En mi mente un día con un tesoro tropecé
mas es ella moneda alguna existía
si no que de filosofía llena se hallaba,
lo mismo, que hoy, vivo me mantiene....
Pero a su vez lentamente me destruye
pues por cada mitad de respuesta conseguida
una pregunta en mi cabeza se aparece...
sin embargo de felicidad y calma me atesta
y esto se debe a la cálida sangre
que, de mis cortados brazos, brota,
para por mis dedos lentamente deslizarse.
Una gota, por cada pregunta...
¿Qué somos en la vida al final?
Yo hace tiempo que ya lo decidí
luego de que mi cofre se vaciara..
y así al fin, a mi vida le puse fin.