➳ ¿Want To Die? ➳

57 5 1
                                    

— ¡Jung Hoseok!
— ¡Aaaah!

Un asustado y a la vez burlón muchacho de cabello negro corría para salvarse de las garras de un pequeño y molestó chico de cabello color menta.

Quizá no había sido buena idea jugar con los audífonos favoritos de Yoongi, pues ahora estaba a punto de ir a parar a su propio funeral, y Hoseok aún quería vivir mucho, tener hijos y morir de viejo.

♦♪♦♪♦♦♪♦♪♦♦♪♦♪♦♦♪♦♪♦♦♪♦♪♦

Unos minutos atrás Yoongi estaba en su estudio trabajando en una canción para el nuevo album de Bantang, y sus pensamientos estaban totalmente sumergidos en lograr el ritmo perfecto, el que había estado escuchando en su cabeza durante unas cuantas semanas; y habría conseguido obtener el ritmo si un chico latoso no hubiera llegado a invadir su tranquila estancia.

— Hoseok déjame en paz, estoy trabajando.
— Yoongi.—  Alargo la ultima letra del nombre del mayor con un tono aniñado.—  Vamos a salir, estoy aburrido, anda.

El chico mayor pero más bajo dejo salir un suspiro molesto. — No quiero salir contigo en este momento, ¿acaso no vez que estoy trabajando?

Hoseok dejo salir un quejido como un niño pequeño cuando se le niega algo, pero a pesar de que el otro se negó no se rendiría tan fácil por lo que comenzó a picarle las costillas y obteniendo a cambio algunas miradas molestas del chico de cabello menta, pero nada más, su plan A falló. 

 Plan B, y quizá el más peligroso de todos; desconecto de la computadora del mayor sus audífonos y con rapidez se los retiro. Salio corriendo al pasillo mientras su característica risa se escuchaba por el lugar. 

El otro no tuvo otra opción que salir al rescate de sus más preciados audífonos. Se levanto perezosamente y salió al pasillo donde el chico estaba escondido inútilmente en una esquina que llevaba a otro pasillo, fue silenciosamente hasta él y con un movimiento rápido ya lo llevaba de regreso al estudio agarrado de una de sus orejas y el menor quejándose de dolor.

—  ¡Aah.. Yoongi.. Sueltame.. Duele! — repitió hasta que ahora tomado por el otro del brazo fue empujado con fuerza en el sofá que estaba pegado en una de las esquinas de la habitación. El pelinegro le miró con temor, quiza no había sido tan buena idea jugar con los audífonos de su Hyung, los cuales tenia escondidos de la vista de este, pues al no tener cuidado, les había roto el cable.

  — Damelos. — Ordeno con voz fuerte y autoritaria, Hoseok sentía que su padre era el que le hablaba cuando de pequeño había hecho alguna travesura. 

  — Hyung, sabes que te quiero mucho... Y espero que entiendas que fue un accidente..—  Decía intimidado por la vista furiosa que formaba el rostro del más bajo. Sacó los audífonos de su escondite y le mostró al otro la ruptura que tenía.

—  ¡Los has roto!

— Yo de verdad no quería, fue un accidente, ¡perdóname!

— Tendrás que pagar. — Lo miró completamente furioso y fuera de si.

— ¡Lo haré, te compraré unos nuevos! De verdad.

—  No, me las pagaras de otra forma. — Tomo al chico del brazo, le levantó del sofá y lo llevo con rudeza hasta un costado del mueble, justo a la pared. Una vez así, sin ninguna advertencia el más bajo atacó los expuestos labios del otro, el cual estaba más que confundido, pero eso no evito que de alguna forma la manera experta en que el de cabello menta movía sus labios le incitara a corresponder.

Con algo de fuerza los labios de Hoseok recibieron algunas mordidas agresivas pero a la vez placenteras por parte del mayor, él cual llevo sus manos al extremo de la playera ajena, retirándola rápidamente. 

Hoseok comprendió que ahora ya no sólo se trataba de simples besos, su Hyung llegaría más lejos con él, y la sensación de que lo haría en un lugar tan poco privado le embriagaba de excitación. Conforme sus cuerpos se pegaban más, el pelinegro noto la erección del otro, así que sus manos se deslizaron hasta el botón de los pantalones ajenos, lo quito y bajo el cierre del mismo, dejando caer la prenda junto con los boxers también. Su diestra tomo posesión de la punta del pene de Yoongi, el cual enuncio un grave jadeo que excito aun más a Hoseok. Con sutil fuerza, comenzó a masajear la punta con su dedo pulgar, arrancando ahora un par de gemidos gruesos de los labios ajenos, los cuales se habían vuelto algo torpes por el placer que recibía en su miembro.

En un movimiento rápido, ambos chicos cambiaron de posición y de esa forma el menor pudo bajar hasta la altura del miembro erecto del otro; con velocidad pero cuidado, metió en su totalidad el pene de Yoongi en su boca, e hizo una fuerte succión desde su base hasta la punta un par de veces. El chico que recibía aquella felacion sólo podía emitir algunos gemidos llenos de placer, en unos cuantos minutos su vista se había nublado de placer, pues aunque el parecía un chico rudo, era uno totalmente sensible en cuanto a su cuerpo.

Aquel sexo oral que se le práctico le hizo terminar rápidamente dentro de la boca ajena; ahora que lo pensaba Hoseok era muy bueno, más de lo que Yoongi pensaba. Pero no habían terminado ahí, el pelinegro le llevo de regreso al sofá, donde dejo caer al mayor, con velocidad se deshizo de la ropa que ahora representaba un estorbo; se puso entre sus piernas y sonrió con amplitud, dejo caer un poco de su saliva en la entrada ajena y tomo su miembro, el cual posiciono para poco a poco comenzar a entrar en el mayor, el otro por su parte se sostenía inútilmente del respaldo del sofá, soportando el poco dolor de la penetración que a su vez le provocaba una sensación extrañamente muy placentera, pues siendo completamente sincero era la primera vez que permitía a un chico penetrarlo. 

Cuando por fin hubo entrado completamente, Hoseok espero que el mayor le diera una señal de que podía comenzar a moverse; pasados unos segundos el chico de cabello menta, comenzó a mover sus caderas penetrándose, y esto dio paso libre a que el otro le tomara de la cadera y iniciara un rápido y preciso vaivén, Yoongi callo en la cuenta que el baile de su menor ayudaba a que supiera moverse muy bien por lo que sin pasar mucho ya había logrado tocar su punto dulce y causar que de su boca salieran varios gemidos, que fueron acallados por un nuevo beso hambriento, donde una lucha entre sus lenguas se liberaba por el control, Hoseok ganó.

La presión de las paredes del más bajo causaba al otro un gran placer, y que luego de un rato terminara dentro de él finalizando con un gemido de ambos. Los dos dejaron descansar sus cuerpos acurrucados en el sofá, con sus respiraciones entre cortadas ser reguladas. El mayor se dio vuelta de forma que quedo frente a frente con el contrario y le sonrió de forma en que sus encías podían verse.

—  Bien, has saldado tu cuenta, Jung Hoseok, pero dejaría que rompieras todas mis cosas si me pagas de nuevo así. 


♡ Headphones Broken ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora