La Chica de Los Sueños

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Otra noche fría bajo el manto de las sábanas, empapado de gracia de lunas, las estrellas anhelando un brillo, esperando un sonido el cual oiría las siguientes noches, el cierre continuado de un silencio astral, junto a la extraña sensación de amor que sentiría los posteriores días. Mis ojos solo veían como las paredes se ennegrecían, cómo se perdía mi sentir de la realidad, cómo las horas pasaban volando, y cómo mi mente rechazaba la aceptación de que estoy acá. Dejandome llevar por el viaje, me adentré en mi nuevo vivir, el cual no tendría que negar.

- Hola. ¿Cómo estás?- Me dijo, alguien con un rostro tan familiar, que ha sido recolectado en mis más profundos pensamientos, al parecer supo cómo llegar a la superficie, desterrandose a si misma de mis más profundas esperas.

- Ho...¡Hola! Muy bien, ¿y vos?

Reaccioné de una manera tan visceral, la euforia predominaba en mi, las palabras apenas caían de mi boca, expuse todas las sonrisas que en mi cara habían, pero no era solo por felicidad, seguridad, tranquilidad y no sentirme solo, había algo más dentro de ese anverso.

La charla continuó, fue tan espléndido, pero el tiempo voló.

La tinte de la noche, se derramó, el sol se levantó para despertar la voluntad de la gente, y continuar el ciclo vital, mis ojos se abrieron de par en par, comenzó a derretirse la cordura emocional que habítuaba en mi, lamenté tanto haberme despertado, solo desearía dormir, esquivar sueños irrelevantes, en los que esté ella, me gustaría soñarla siempre, soñar las mismas cosas todos los días, pero es imposible, asumo que luego de despertar, ella no estaría allí.

Salí de las cuatro paredes para enfrentarme al mundo real, lejos de ella, pero, no tan lejos como yo lo pensé. La ví, juro que la he visto, estaba retratada en existencia y materialidad, con sus ojos tan bellos, estirados, y brillando como el mismísimo sol, su pelo rojo como el verter de un ser rojo amargo, el cual me despegaría de mi percibir un calvario, y finalmente, lo que más me capturó, una sonrisa que navegaba de oreja a oreja sin motivo aparente, haciendo que los alfileres que la sostenían bailen con las estrellas al rítmo de una canción de luna. Quiero hablarle, pero, será la próxima vez, hoy mi impácto fue muy grande, estoy de mal humor, y mi hostilidad quizá arruine todo, la próxima, me lo prometo.

Vuelvo a retratarte en mis sueños, y el eclipse que nos guía a una conversación y un flujo de positividad alcanzada por una tempestad de sentires, quiero desvelarme en mis sueños, quiero dormir para sentir una y otra vez, quiero perderme en la nocturnidad.

Alrededor de la somnolencia, un poco lejos de la inconsciencia y la vigilia, una esfera me guía a escaparme de un delgado cuadro, hacia donde mi figura podría ir, y verte otra vez. Fue justamente lo que pasó.

Quiero dejar de esconderme, escaparme del sótano del nerviosismo y la timidez, Y preguntarte Por qué me pareces tan familiar, Cómo fue tu día, Cómo es tu nombre.

Al final del día, el destino me sorprendió, y sólo te ví allí, arriba de un sólido suelo. Finalmente, mi róstro quedó firme, mi corazón escapaba por las ventanillas, deseaba no estar ahí, el clima se hacía más tenso y denso, solo, cedí a hablarte, y preguntarte lo que tenía pendiente.

-Hola, ¿Cómo te llamas? disculpame, quizá no me conoces, pero, solo quería hablarte, me pareces muy bonita, y te veo un rostro muy familiar, perdón por la molestia.

