Water Droplets

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Dedicado a RomaHeta

Era un día nublado, el sol estaba escodido tras la sombra de las pomposas nubes y a penas irradiaba unos leves rayos.

Chubascos caían irregularmente sobre la resistencia, empapando a todo miembro de la resistencía que se disponía a salir y jugueteando con los paraguas que usaban para protegerse de las traviesas aguas.

El día era lento. Nadie se atrevía a salir de sus habitaciónes ni asomarse a ver la lluvia. Todos preferían sus rincones a estar frente a las monotonas oficinas.

El olor de la lluvia se extendía a lo largo de los pasillos, haciendo que los miembros de la resistencia envidiaran su aroma.

Las gotas golpeaban en el tejado, creando una simfonía que nuncas antes un humano o reploid habían escuchado.

El caballero en rojo se acercaba por los pasillos desiertos. ¿Una ruta?

No lo sé, tal vez todavía no la había pensado.

El fluir de sus pasos resonaba a lo lejos cuando revotaba contra las paredes de pasillos desolados.

El solitario caballero de dorados cabellos esperaba encontrarse a su amigo más preciado.

No era claro, pues, hace mucho que ellos no se habían buscado.

Pero los milagros pasan.

Una suave voz llamo del otro lado de una puerta que hace mucho había olvidado.

Esa puerta con la letra más hermosa, la que deseaba pero nunca había obtenido. Le abrió esperando ver que dentro de este cuarto, su mejor amigo le esté esperando.

Y era cierto aunque no lo creía. Sus ojos verdes y su cabello color marrón, su sonrisa, sus vestiduras azul.

El caballero corrío a su amado, al que nunca le había declarado su amor. Aunque ambos ya sabían cuanto se amaban pero decidían no decirse para no sufrir.

No sufrir cuando el castaño sea olvidado en la memoria siempre estar sellado.

Los ojos verdes se encontrarón con los que hace mucho había deseado. Su sonrisa grande y su tristeza ausente.

-Zero.- Fue el llamado que dió el castaño

-Acercate.- una dulce voz salía de los labios de su amado que desde su cama llamaba al rubio.

-X.- El caballero rojo se acercó desesperado a darle un abrazo que el otro correspondio.

Si, no podía tocarle pero hace ya mucho tiempo atrás que había aprendido a sentirle como antes.

El castaño pasó la mano por entre los dorados cabellos de Zero, viendo como estos se delizaban sin necesidad de hacer presión.

X rogaba por quedarse un poco más de tiempo así. Por sentirle otra vez y besarlo.

Pero eso le costaría mucha energía y con la que tenía no era suficiente, solo lograría desaparecer más rapido.

-Zero, necesito decirte algo.-
X se alejó lo necesario para ver su cara.

-Si.- El caballero rojizo dijo y le planto un beso en los labios.

-Zero, tu sabes mi destino. Que yo desapareceré algún día y ya no podré verte así que por eso vine. Quería mirarte para después esperar hasta desaparecer.-

El rubio miro al castaño con ternura, acarició una de sus mejillas y le dedico otro beso que dejo a ambos rescostados en la suave cama.

Los chubascos persistían, los aromas a lluvia no se extinguían y los miembros de la resistencia seguían refugiados en sus habitaciónes.

Las gotas caían salvajemente, rompiendo su antigua simfonía que momentos antes, se escuchaba como dulce melodía.

Pero la lluvia no se atrevía a romper la fragancia que salia de ese cuarto a lejos, dejado en el olvido.

Por un momento ya no eran X y menos Zero, eran ambos en uno solo.

Un compás que llamaba a una melodía. Unas notas que a los oidos extraños parecían ruidos sin sentido.

Pero cada quién tiene su opinión de cual es mejor canción.

El rubio tomó al castaño entre sus brazos, deseando que nunca dejase su lado. Pues ese mundo ya esa demasiado cruel y quitarle a su amado era maldad.

El castaño a penas abría sus ojos, pues, ese acto le costó mucha de su energía. Aunque no se quejaba, solo deseaba decirle lo que sentía a su amado.

-Zero.- hablo suavemente el castaño.

-Yo te amo. Cuando dabas tu vida por salvarme y yo te esperaba otra vez.- esa oración se convirtió en pequeños sollozos.

-Lo sé X.- El rubio trató de hablar pero algo le detuvo. El castaño se veía mas transparente e incluso al sostener su mano, esta no se atrevía a moverse.

Él siempre había sido el más fuerte en esas situaciones pero el ver desaparecer a la persona mas especial en su vida le había dejado el corazón echo pedazos. Pero no podía llorar frente a su amado, eso solo le haría doler más su partida y Zero quería que al menos él fuera feliz antes de desaparecer.

-Zero, no es muy tarde para decir lo que sientes. Y entenderé si no quieres decirme. Incluso si ya no puedo escucharte.-

-Te Amo, X Light.- le abrazó más fuerte y aunque traspasaba a X no le importaba sostenerlo asi de fuerte.

Una sonrisa se dibujo en los labios del castaño y sus ojos poco a poco iban cerrandose.

Y cuando Zero fue envuelto en un destello, supo que la vida de su amado se había esfumado.

Se abrazó fuertemente a si mismo, dejando caer las lágrimas que había forzado a no derramarse en sus mejillas.

"Dejame sostenerte, antes de que sea tarde."

Los chubascos seguían jugueteando con los miembros de la resistencia.
Su aroma se seguía extendiendo por los pasillos solitarios. La simfonía había regresado y poco a poco desaparecía.

Mientras que el lejado cuarto, llevado al olvido yacía el caballero carmesí llorando la partída de su reploid más querido.





















X.

Let Me Hold You (Cyber-Elf X x Zero One-Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora