LA GUERRA DE LOS SIGLOS

Capitulo 1

Castillo de el norte

Desde el punto de vista de North

Era una extraña tarde, podía divisar a la distancia el sol ocultando se bajo las montañas de el Este ,no recuerdo haber visto un atardecer igual desde ya hace mucho tiempo, en segundos el sol desapareció y la noche llego contaminando al pueblo de un tono sombrío y oscuro. 
La chimenea llenaba el lugar de luz alumbrando la mesa que se encontraba en el centro de la gran sala, la cual, podía notar desde mi posición a un lado de mis cuatro hermanos y a unos cuantos pasos de mi padre un mapa con pequeñas banderas , barcos miniatura y algunas figuras de madera que reposaban por encima del mapa con los cuatro distinguidos emblemas de las cuatro casas de los reinos.

Mi padre, observaba el mapa con la mirada una y otra vez esperando que este le dijera algo, algo que el no podía entender- La guerra continua - dijo sin despegar la mirada de la mesa -  Y a no ser que preparemos a nuestros mejores hombres y alimentemos a nuestros mejores caballos no saldremos victoriosos - continuo dando un duro golpe con su mano izquierda a la mesa consiguiendo ladear las figuras miniatura mientras que con la derecha golpeaba su silla haciéndola caer al piso asustando con sigo mismo a dos guardias de su lado  - ¡Con esta bola de inútiles no llegaremos a ningún lado!

- Si me permite, su alteza, estoy dispuesto a iniciar con el entrenamiento de sus guerreros esta misma noche- comentó Billie  - los haré entrenar y luchar unos a otros hasta que aprendan a mover su espada y apuntar con precisión un arco, podría hacerlo toda la noche si así lo manda su majestad - dijo dando un paso para acercarse a él y bajando el casco de su cabeza en señal de gratitud.

- Me habría gustado que comenzarás con esos  dichosos entrenamientos desde hace ya una semana  en lugar de pasarte el día entero tocándole los senos a  la primera prostituta que se te pasa por encima maldito vago - grito mi padre molesto con la rabia en los ojos - largo de aquí, y despierta a los guardias, diles que es hora de entrenar el rey así lo demanda - tomo del hombro a Billie y lo tumbó de un empujón fuera de la sala.
En realidad Billie era un tipo listo , el problema de mi padre es que cuando está molesto suele tratar a todo el mundo como si fueran idiotas,sin embargo lo poco que tenía de tonto lo compensaba con sus fuertes y grandes músculos y su fuerza a la hora de luchar que podía intimidar a más de uno, menos a mí padre, claro.
Mi hermano mellizo Kael dio un paso hacia delante e inclinó su tarro para que el sirviente se lo llenara esta noche por quinta vez de vino - yo creo que - dijo tambaleándose captando la atención de las ocho personas que estábamos en esta sala para a continuación dar un largo trago a su vaso recién llenado , "aquí vamos" pensé, - deberíamos celebrar - dijo levantando su brazo en señal de salud - Doblamos en cantidad de soldados al ejército del rey Dominique, ¡tenemos la lucha ganada !

-¡ Pero eres idiota ! - evidentemente lo es - nuestros hombres son mariquitas comparadas con los del rey Dominique, nos dejarían en el suelo en cuestión de segundos si es que no nos preparamos bien, ¿Que acaso todo es un maldito juego para ti? .

Sin duda alguna mi hermano se presta para ser ofendido por mi padre, con su estado de ebriedad la mayor parte de el día y sus ridículos comentarios sin sentido un día tal vez mi padre termine dándole un tiró, si es que no lo hace esta misma noche.

- Padre - hizo una larga pausa dejándonos a toda con la intriga de que ocurrencia se le ocurriría esta vez - que no falte la positividad - dijo riendo y acercando el tarro a su boca , no sin que antes mi padre se lo arrebatará de las manos tirando al suelo la fuerte sustancia y golpeando con su puño el rostro de mi hermano, instantáneamente su rostro salpicaría sangre, al caer al suelo mi hermano río más fuerte, si definitivamente era un idiota, y con esto mi  padre le daría una fuerte patada en el estómago para callarlo, mi hermano silencio su risa cambiando la por una cara de dolor, mi padre era un hombre fuerte e imponente y el no dejaría que nadie, ni siquiera su hijo, lo dejara en vergüenza en frente de sus colegas.
Mientras Kael se retorcía de dolor mi padre simplemente dijo - sáquenlo de aquí- para que dos guardias tomaran a mi hermano de los brazos y piernas y lo sacarán del lugar - A alguien más se le ocurre hacer de payasito en mi presencia- mi padre habló en voz alta para que así toda la sala lo pudiera escuchar - entonces continuemos- soltó para después sentarse en su silla que había sido levantada hace unos segundos.