Te faltó darme

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No me diste todo, ni peleaste por mí como una fiera, mentira si piensas que voy a presumir tu amor, ni quiero que lo veas como un escondido rencor.

Tuviste miedo, tentaste bien él terreno y no diste él paso que tu corazón quería.

Fuiste astuta y nos engañaste a los dos, a él degustando las noches de ensoñación, fingiendo un temblor al hacer el amor, pero suspirando un latido de mi corazón.

Y a mí, cuántas veces te esperé con los brazos abiertos con el alma pendiendo de un hilo con la ilusión de tenerte en un nido, pero la oscuridad varias veces me acompañó porque a ti todo se te atravesó y nunca llegaste por mucho que te llamará con los ojos opacados por el dolor.

Pero vivía una fantasía que no entendías y si nos ponemos a contar nuestras heridas te darás cuenta que perdí más yo y no hay queja me gustó el sabor amargo que le diste a lo poco de tu tiempo, que le inyectaste a mi vida.

Y aquí me tienes con las manos vacías, con la vista casi perdida sin mi compañera a mi lado que me quiere ver lejos de su mano y sin pasión por andar detrás de ti recogiendo pequeños pedazos de amor.

Y gasté años que no volveran los mejores, los que guarda uno para él final y quedaron marcas en mi cara, en mi flama y ahora te vas como un amante que nada teme sin volver atrás, con la seguridad de haber quedado bien sin pensar que me debes muchas horas sin sueño por querer ser tu dueño.

No, no lo diste todo te faltó tu primera vez, que tanto valoraste y no la merecía por lo cual no la concediste.

Tus mejores años de juventud de oro, que mucho atesoraste.

Tú mano ante el altar y él beso que se da después para viajar.

La sonrisa alegre y fascinante cuando se anuncia que vendrá un bebé.

Él miedo que se tiene al meterte al hospital y después olvidarlo porque en mis brazos duerme.

Ver nuestros triunfos y fracasos por formar una familia como se debe.

Darme la felicidad de ver a ese hijo crecer y llevarlo de la mano para ser su guía.

Te faltó vida mía, caminar conmigo en la tercera edad entre bosques y ríos como dos niños recogiendo nidos y acomodarlos en la copa de los pinos.

Y también siento decirlo, te falta un día, darme el último beso al cerrar mis ojos y me mandes a la lejanía a buscar flores a llenarme de ilusiones, esperándote en el marco de una niebla con la esperanza llena, de verte llegar para que me acompañes en esta nueva travesía, donde iluminará un enorme sol para ti, para los dos.

¡Y ya ves, no lo diste todo!

León

9 de junio 17. 2:35 am

Para Yellow con el alma congelada

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