Capítulo 1: Todo tiene una razón.

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Esperando ansiosamente como el niño pequeño que era tras la ventana, que plasmaban tanto hielo que no dejaba ver lo que pasaba allá afuera. Esperaba a su padre llegar de su viaje de negocios, aunque como siempre se iba meses y solo se quedaba unos cortos días, más para el pequeño Blake eran como si la primavera se hubiese adelantado, el unico regalo que añoraba tener en sus brazos era un abrazo de su padre.

Se escucho la manija y como se abria lentamente aquella gran puerta que le impidia verlo, corrió mucho más rapido que cualquier cosa o eso el se lo imaginaba; hasta al fin colocarse en una de sus pierna y abrazarlo.

—Blake muevete, ya no tienes 3 años— Al escuchar esas palabras, sintio como su corazón se hacia pequeño y cada vez más distante al de su padre. Se separo de el mientras con sus ojos lo miraba su padre suspiro y se sento en el sofá apartado de la sala.

—Vaya hasta que te dignas en venir a ver a tu hijo ¿y que? ¿le daras algun tonto juguete para que se le quiten las ganas de pasar tiempo contigo?—Blake veía como au madre le llamaba la atencion por el desamor que mostraba aquel gran hombre, después de todo, todas las noche buenas eran así. Ya no había unidad y el amor se había vuelto escaso, mientras discutian el se mordia sus labios con deseaperacion.

—Hace tiempo te lo quería decir pero... me voy de la casa, estoy enamorado de otra mujer Margarett.— Su madre empezo a derramar lagrimás más rapido de lo esperado mientras abría su boca ante tales crueles palabras.

—¡Tenemos tan solo 7 años juntos Mark, tenemos que cuidar a Blake!— Vio como se paro del sofa, agarro su portafolio y solo pronuncio unas cortas palabra antes de irse "Lo lamento, lo cuidare de lejos" que chiste tenía si su padre volvia a estar lejos.

[...]

Blake escondido en un rincón al ver desconsolada a su madre, apretujando sus cobijas mientras acostaba derramaba el maquillaje que se había puesto para verlo, tan guapa que se veía solo para darle un gusto a su esposo. Si lo pensaba cualquier persona ¿que culpa tenía el niño? los adultos nunca captan el dolor de un infante, piensan como si se fueran a la luna y nunca escucharan los reclamos, gritos, o separaciones de los padres. Los niños quieren ser adultos y los adultos niños, por que ellos no ven que entre más creces...más egoísta te haces.

Quizás Blake no capturaba con atencion la gravedad del asunto, más sabía lo que era separarse. La madre empezo a sollozar con más ganas, viendo fotos de su matrimonio, después de todo ¿por que los adultos se casaban si iban a terminar yéndose? el casamiento no era un simple juego que podías hacerlo de nuevo cuando quisieras, jurabas amor hasta que la muerte los separase pero ¿si la muerte aun no llegaba que lógica estaban usando sus padres?.

Después su madre decidió mudarse junto a Blake, tomo inmediatamente sus cosas y se fueron con su abuela. Ante tal acción, Blake se sentía deprimido de no volver a ver a su padre más su madre dolida empeoraba aun más las cosas diciendo ''Tu padre es un inútil'', ''No te cases si le harás esto a una chica'' ''El amor no te llegara, Blake.'' en vez de ser optimista era negativa, solo le hizo pensar a Blake en su odio al amor y el resentimiento hacia su padre.

~3 años Después~

Blake tenía 10 años y por alguna razón su madre se veía más miserable que hace tiempo. A pesar de estar con ella no recibia cariño reciproco de su parte, intentaba de todo para tan solo escuchar que lo amaba, más de tanto insistir se había cansado, se había vuelto un niño alejado de su madre, tenía solo un amigo por que ya no le daba importancia a los demás.

Como todo niño normal, el iba a la escuela. Era estudioso aunque algo callado, no miraba a su alrededor tenía solamente un amigo, Patrick, un chico de tez morena y ojos verdes que solamente hablaba y hablaba. Blake en cambio era palido de ojos azules más su cabello era marrón no podía evitar la mirada de algunas niñas, sin embargó en lo unico que ponía sus ojos era en aquella libreta de rayas la cual le encantaba dibujar. Dibujar era como ir hacia otro mundo donde no hubiera personas o estrés aunque muchas veces pintaba su corta y triste realidad de su pobre e insignificante familia separada. Muchas veces Patrick le contaba que le gustaba Anastasia, la chica más ''hermosa'' del salón una tipica niña rubia de ojos de color celeste, tal vez era muy pequeño para pensar en el amor, pero aun así sabía que seguía siendo una tontería.

La vida era tan corta y tan diminuta que el simple hecho de que su madre estuviera infravalorando el amor le hacia querer saber menos de el. Se dedicaba a hacer sus quehaceres e incluso algunas veces a anotar canciones en su libreta, no quería prestarle atención a lo que le llaman mundo real solo se metía en un mundo donde para él, amarse era tan innecesario que la única felicidad que existía era la soledad. Se desperto para ir a la escuela, preparo su uniforme y agarro dinero para el almuerzo ya que su madre estaba tan ocupada en sus cosas que nunca le hacia el almuerzo. Tomo el autobus y sin pensar donde sentarse solo coloco su cuerpo en un asiento sin ver quien estaba al lado suyo.

—Hola, me llamo Anastasia,¿ estas en mi salón verdad?— la típica niña rubia con dos coletas le estaba hablando, la amada de su amigo, pero aun así el no quizo responderle, optó por ver hacia el techo del autobús e ignorar sus cortas e insignificantes palabras, no obstante ella hablaba como un perico, según su perspectiva. —Nos tocara la clase de inglés y la maestra es chocante ¿no crees?, prefiero que ya sea recreo y comerme mi almuerzo.— pronuncio una ligera sonrisa.

—No me interesa nada de lo que mencionas, cállate niña.— La niña hizo un gran puchero y se volteo dándole la espalda como si así le llegase a importar. Él simplemente no comprendía el por que su amigo se interesaba en ella solo era una niña boba y sin cerebro aparente.

Corazón de papel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora