Era un 30 de octubre cuando sucedió, no recuerdo muy bien cómo paso sólo que a la mañana siguiente la policía llego tocando la puerta de mi casa para informarme que habían encontrado el cuerpo de Sam a la orilla de la carretera, entonces ahí fue donde todo encajó, yo discutiendo con Sam porque el había vuelto a apostar, durante la pelea perdí el control y cometí el peor error de toda mi vida, maté a la persona que amaba, al percatarme de lo que había hecho entre en pánico y me deshice del cuerpo, regresé a casa para limpiar todo el desastre de lo ocurrido. Mi mente divagó por horas tratando de encontrar una solución a lo ocurrido, de pronto me sobresaltó el sonido del teléfono, al responder, era su madre la que estaba del otro lado de la línea preguntando por él, en ese momento mi mente me preguntaba: -¿qué le contesto?, ¿qué le digo?-, era su madre, ¡mi suegra!, no le puedo decir que maté a su hijo, en ese instante se me ocurrió decirle que había salido a un viaje importante de negocios que incluso tardaría meses, al colgar, lloré, lloré de una manera inconsolable, había terminado con todo, el amor de mi vida ya no estaba ni estaría más conmigo, mientras lloraba me llego a la mente el recuerdo más bello pero en ese momento el más triste, una imagen de su rostro, esa última vez que lo vi sonreír, una sonrisa como ninguna otra, esa como la que me había atrapado desde el primer momento en que lo miré.
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Apuesta de muerte
Teen FictionUn amor, una puesta, una muerte y una sonrisa que jamás olvidó. Conmovedora historia que te hará sentir intriga y a la vez talvez un poco de tristeza.