No podía creerlo, fue egoísta, si totalmente egoísta. ¿Pero en que diablos estaba pensando? Solo pensó en él mismo, y no en el peligro que podía haber provocado por su gran acto de tratar de ser el ladrón de guante blanco, la organización que perseguía a Kaito Kid podría haber aparecido, pudieron saber su paradero, su verdadera identidad y en vez de ayudar al mago pudo haber aumentado su gran carga.
Suspiro
Vivían situaciones similares; Ambos eran perseguidos por organizaciones perversas ¡No se detuvo a pensar en si podría haberlo hecho solo o no! Fue un idiota ¿qué quería demostrarle a ese tonto? ¡Ni siquiera podía hacer bien las cosas!Y lo único que logró fue ver decepción en él. ¿Y cómo no? Si no podía hacerlo todo.
-¿Cómo soportas todo esto, Kid?
Supongo que ahora debía ser fácil para el verdadero mago pues, posiblemente ya habría perdido los nervios de cometer un error fatal de llevarlo a la cárcel.-No es tan sencillo como crees. - la voz del infante lo sorprendió. Llevaba casi una hora en sus pensamientos, solo en "su" habitación. Y que llegara de la nada era una gran sorpresa. -Y lo siento.
-¿Por qué? No tienes de que disculparte. - dijo apartando la mirada del menor.
Era su casa, no debería sorprenderle que llegara de la nada. Y era experto en aparecer sin ser visto ¿Cuánto tiempo habría estado allí sin saber si hablarle o no? No, de seguro y acababa de llegar.
-Por lo que dije antes. Yo... Es solo que... No lo sé, no recuerdo que alguien me causara tanta preocupación. - Sus palabras hicieron un eco en su cabeza haciendo que pasara de mal en peor. Era obvio que se preocuparía, era su cuerpo el que podría haber perdido su libertad por un descuido.
-Me esforzaré más - Aseguró sin saber que más decir.
-No es eso lo que quiero...
-¿Entonces qué? No te quedarás tranquilo viendo lo mal que hago tu trabajo, pero al menos podrías no ser tan directo. - gruñó nada más oírse hablar. Ahora estaba a la defensiva ¡Bravo Shinichi!
-Se que no es fácil ¿sí? - el niño lo miró.
¿Acaso quería hacerlo sentir mejor? Porque no funcionaba.
-Reconozco que asusta, y sé que debe costarte mucho más... ¡Y no importa lo que creas! No quería que lo hicieras porque lo podrías haber hecho mal, ¿qué más da? Eso no importaba. No quería que te expusieras de esa manera porque se lo difícil que es para ti hacerlo. Y si quieres seguir ¡adelante! No te detendré.
-¿Sigues creyendo que hago esto por mí? Ahora ambos somos criminales. Y si, no es fácil. Y es por eso por lo que quiero aligerar tu carga. Es difícil estar en otro cuerpo y más siendo un niño que limita tus habilidades y que para colmo haya un intruso en tu cuerpo - dijo pensando en todos los artefactos que el profesor hizo para él. -si tengo otra oportunidad de hacer esto lo haré. Pero quiero que, tal como hoy, hasta que todo esto acabe; estés ahí.
Estaba tan enojado que las palabras no eran procesadas aún, sus emociones lo traicionaron y no sabía la razón por la que dijo todas esas cosas. Aun así, no se esperó la reacción del niño quien asintió y sonrió al fin.
-Hasta entonces, detective-kun - dijo para dar media vuelta y salir por la puerta. Acto que le sorprendió ya que creyó haría una salida más digna de un ladrón hasta que recordó que los roles habían cambiado.
-Gracias... - susurró sin saber porqué y se lanzó a la cama. No sabía si podría dormir esa noche.
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Cambios de papeles
Sonstiges-¿¡Por qué estás en mi cuerpo!? -¿¡Y tú en el mío!? -Gritó el famoso ladrón de guante blanco al detective de secundaria Shinichi Kudo. -Está bien, está bien, tranquilicémonos y empecemos a recordar cómo fue que termine en tu cuerpo y tú en el mío ...