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Viernes por la mañana de un día sin clases era definitivamente la oportunidad perfecta para que durmiera todo el día. Mis padres no estaban en casa porque trabajaban, así que no podían decirme nada. Lo habría hecho, realmente, si no hubiera sonado mi teléfono.

Según la canción y el tiempo de duración podía llegar a saber que se trataba de una llamada, creía que era XinWi porque era capaz de hacer éste tipo de cosas para molestar un rato. Sin ver el número y con la voz más somnolienta que alguna vez puse, atendí el teléfono.

— ¿SeungWook? Hola, am... Soy SeungBo.

Y sólo necesite eso para despertar por completo. Mi corazón latía de forma tan desesperada que me preguntaba si se escucha del otro lado de la línea.

—Ho-Hola —Respondí algo nervioso y a la vez sorprendido de que me haya contactado antes de que yo siquiera lo intente —. Ha pasado tiempo desde la última vez que... hablamos.

La última vez que hablamos... te refieres a cuando terminamos.

—Exacto.

Si, SeungBo era mi ex novio.

Habíamos terminado nuestra relación hace poco más de tres meses. Realmente lo amaba, mucho más de lo que imaginaba. Pero, por varias razones, tuve que terminar lo nuestro.

¿Qué si me dolió? Sentí como si me hubieran sacado lo único que me hacía sonreír y ahora solo hubiera momentos en blanco y negro, sin ningún color que me demuestre alegría. Pero ahora no me importaba mucho, lo que si me importaba era saber el porqué de su llamada.

—Estoy seguro de que no has llamado para hablar de eso, así que dime, ¿ha pasado algo malo?

—No, no ha pasado nada realmente. —Pude imaginar cómo negaba a pesar de saber claramente que no puedo verlo. —Sólo llamaba para saber si quieres ir al parque conmigo. Ya sabes, como en los viejos tiempos; cuando éramos amigos cercanos.

Si hay tiempo, ¿cómo decir qué no? Pensé para luego responder: —Está bien, te veo a las tres.

—Nos vemos a esa hora. Hasta entonces, SeungWook.

El imaginar que dijiste eso último con una de tus sonrisas me hacía querer hacerlo yo también.

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Dos y media marcaba el reloj cuando salí de casa. Decidí esa hora para poder ir lento y haciéndome una idea de que, otra vez, te vería. Estaba entusiasmado, pero a su vez nervioso. Te extraño tanto, que no quiero que te des cuenta de ello.

Es gracioso que hayamos acordado venir a las tres cuando ambos teníamos esa costumbre de llegar antes. Porque si, cuando llegué al parque ya te encontrabas ahí, sentado en una banca mirando al suelo mientras jugabas con tus dedos.

Fue necesario acercarme unos pasos más para que tus ojos se encontraran con los míos y una sonrisa adornara tu rostro.

Dios, eras precioso.

La sonrisa que traías era exactamente igual a esa que me había enamorado día a día mientras estábamos juntos, tan brillante y sincera que me dejaba sin aliento. No había cambiado en nada.

A penas me acerco a hablarte cuando empiezas a contagiarme con tu entusiasmo y energía, haciendo que la ansiedad y nervios que sentí antes queden muy atrás. ¿Ya te había dicho que amaba lo que lograbas hacerme sentir? ¿Sí? Entonces déjame repetirlo, amo todo lo que haces por mi sin siquiera saberlo. Si no lo digo una vez más, siento que te vas a olvidar.

Hablaste todo el tiempo sobre cómo te había ido en tu viaje y lo feliz que estabas de haber vuelto a ver a tu familia. Tu sonrisa nunca se esfumó, haciendo que después de varias semanas yo también sonriera.

Me doy cuenta que ha pasado demasiado rápida la tarde cuando observo como el cielo celeste está teñido de rosas y lilas, también te das cuenta de ello y ambos sabemos que significa, hora de irnos. Te digo que voy a acompañarte hasta mitad de camino y no te opones a ello, estoy seguro de que necesitas esto tanto como yo.

En el camino te quedas callado, pero creo que quieres decir algo más, tal vez sean ocurrencias mías. Hemos llegado hasta donde acordamos y te despides de mi sonriente, como has estado todo el tiempo el día de hoy mientras yo intento hacer lo mismo porque incluso si me duele, tengo que. La única razón es que no quiero que te des cuenta de lo miserable que me siento al saber que no estás más a mi lado.

Pero sé que mi sonrisa va a ir desapareciendo con cada paso que des. No sirve de nada verte ir, por lo que me doy vuelta para salir de allí.

—¡Seungwook! —¿Era necesario gritar mi nombre siendo que no estabas tan lejos? Giré justo para atraparte entre mis brazos y evitar que te golpearas contra el duro asfalto. —Olvidé contarte algo.

—¿Y qué es?

—Nuestra teoría era errónea... —¿de qué...? — Mis padres aceptaron nuestra relación.

Y luego de eso me besas. Hubiera respondido más rápido pero la sorpresa era bastante difícil digerir. —¿eso significa que terminamos nuestra relación para nada?

Asentiste y mi indignación era gigante. —Mamá dijo que tardamos mucho en oficializar.
—Increíble —bufé mientras tu risa inundaba mi pecho de una cálido sensación. Rápidamente mis brazos rodearon tu cintura y te robé un beso —. Ahora, no voy a volver a separarme de ti. Nunca.

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Inspirada en I smile de DAY6 💕

I Smile; 2SeungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora