El cuerpo de mi madre se fue hacia atrás, cayendo a mis brazos, sus ojos estaban cerrados, más pálida de lo que es.
-¡An!.- Mi padre que había estado en el suelo por el dolor que le estaba infligiendo dolor.
-Sufrirás al ver a tus seres queridos sufrir y no hacer nada para ayudarlos, yo seré tu peor pesadilla.- La mujer le dijo a mi madre para luego irse.
-Mamá.- Susurre, las lágrimas comenzaban a caer.
-An, ¡An! .- Mi padre coloco su mano en su mejilla.
-Anastasia, no, no, no.-Víctor también se acerco.
-¡No!.- Mi padre grito desesperado.- Despierta, despierta.
-No respira.- Le dije.
-Tiene que hacerlo.- Estuvimos un rato allí, esperando que mi madre despertara, pero no lo hacia.
-Hay que llevarla a la casa.- Mi padre la tomo en sus brazos y nos dirigimos a la casa, para que el rey de los vampiros supiera que su única hija, había muerto.
El recorrido a la casa me pareció eterno, las lágrimas de mi padre no paraban y las mías tampoco. Mi padre se detuvo al llegar a las puertas del salón del trono.
-Estoy contigo papá.- Abrí las puertas para que pasara, mi abuelo estaba mirando por las ventanas cuando volteo a mirarnos, abrió los ojos como platos, mis lagrímas comenzaron a salir más rápido.
-¡NO! ANi.- Mi padre la coloco en en suelo.- ¿Quien hizo esto?.- Ninguno podía emitir palabras, pero me forcé a hablar.
-La bruja que creo a los cazadores, fue directamente hacia Ana no pudimos hacer nada.- Dijo mi padre. Las puertas del salón se abrieron de golpe mostrando a una Elena asustada y llorosa.
-Ay no.- Se acerco a nosotros.
-Elena,mi niña, mi niña esta muerta.
Deje a mi abuelo, mi hermano que entro en el salón después de Elena y mi padre, salí de allí corriendo, no quería saber nada de nadie. Estaba en el jardín donde a mamá le encantaba estar, sabía que me vendrían a buscar así que trepe un árbol, mi madre me enseño cuando comencé a caminar. Mi mirada se perdió en el suelo, si pensar nada solo respirar.
-No es de extrañar que estés aquí.- La voz de Víctor me sacó de mi trance, lo que hizo que perdiera el equilibrio. Yo iba directo al suelo,¡Demonios! lo que extraño es que nunca golpee el suelo y unas manos me estaban sujetando, al abrir mis ojos la cara de Víctor estaba muy cerca de la mía.-
-Bájame.- Me coloco en el suelo con cuidado.- ¿Que quieres?.
-Hay algo que tienes que saber.
-Nada que venga de ti me interesa.- Mi hermano me había contado la historia que había entre mi madre y Víctor, las veces que intento matarla, y otras cosas más.
-Niña, por tu bien es mejor que no desafíes.- Se acerco más a mi.
-Yo no te tengo miedo.
-Deberías de tenerlo.
-En tus sueños
-Mejor me contengo, tu madre esta viva, la bruja le coloco un hechizo pero no despertara hasta que sepamos como deshacerlo.- La información me callo como un balde de agua.
-¿A que te refieres?.- Le pregunte
-A una híbrida no se le puede matar con magia.
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Nocturnos y la guerra de los cazadores
VampirosUna guerra se acerca para Anastasia y Lexa