-¡Hola! no tenés por qué disculparte, ¿Cuál sería el motivo? ¡Muchas gracias! Mi nombre es Indivar y en realidad, vos también me pareces muy conocido-

-Ambos encerrados en un círculo de simpatía, regalandose sonrisas, y miradas, ésta tenía que irse a su casa, y éste lo invita a tomar un café el día siguiente, a lo cual ella acepta-

Todo su alrededor parece estar alucinando, cuando la dualidad crece, la realidad comienza a deformarse, perdiendo el sentido, desplegandose de la verdad, los ojos de las personas se cierran, risas y confusiones parecen estancarse en ese clíma tan bello e incómodo, viendo como el mísmo hablaba solo, y no se da cuenta.

Otra oportunidad, para asumir que estuviste ocupando el 90% de mi día dentro de no solo mi cabeza, sino que dentro de mi distancia también. Resurgiendo en un día completamente nublado, una taza dentro de mi, y vos estás en frente mío.

¿Acaso éste es el día de nuestro café? me pregunté.

-A lo que Indivar contestó con una gran sonrisa- Sí, lo es.

Tomaron un café, actuaban igual que dentro de la vida real, recordando aquella conversación, al parecer, no fue ficción, al menos para mi.

Ámbos terminaron el café, querían hablar como la otra vez pero fuera del sueño, acordaron un lugar para juntarse para un café, él tendría que estar allí primero porque él dijo que se lo pagaría a ella, luego de ello, con un beso y un abrazo se despidieron, se despidieron con un gran abrazo, que pareció muy sospechoso, tenía una mezcla de felicidad, y melancolía, ésta última haría caer un poco más la balanza, y tal vez ese sea el motivo, pero no le haría caso, entonces luego de ello, sería un hecho para el, que en su agonía llamada cotidianidad, donde existe el tiempo, se verían.

Seis de la mañana, y cómo nunca, he despertado con ganas de ver el sol arder, el tiempo pasar, y congelarse hasta que ella llegue, recorrí el fresco de la ciudad, me senté en ese banco, llegó a mi una taza de café, y ví como el día se desvanecía lentamente, mi Moca estaba frío, la luna se iba de punta punta mientras el sol luchaba por esconderse. A lo cual, el dueño de la cafetería me diría que están a punto de cerrar, me he desepcionado, fuí plantado, y eso hizo tirar mi ánimo hacia el punto más bajo, llenandome un poco de angustia y preocupación. Preguntas rondarían dentro de mi cabeza.

Volví a soñar, esperé durante horas también, el reloj de arena comenzaba a marearse, apareciste, y hablamos como siempre, me he calmado, creí que algo te sucedió por un momento, qué suerte que estás aquí -Dijo el jóven- era todo normal, había un tenso aire, fuerte, y lleno de angustia, amargura, quería despertar, era momento, algo me obligaba a hacerlo, a lo cual lo hice, y luego... ocurrió algo en lo que quedo atónito, una noticia en la televisión mostraba que una jóven fue encontrada muerta dentro de su habitación, con una sorprendente y preocupante dósis de Xanax y Doxepina. quedé impactado, un gran escalosfrío recorrió mi cuerpo de cabeza a pies, quedé completamente helado, en shock. Apagué la televisión, me recosté en mi cama, y comencé a pensar en ella. Escuchaba su voz dentro de cada pensamiento.

Pasaban las noches, y ésto se convertía tan dificil de superar, es muy dificil de superar. es imposible. pero, ¿Así quiero estar siempre, recordandote de manera trágica? No, no es lo que quiero, quiero hacerte valer por lo que en realidad eras, y sos para mi. No estás muerta para mi, sos la única estrella que, quizá no brilla para el mundo, pero, para mi, brilla más que cualquier estrella, y que la luna. 

Cada llanto, cada duda, cada bajón, cada sentimiento negativo sobre cómo la fatalidad te tomó de mis manos, lo transformaré en una ída al parque, plantaré una flor, rescataré un animal, todo por vos, la sublimación será mi modo de escape de la pérdida, pero lo que más me ayudará, será, un recordarte con una sonrisa pegada a mi cara, por vos, también, lo convertiré en tomar un café, para al final del día, adentrarme en un sueño, en el cual esperaré a que te muestres, para estar allí por siempre, para sentirte cada vez que esté insensible arriba de la suavidad y bajo la inconsciencia.

La Chica De Los SueñosWhere stories live. Discover now