Scourge dejó de roncar cuando su teléfono vibro por enésima vez bajo la almohada levemente babeada.
Un bostezo acallado escapó de su boca cuando al fin pudo entreabrir los ojos enmarcados por la resolana de un sol de mediodía. Coló un brazo bajo la mullida superficie y rescató aquel infernal aparato que ardía sobre su palma ante la cantidad de mensajes y llamadas perdidas que no dejaba de recibir.
—Que se chinguen—murmuró para apagarlo y acostarse nuevamente sobre el borde de la cama.
Si su memoria no fallaba se encontraba en el Motel Weapon de mala muerte de Steel después de haberse puesto hasta la madre en su bar contiguo. Cada vez que asistía a aquel lugar putrefacto y lleno de adicción que siempre lo tentaba a beber más de la cuenta, Steel ordenaba a sus muchachos sacarlo del lugar cuando apenas lo vieran encaminarse al karaoke con la firme convicción de que gracias a tanto alcohol que le intoxicaba las venas su voz igualaría a un coro de ángeles.
Cualquiera sabría que era más probable una dominación mundial encabezada por Big a que semejante milagro ocurriera.
Después de eso, llegaba a la habitación número veintisiete más muerto que vivo y dormía sin reparos durante largas horas ininterrumpidas. Aquel era su cuarto predilecto al contar con una posición privilegiadamente alejada y oculta a simple vista por si alguno de sus compañeros llegaba a buscarlo a regañadientes por mandato de Fiona. Otra ventaja es que la puerta trasera daba a la carretera y solo le bastaba el haberse asegurado de dejar la moto ahí al llegar para no preocuparse por salir sin ser visto.
Los finos rayos de sol se colaban débilmente por los resquicios entreabiertos de las persianas, brindando una iluminación pesarosa que lo incitaba a volver a dormir pero un dolor tremendo que le quemaba los sesos lo hizo quedarse donde estaba.
Se quedó mirando algún punto equis de la habitación refrenando el impulso de querer vomitar cuando un gruñido amortiguado bajo las sábanas lo hizo sobresaltarse.
¿Qué demonios?
Apenas iba a voltear a ver quién estaba con él, cuando una mancha borrosa de color verde con amarillo le rozó la nariz y se estrelló de lleno contra el suelo. Un martillo gigantesco terminado en puntas desapareció tan rápido como cayó, dejando al descubierto los resquebrajados azulejos sucios.
Scourge se sentó sobre la cama con rapidez y se topó cara a cara con una eriza desgreñada de color rosa, llevando su chaqueta sobre su cuerpo desnudo lleno de marcas y con el rímel corrido manchando sus mejillas.
Joder. Joder. Joder.
¡Era Rosy!
Joder. Joder. Joder.
La eriza clavó sus vidriosas esmeraldas en él y escuchó como un quejido apenas audible escapó de sus maltrechos labios. Observó como la chica apretaba las sábanas con fuerza hasta que sus nudillos palidecieron. Sus largas pestañas hechas pegotes temblaron y por poco creyó que lloraría; pero al parecer, el shock apenas y dejaba procesar cualquier otra acción.
Aquello no podía ser verdad.
No podía ser posible.
Y sin embargo... se encontraba en una cama de motel con Rosy the Rascal completamente desnuda y cuya pinta de loca se hacía más pronunciada a cada segundo que se negaban a apartar las anonadadas miradas.
Y ambos cayeron en la cuenta de lo que había sucedido.
No necesitaban más para aceptar lo que sus recién espabilados cerebros bramaban sin cesar dentro de sus cabezas.
¡Jodeeeeer!
No hizo falta nada más para saber que habían follado.
Ambos seguían enfrascados en los ojos del otro y no pudieron evitar gritar sin perder contacto.
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Veneno en la piel [ScourgexRosy]
FanfictionScourge y Rosy se despiertan tras tener su primera vez...y si, me refiero a que ya no son vírgenes. Bueno, dejémoslo en que solo fue Rosy.