L' amore di Gatto - ItaliaXNeko!Lectora (One-shot)

Parte Única

L'amore di gatto – ItaliaXNeko!Lectora

Disclaimer: Hetalia y sus personajes originales son propiedad de Hidekaz Himaruya; La lectora se pertenece a sí misma y a un italiano tan adorable que con sólo su típica frase sería capaz de darles ternuritis a las chicas adyacentes a él. Ésta es una adaptación a fic del doujinshi "Gattino nante iwanai" de Corolla pero versión ItaliaXLectora.

Advertencia: Este one-shot es muy largo, si no tienes tiempo para leerlo déjalo para después y si tienes tiempo prepara tus bocadillos favoritos, tráete un tecito o un cafecito o la gaseosa que desees. Luego de eso, disfrútalo.

----------------------------------------------------------------

"No hay trabajo más sencillo que éste" decían; "No tendrás dificultades" decían... obviamente nunca han visto un trabajo que se relacionara con un joven italiano que corre como guepardo en una maratón. Ese día, Alemania tuvo que hacer un reconocimiento a su casa para asegurarse de que no anduviera Inglaterra merodeando por ahí, y Japón debía hacer los preparativos para el Kenkoku Kinenbi, o el día nacional de la fundación de Japón, básicamente su cumpleaños; y como Italia no podía quedarse solo y sin resguardo, tuve que ser yo quien cuidara de él mientras el alemán y el japonés estaban fuera. Pero...

-¡Ve~! – Era tan complicado estar a cargo de un país que se distrae y persigue fácilmente a una mariposa y alejándose de su casa.

-¡Italia, vuelve! ¡No te vayas por ahí solo! – Exclamé siguiéndolo como me lo permitían mis piernas; es increíble que un país nacido en la época de Imperio Romano con la apariencia de un chico de 18 años tuviera tanta energía para dejarme atrás en segundos.

-¡Atchuu! Agh, bloody hell... – Mis sentidos se pusieron alerta cuando escuché un estornudo cercano, seguido de una maldición en inglés. Si mis cálculos eran correctos, podía reconocer a quién le pertenecía ese estornudo y más a quién le pertenecía ese timbre de voz, temiendo por Italia ya que corría hacia esa dirección sin darse cuenta del peligro que corría.

-Oh no, ése es... ¡¡Italia, no!! ¡¡Regresa!! – Apresuré el paso para darle alcance al italiano joven que caminaba hacia el peligro en forma de un país cejudo.

-Agh, detesto esto, realmente lo detesto. Me tenía que dar alergia mágica justo cuando estoy tratando de escapar de Italia por enésima vez-... ¡ATCHUUU! – Inglaterra no pudo retener el estornudo que tenía y acabó por exhalar con brusquedad sobre una roca, convirtiéndola de una manera físicamente imposible en una tortuga.- Diablos, como si esto no fuese a ir peor...

-¡Ve~! ¡Vuelve, mariposita-...! ¡Ay! – Sin poder evitarlo, el chico castaño se estrelló contra el rubio cuando perseguía al insecto volador, haciendo que ambos cayesen al piso.- Auuu...

-... BLOODY HELL! – Maldijo el londinense buscando sacarse al niño de encima sin ponerse más encabronado.

-¡¡WAAAAAA!! – Al darse cuenta que el inglés le había servido de colchón para no herirse al caer, rápidamente el castaño italiano salió corriendo a la dirección opuesta.

-¡Italia! ¡Italia, ¿dónde estás?! – Llamaba con mis manos frente a mi boca a modo de embudo para poder concentrar mejor mi voz, sólo para que el italiano chocara contra mí de frente y éste se me abrazara contra el pecho.

-¡¡BUAAAAAAAA!! ¡¡SÁLVAME, (NOMBRE)!! ¡¡ES INGLATERRA!! – Vociferaba Italia buscando esconderse detrás de alguna parte de mi cuerpo, incluso bajo mi brazo.