HELP ME

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Si condición actual no era esperanzadora, lo sabía. Era tan consciente de ello como el echo de que tenía que hacer algo para cambiar el triste pronóstico de su futuro, pero aún sabiendo aquello, no se atrevía.

Todo su esqueleto temblabla con evidencia, su respiración cada vez más agitada hasta el punto de hacerlo jadear por algo de aire. Su vista se nublaba y todo daba vueltas como una maldita rueda.

Apretó los puños con fuerza y cerró los ojos. Aunque lo ocultara era evidente, estaba teniendo otro de sus horrendos y vergonzosos ataques de pánico.

Se sentía debil, avergonzado pero más que todo frustrado consigo mismo puesto que detestaba sentir en carne propia cada miserable día de su vida  aquellas sensaciones de terror y desolación; aquellas ganas de llorar y gritar hasta que su garganta se estropeara. Hasta que sus cuerdas vocales se rompieran.

Quería escapar de su monstruo, de aquel que lo perseguía las 24 horas del día, aquel que por nombre era llamado: fobia social

Desde que supo de su padecimiento el chico había intentado buscar ayuda pero lo único que obtuvo fueron rechazos o dolorosos métodos, cuyo único resultado era el crecimiento del miedo a la humanidad.

Era difícil vivir con esa fobia que le impedía desenvolverse como el tanto quería con los demás, porque, sin importar lo que hiciera, siempre terminaba alejando o alejándose de los demás; formaba una barrera que nadie era capaz de derrumbar.

- Maldición.- susurro en voz baja mientras sus uñas dejaban marcas de media lunas en sus palmas, sus dedos entumecidose a causa de la presión.

Él enfrente al portón de su casa.

Cansado de su situacion, aquel día había tomado la iniciativa para salir a la calle y enfrentarse a aquellas personas que se encontraban en el exterior, pero al dar apenas unos pocos pasos fuera de su casa, su cuerpo se paralizo por completo.

El hecho de ver todas aquellas miradas desconocidas sobre él lo habían dejado en un estado de nerviosismo y ansiedad. Su mente comenzó maquinar miles de horrendos escenarios, el motor de corazón exploto en su pecho haciendo que vaya a la velocidad de la luz, sus piernas temblando y paralizandose.

Se vio obligado a detenerse a apenas un paso de la salida.

" ¿Que haces aquí? ¿No deberías de estar en tú cueva?"

" Oh miren pero sí es el niño raro"

" ¿Quién te crees para decir eso, enfermo?"

Yoongi apreto aún más sus puños y se arecosto en el marco del portón. Su mente nuevamente estaba maquinando recuerdos nada gratos de su infancia, recuerdos de aquellas personas que en vez de ayudarlo sólo observaron como se hundía poco a poco.

Se deslizo hasta quedar sentado en el suelo, rodeo con sus brazos sus piernas y oculto su rostro. La cabeza le dolía, su cuerpo se sentía pesado y titiraba ligeramente. Estaba teniendo otro ataque de pánico.

Las voces a su alrededor se hicieron más fuertes, quería acallarlas pero no tenía las suficientes fuerzas para hacerlo, por lo que simplemente tomó su cabeza entre sus manos y la movió de un lado a otro con desesperación. Se estaba sumergiendo nuevamente en el oscuro y solitario mundo donde vivía.

" Déjame"

" Alejate"

" largate de mi vista"

Todas aquellas palabras eran las que salían de su boca cada que alguien se acercaba hacia él con buenas intenciones, pero aunque no lo pareciera cada una de ellas tenía un significado oculto, un único significado.

- Ayuda.- Susurro con el último aliento de fuerza que tuvo antes de que sucumbiera nuevamente a la oscuridad
                        .
                        .

- ¿Estas bien?

Una suave voz preguntó al mismo tiempo que el pelinegro sentía un leve pero cálido toque en su hombro. Intento alzar la vista pero su miedo se lo impidió. De seguro era otra broma de su mente, porque nadie en la realidad se preocuparia por el.

- Oye, te pregunté sí estas bien ¿lo estas?

Se oyó nuevamente sólo que está vez más cerca

¿Era real lo que escuchaba?. Con lentitud abrió los ojos y alzó la vista.

Lo primero que vio fue una pequeña mano que lo invitaba a tomarla con confianza. Por un momento el pelinegro se quedó  totalmente estático viendo los pequeños falanges decorados con un par de anillos de hombre.

¿Quién era la persona que le tendía despreocupadamente su mano y no se iba como todos los demás?.

- ¿Estas bien?.- Preguntó nuevamente el pelirojo sólo que está vez más alto y cerca del paliducho, el cual abrio los ojos con sorpresa.

El sólo escuchar esa voz lo hizo sentir en calma. No puedo evitar sorprenderse, sólo había una persona que lograba eso y por desgracia ellla se encontraba a miles de kilómetros de distancia, en su pequeño pueblo.

Con acciones muy lentas dejó de abrazar sus piernas y alzó su diestra hasta casi rozarla con el contrario deteniendose a milímetros, no estaba seguro. ¿Que pasa sí lo que veía no era cierto? ¿Que pasaría sí de verdad su grito desesperado de ayuda no había sido escuchado? sino que sólo era un vil engaño.

Tenía dudas, muchas dudas

Pero al ver como la mano del contrario se alejaba y lo dejaba nuevamente dentro de su solitaria oscuridad dejó de lado todas sus dudas y se apresuró a tomarla.

Todo lo que sintió después de hacerlo fue indescriptible, fue como sí al sólo sostener esa pequeña mano toda la oscuridad se alejara. Como sí sus inseguridades desaparecieran.

- ¿Necesitas ayuda?.- Preguntó el pelirojo recibiendo un asentimiento por parte del contrario

- Sí, la necesito.- reafirmó el mayor aferrandose a la mano del contrario, no quería soltarla.

El pelirojo al escuchar la respuesta del pelinegro, sonrió dulcemente haciendo que sus ojos desaparecieran provisionalmente.

- Bien.- Contesto devolviendo el agarre con más fuerza

Queria darle confiaza al chico frente a sus ojos, no podia ignorar a alguien que estaba perdido y pedía ayuda desesperadamente. No podía y no quería, así que el mismo se encargaria de ayudarlo a encontrar nuevamente el camino

- Park Jimin, un gusto.

- Min YoonGi

Ambos chicos se observaron con brillantes sonrisas y después con pasos lentos salieron de la casa del primero, permitiéndole a este, ver por primera vez lo hermoso que podía ser el exterior.

Min YoonGi aún no sabe como, ni porque aquel chico pelirojo vino hacia el, quizás fue porque el contrario logró escuchar sus gritos de ayuda o quizás sólo pasaba por ahí cuando lo vio,  pero lo que sí sabe esque a partir de ese momento su vida  cambiaría.

Porque después de muchas suplicas alguien había podido escucharlo, alguien había podido ayudarlo

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Hi~ aquí publicando otro oneshote xD al menos no fue triste (?)

Debo de dejar de escribir con tanta melancolía xD Jajaja, pero que más se puede hacer, ese es mi fuerte LOL

Bueh espero que les hayan gustado, prometo hacer otro más happy de ellos en otra ocasión jeje

Bueh me despido!, byeeeee

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HELP ME ( YoonMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora