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Veía con sus ojos negros como las noticias hablaban del clima extendido para el fin de semana. Anunciaban fuertes lluvias, pero era lo de menos. 

Daba gracias a Dios que era viernes y podría al fin descansar, pasar un rato a solas con su novio. Quería terminar ya el colegio y comenzar a estudiar algo que en verdad le interesara.

Cogió su chaqueta blanca, su mochila, y con la barriga llena de un buen desayuno, salió de su casa. Sintió la brisa fresca envolverlo por completo mientras observaba a su novio Taehyung allí parado. Siempre iba a buscarlo en las mañanas para ir juntos al colegio. Lo agradecía porque le encantaba caminar con él de la mano y darse cariñitos mañaneros.

—Creo que estará bonito el día. —dijo Taehyung, observando como desaparecía aquel azul oscuro para teñir de naranjas y rosas el cielo. Estaba amaneciendo.— Aunque más bonito te ves tú.

Jungkook sonrió con las mejillas levemente sonrojadas y dejó un corto y dulce beso en los labios de su novio. Generalmente él se encargaba de hacerlo sonrojar, pero que Taehyung lo hiciera de vez en cuando le gustaba mucho.

Tomados de la mano, caminaron a un costado de la calle rumbo al colegio. No pasaban muchos autos por ahí y era mejor que usar la vereda.

Hablaban cosas sin importancia o sobre como los próximos exámenes que se acercaban. Jungkook no observaba mucho el paisaje. Llevaba pateando la misma piedrecilla hacia una cuadra, hasta que Taehyung lo hizo detenerse.

Levantó la vista, curioso por el paro abrupto de su novio y notó como miraba algo con suma atención. Volteo su oscura mirada para posarla sobre una casa rodeada de policías y médicos. Habían colocado las cintas amarillas que obstruían el paso.

—Es la casa de Jiwoo. —mencionó Taehyung por lo bajo.

Jungkook tragó en seco al notar como los padres de su compañera lloraban mientras hablaban con la policía. Sentía mucha curiosidad por saber lo ocurrido, mas no era buena idea quedar como un entrometido, así que apretó levemente la mano de su enamorado y caminó.

Taehyung no protesto, solo siguió a Jungkook.

El azabache observó una vez más la casa amarilla, notando como los médicos sacaban una camilla con alguien muerto o claramente herido bajo aquella manta blanca. Por los cabello rubios que sobresalían supo que se trataba de su compañera y un escalofrió recorrió toda su espalda.

Una mano caía por un costado y notó como su dedo indice tenia un pequeño corte en la punta.

Volteo rápidamente la mirada, algo arrepentido de haber presenciado eso y apuró el paso. Cuando más se alejara de ahí, más rápido lo olvidaría.

***

—Joder, creí que aquí nos libraríamos de lo que vimos en la mañana. —se quejó Jungkook, comiendo unas galletas.

—Jiwoo era bastante popular. Tenia muchos amigos. No creo que el tema termine así como si nada. Lo más probable es que el colegio le haga un homenaje y bla bla. —habló Namjoon, sin interés alguno.

Los pasillos no mencionaban otra cosa que la muerte de Jiwoo. Tanto él como Taehyung habían decidido no hablar de ello, mas el mundo parecía estar en su contra.

Los murmullos solo hablaban de teorías más locas que las otras sobre lo sucedido con la chica. La gente era muy morbosa, aunque claro, él de eso no podía hablar porque bien que se había quedado observando como se llevaban el cuerpo de la muchacha.

Le gustaba pensar que fue por pura curiosidad.

—Bueno, yo no era tan cercano a ella, pero igual se siente feo. —dijo Jimin, robandole una galleta a Jungkook.— Dicen que algo la mató. Sus amigas no dejan de hablar sobre un extraño juego con el que estaba obsesionada.

Hitori Kakurenbo | KookTae [OS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora