Necesito contárselo a alguien.
Parecemos una pareja normal de adolescentes, cogidos de la mano; pero estamos en un entierro y la persona que sostiene mi mano, está llorando; sin sentirlo.
No sé en qué pienso, no sé como tengo los cojones de estar aquí, deberían saber la verdad.
Cogeré un vuelo mañana, ella no sé que hará, no es cosa mía su vida, sólo la vigilo hasta mañana.
Desapareceré, ya tengo el pasaporte, la ropa en la maleta y el billete para las siete y media de la mañana.
Les he dicho a mis padres que me iba unos días, que no me encontraba bien después de su muerte.
Ahora mismo me encuentro mareado, me duele la cabeza y apenas me sostengo, pero aún así me mantengo de pié, como si sólo estuviera triste, pero no me siento.
Falsifiqué la autorización de mis padres, necesitaba su permiso para irme a Islandia, aún soy menor de edad y necesito justificante. Ellos piensan que voy a Sevilla a casa de un amigo, de vacaciones.
Pero es mentira, a partir de mañana, toda mi vida se convertirá en una mentira.
Tengo la cabeza hecha un lío, quiero irme ya, pero aún tengo que dar el pésame a su familia.
Mi exnovia ha muerto, posiblemente por mi culpa, y su asesina sostiene ahora mi mano.
Hasta hace tres días, éramos un grupo normal de amigos, hasta que nos descubrimos, y todo salió mal.
Voy a darle el pésame a los padres y me voy, tengo que irme antes de que ella sospeche.
-Amor, ya te vas?
-Sí, necesito ir a descansar, el vuelo es temprano
-¿Seguro que no quieres que te acompañe?
-Sí, seguro, Ían me espera solo, y su madre no permitiría que fueses sin avisar con antelación.
-Te estaré esperando
Pero ni yo volveré, ni ella dice la verdad
Me jode separarme de mis padres y mi hermano mayor, pero ya no puedo cambiarlo.
Siento alejarme de los padres de Elena, ellos me lo han enseñado todo.
Llevábamos cuatro años juntos y la he visto morir, apagarse en mis brazos
