Delta 谎言: KOOKMIN

相

Jungkook suspiro mirándose al espejo otra vez. Tocando su rostro y moviendo—como también apretando— sus par de mejillas, dolía. Se analizaba tranquilo, moviendo su rostro en varias direcciones y apretó los labios de pura frustración. Apartándose del lavado, tiró un poco de sus cabello, soltando un fuerte gruñido que ni siquiera fue producto del dolor que sintió al tirar su cabello, si no de todos esos tormentos que navegaban en la cabeza del castaño, haciendo que cerrara los ojos con fuerza y la respiración comenzara a colocarse acelerada. Y entonces dio un grito de dolor y frustración.

Golpeó un poco su cabeza y las lágrimas se hicieron presentes. Haciendo que toda esa imagen de chico rudo o que tenía las cosas bajo control se destruyeran en esa madrugada. No se sentía bien. La soledad era algo que abundaba en su vida desde que vio como aquellas personas que debían llamarles padres, murieron, dejándolo solo en un mundo que apenas entendía y este avanzaba de forma horrible hacia adelante.

Todos avanzan y Jungkook quedaba atrás.

Se preguntaba cuando fue que todo cambio de la nada y se movía en varios lugares para así no ser notado, aunque quisiera serlo.

En realidad, Jeon Jungkook no era su verdadero nombre, porque eso no lo podía recordar. El nombre que llevaba siempre iría cambiando cada ciertos años como su apariencia, aunque ahora estaba cansado de seguir arreglándose o variando estilos. Se burlaba de él mismo en este tipo de circunstancias, nadie le podría recordar porque ningún ser humano sabía su verdadero nombre, ni siquiera él y era claro que todos quienes sabían aquello tan importante para su vida, se encontraban muertos.

De forma patética seguía esperando a que la muerte llegara por él. Que dejara a su alma vagando por el mundo si era necesario. Incluso ser arrastrado hacia el infierno y someterse a grandes torturas mientras cumples con supuestos trabajos pesados y te lamentas, no sonaba tan mal para Jungkook. Algo que odiaba era vivir. Si hacia memoria, cuando pequeño, podía jurar que temía a la muerte y a veces ni siquiera podía conciliar el sueño cuando su mente se hundía en los pensamientos y enigmas jamás respondidas, incluso lloraba por las pesadillas que ocasionaban esas preguntas sobre la muerte. Era cruel eso de que todos tengamos cierto punto en donde nuestro reloj se detenga y todo termine rápidamente para nosotros. De pequeño hasta le veía injusto y odiaba a Dios por eso, no quería que su madre ni padre murieran, como tampoco aquella mascota que tenía de niño, nunca quiso que ellos dejaran de respirar y sus corazones dejaran de latir para abandonarlo en este mundo cruel y sin piedad.

Hace años temía a tanto. A la muerte y al futuro, preguntándose si algún día podría salir adelante o haría sentir orgullosos a sus progenitores por donde quiera que ellos estuvieran. Antes anhelaba tantas cosas.

Y ahora lo único que anhelaba era morir de una buena vez por todas. Nadie le iba a extrañar, después de todo ellos se fueron primero que él.

Una persona sin ninguna motivación para vivir, los días serán horribles y vacíos. La gente se sentirá hasta falsa y el sentimiento de que comienzas a sobrar aumenta. Jungkook también pasó por aquello. No tenía ningún motivo de vivir, eso era una estupidez ahora.

Lo consideraba así luego de miles de años viendo como todo lo que hizo fue para pasar aquel momento. Hace mucho tiempo atrás tampoco le importó vivir en la calle y no consumir nada, ni una gota de agua. También había intentado cortarse la garganta y nada. Quemar la habitación donde se hallaba y salir sin ninguna quemadura, a excepción de su ropa que era la que mayor daño sufría. Intento miles de formas para morir, también se tiró de un edifico bastante alto, sí, sintió un dolor horrible al partirse la cabeza y que el resto de su cuerpo se haga mierda, pero claro, al abrir los ojos otra vez, ya se encontraba en el suelo lleno de sangre y que su cuerpo estuviera en perfectas condiciones.