(única parte)

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Después de un intensivo campamento de entrenamiento los cuales participaron los equipos del Nekoma, Karasuno, Fukurodani, entre otros. Había resultado tan productivo y divertido que entre los chicos se pasaron sus números de celular para mantenerse en contacto.

Sugawara, quien le pasó su número a la gran mayoría de los integrantes de los otros equipos, logró hablar cada tanto con ellos, pero había una conversación que se destacaba en la pantalla de su celular, el chat con Kuroo, el capitán del Nekoma, al principio era una charla común y corriente, pero con el correr de los días fueron descubriendo que tenías muchos gustos en común, hasta incluso concordaban con su orientación sexual, al ser ambos homosexuales y al haber tanta química entre ambos, de a poco fueron estableciendo una relación.

Por obvias razones, era un noviazgo a distancia, conversaban hasta altas horas de la noche por teléfono, realizaban cada tanto videollamadas, aunque cuando se les daba la oportunidad lograban acordar para poder verse para poder mimarse, conversar frente a frente y de vez en cuando se sacaban las ganas que tenían de hacerse el amor.

De esta relación solo sabían los padres de ambos chicos, por parte de la familia de Suga aceptaron muy bien el noviazgo entre ellos, pero de parte del pelinegro no fue bien recibida, a excepción de su abuela paterna, la cual trataba al peligris como su otro nieto y más de una vez los cubría para que se puedan ver.

La única persona que conocía esta relación del ámbito del vóley era la mejor amiga de Sugawara y la mánager del equipo, Shimizu Kiyoko, ella siempre estuvo aconsejándolos a los otros jóvenes cuando tenían complicaciones de pareja y claramente también los cubría para que puedan verse tranquilos en los descansos de los campamentos que se realizaban.

Habían pasado varios meses desde la última que se vieron cara a cara, se extrañaban muchísimo y sentían que iban a explotar si no se veían pronto, por fortuna, se acercaba nuevamente un campamento el fin de semana, iban a ser dos días en donde seguro que en algún momento lograrían poder verse.

Entre partido y partido lograron acordar de verse a la noche durante el tiempo que tenían entre que se duchaban y la cena.

Al llegar la hora del encuentro, ambos se dirigieron al sector del complejo campamentil en donde no había gente y estaba un poco oscuro.

— Tetsuu~ - dijo el peligris, no muy fuerte, solo para que lo escuche su novio y luego se abalanzó contra éste para abrazarlo fuertemente –

— Al fin mi cuervito lindo ~ - sin dudarlo correspondió al abrazo un ratito y luego se soltaron y se dieron un pequeño beso –

Luego de ese maravilloso recibimiento, se tomaron de la mano y caminaron por esa parte oscura del complejo, charlaban sobre cosas que en realidad ya lo habían hablado a través de sus teléfonos celulares, pero era necesario retomarlos estando de nuevo así, juntos en la vida real.

En un determinado momento Suga logra ver un mirador hecho de troncos, tenía curiosidad de ver que era y lo llevó a las rastras a su pareja.

— Que linda vista que hay desde acá, lástima que esté muy oscuro – lo único que comentó sobre el lugar en donde estaban –

Suga se encontraba apoyado contra la baranda del mirador, mirando hacía el otro lado, y su novio aprovechó tal posición para abrazarlo por detrás y coló una de sus manos, algo traviesas, en el pantalón del menor, acariciándole el miembro por encima de la ropa interior, ya no soportaba más las ganas de hacerlo nuevamente, pero Suga, obviamente sonrojado, le agarró esa mano y la quitó de ahí.

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⏰ Last updated: Jun 09, 2017 ⏰

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