.
-Hola, si me fue muy bien en el día de hoy, no?- dijo en tono molesto pero chistoso.
-Ja,Ja, me voy con mi amigo, chau.
-No me vas a dar un beso?
-Nop- dije riendo.
-Te odio - escuché a lo lejos.
-Yo se que no!- grité dándome vuelta.

Fui con Nat pero justo llegaba mi madre, ella no sabe que fumo así que subí con ella y le dije chau a Nat.

-Voy a salir ésta noche, hay quejas de la música los viernes Avril, por favor.
-Ya lo sé mamá.
-Okey.

Eran las 10 de la noche pasadas y mi mamá se fue. Llamé a Jack para ver si quería venir a mi casa (vivimos al lado) y dijo que sí.

Golpeó la puerta y le abrí, traía helado. Lo besé tan fuerte como pude. Lo quería, yo sabía que él me quería mucho más pero ya no más.

Pasamos el rato conversando de su día y del mío, se encargó de hacer la cena y cenamos. Apagué las luces dejando una del pasillo y la del smart TV encendidas para que dieran esas divagaciones de un estilo alternativo y pudiente. Opté por elegir la canción I walk the line de Halsey, empecé a bailar sensualmente dejándome llevar por la música mientras él apoyado en las encimeras de la cocina me miraba con deseo, seguía bailando con la música muy fuerte, yo seguía, cantando, bailando todo para él y porque quería, porque hacer eso era placer para mí, me le acerqué y me besó, me alejé y volvió y me tomó con fuerza, una fuerza cálida, esa de deseo. Agarre su cara con mis manos mientras lo besaba, me hacía sentir única, especial y eso que él era más grande que yo. Me besaba el cuello, me agarró de abajo y me sentó en las encimeras, siempre me sentí cómoda con él, él era todo.
Me llevó al sofá sin soltarme ni parar de besarme. Me acostó y le saqué la remera que tenía puesta. Me sacó el joggin. Paseaba su lengua a través y alrededor de mi cuello con sus labios a la par, su mano paseaba sobre mi cuerpo como si lo estuviera admirando y tocando cuidadosamente por si se rompiera. Era de ensueño. Sacó mi corpiño por debajo de mi remera, agarró mi cara, me miró y me sonrió, como si para él yo lo fuese todo.
Me besó cada parte de mi piel bajando hasta las caderas donde se sacó sus zapatillas y sacó mis pantis empezandome a tocar despacio como lo hacía siempre. Se me erizo todo, su lengua y sus labios por esa parte me hacían ver estrellas, literal era un maestro sobre eso. Lamió y chupó hasta que me hiciera gritar y gemir de placer. Era imposible no acabar más de una sola vez. Subió hasta mi boca donde nos besabamos y le desprendía su pantalón. Le queda tan bien su boxer negro, perdón. Lo empecé a masturbar mientras me besaba. Veía como se contenía, me hizo saber que yo le podía. Se rindió y me penetró, duro y muy despacio, estaba en el cielo. Se siguió moviendo mientras me besaba y acabó en segundos. Lo abracé tanto como pude porque yo ya no podía más, ni él tampoco.
Nos sentamos en el sofá con una manta, él se puso su boxer y yo mis pantis. Traje el helado y me senté a su lado y me tapó con la manta. Lo besé cariñosamente queriendo que no fuera la última vez pero lo iba a ser.