«No eres tú Madeleine, eres súper linda, pero creo que desde un principio era algo imposible por la distancia. Eres genial pero te mereces a alguien que en verdad te pueda amar. Enserio lo siento»
Fue el último mensaje que recibí de Josh.
Al principio me sentí triste pero no tanto como suponía que estaría. Fui novia de Josh durante 4 meses pero en realidad sólo fueron 3 meses los que de verdad fui su novia ya que el cuarto mes únicamente me ignoraba, me dejaba en visto y no contestaba a mis llamadas.
Mi mamá me dijo que me veía diferente pero le dije que no me pasaba nada, ya que era novia de Josh en secreto y si se lo decía me iba a ir peor de lo que estaba.
Le dije que iba a ir a entrenar volibol así que llegaría como a las 7, por si quería irse a dormir ya que cuando estoy yo dice que no puede quedarse quieta, lo cual no tiene sentido pero bueno...
Cuando llegué a la cancha solo estaba Adriana, la saludé y como es mi mejor amiga desde secundaria le conté todo lo de Josh. Reaccionó como pensé, quería matarlo y decirle todo lo que pensaba sobre él pero le tuve que decir que así estaba bien ya que solo empeoraría las cosas.
-Esta bien pero dime ¿cómo estás tú?- Adri parecía preocupada.
-Estoy bien, de hecho estoy mejor de lo que pensaba que estaria, me duele admitir que no estoy destrozada ya que eso significa que yo tampoco lo quería tanto como quería y eso sí me hace sentir mal - le dije todo lo que pensaba.
Pero antes de que me pudiera contestar llegó dando saltitos Katalina, la chica que más me cae gorda de todo el equipo.
-Hola, solo ustedes han llegado- dijo con su tono fresita.
-Si...- le contesté fríamente
A lo que creo que entendió la indirecta y ya no me contestó. La tres nos pusimos a calentar y luego a trotar por la cancha. Luego llegó el resto del equipo y la entrenadora.
Cuando acabó el entrenamiento me sentía mejor de lo que había llegado, iba ya a salir cuando Adri me habla.
-Vamonos, te llevo a tu casa- asentí y me subí a su coche. Adri ya sabe conducir así que no me preocupe.
-Sabes... De lo que me dijiste hace rato sobre que no estás tan triste por ese asunto, no significa que seas mala persona. Simplemente paso lo que tenía que pasar, no te puedes culpar a ti misma porque no estés triste. A lo contrario, deberías estar orgullosa de que no dependas de ningún hombre. - dijo con una replandeciente sonrisa.
-Si, creo que tienes razón. Por el momento no me quiero enamorar y así poder hacer todo lo que quiera. Gracias-.
Luego de 5 minutos llegamos a mi casa y me despedí de Adri. Llamé a la puerta y nadie contestó, tuve que sacar mis llaves y abrir la puerta. Grité haber si había alguien en casa pero nadie respondió. A lo mejor y mi mamá había sacado a pasear a Kookie, es mi perrita.
Me metí a mi Facebook y nada nuevo, lo mismo de siempre, Katalina subiendo sus "selfies", Cristina subiendo muchas indirectas hacia su exnovio, Rosalba con sus memes y cosas por el estilo. Creo que es la misma rutina que siempre eh tenido cuando todavía no tenía novio.
Pasaron y pasaron las semanas, todo seguía igual hasta que un día estaba en la escuela y mi tutora llegó por mí y me dijo que alguien me llamaba a la oficina.
En ese momento todos mis compañeros se me quedaron viendo, lo típico cuando mandan a llamar a alguien pero esta es la primera vez que me llaman y se sientia muy incómodo todas esas miradas que estaban sobre mi.
Salí del salón y me dirigí a la oficina, es la primera vez que veo el pasillo tan silencioso, sin ningún ruido, ni siquiera las voces de los profesores ni el escándalo de mi salón. Eso era nuevo.
Llegué a la oficina y la secretaria me pasó el teléfono.
-Hola-? - pregunté.
-Mad!!! Tú hermana tuvo un accidente!!! -estaba muy sobresaltada- puedes venir al hospital Gruss?
-Esta bien voy para allá- fue lo último que le dije y me colgó.
-Que pasa Madeleine? - me preguntó la secretaria.
-Me tengo que ir, tuvimos asuntos familiares, luego mi mamá le viene a dar el justificante- le dije y fui corriendo por mis cosas al salón.
Abrí la puerta y todos me seguían viendo.
-¿Qué pasó Mad?- me preguntó Adri.
-Luego te cuento -le dije, agarre mi mochila y fui con mi maestra encargada- Mis, surgieron algunos asuntos familiares y me tengo que retirar- la mis asintió y me dejó irme.
En cuanto llegue al hospital caminé rápido hasta la recepción y me encontré con mi mamá. Fui hacia ella y la abrace lo más fuerte que podía.
Podía sentir como sus lágrimas caían en mi camisa, quería decirle algo en ese momento pero no me salían las palabras, luego de segundos sentí como también las lágrimas se desbordaban de mis mejillas.
Luego de un rato llegó mi papá. Con la corbata descompuesta, su cabello hecho un desastre y jadeando.
- Y-ya llegué - luego tomo aire y le siguió - ¿Cómo sucedió esto?
-Lo siento, fue mi culpa. - Y empezó a llorar más fuerte - Estábamos en el Walmart y estábamos pagando. Me pidió dinero para un helado y se lo di. Cuando termine de pagar iba a alcanzarla a la entrada pero no la encontraba. Me preocupe muchísimo y fui a ver si se había ido al área de galletas, fui pero nada. Luego fui de nuevo a la entrada y se escuchaban patrullas, corrí a ver qué pasaban y resultó que atropellaron a Melany.
-Estas loca!!!! -le gritó mi papá- apenas es una niña de 6 años!!! Cómo va a saber cuidarse sola!!!
-Lo siento- seguía llorando mi mamá
-Ya calmense, lo primero es saber cómo está Melany y ya luego discuten lo que quieran -intervine y luego abrace a mi mamá.
Todavía sentía la mirada fulminante de mi papá hacia mi mamá pero eso no era lo que debería importante ahorita. Primero quiero saber cómo está Melany.
Pero
¿Por qué a mí?
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¿Por qué a mí?
Teen FictionDesde aquel accidente, la vida de Madeleine no será la misma