"INCOMPRENDIDO"

                                                                      CAPÍTULO 1: "ADAM"

Adam era un chico básicamente normal, tenía unos 24 años, de fuerte compostura y aspecto notablemente atlético, siempre era buen valorado por todas aquellas personas que compartían algo con él; su sobresaliente altura destacaba a plena vista y era también un punto a favor en sus habituales prácticas deportivas. Su personalidad era muy amable y su amplia sonrisa brillaba y se escapaba entre sus dientes bellos y blancos.

Ese año, después de finalizar su etapa como trabajador de una urbanización, decidió por introducirse en el mundo del marketing, concretamente en una rama llamada actividades comerciales, esos estudios le venían de perlas, puesto que en su misma localidad dichos estudios estaban disponibles para un colegio no muy lejano de su casa, a unos 10 minutos a pie. Adam estaba entusiasmado ante esa nueva etapa que se le abría camino; no obstante ese año la demanda que tenían en ese colegio era muy abultada por lo que Adam no sabía ciencia exacta si tendría la posibilidad de coger una plaza disponible.

A las pocas semanas recibió una llamada de ese colegio, al coger el teléfono, Adam lo cogió de manera muy temblorosa pues no sabía cual sería la respuesta del centro; finalmente sus mayores temores se certificaron, no había plaza y tendría que probar más suerte el año próximo. 

Pasó ese año de forma muy despacio y casi inacabable, pero finalmente llegó y Adam lo primero que hizo al comienzo de año fue echar la matrícula para cursar sus estudios preferidos, esta vez al recibir la llamada esbozó una amplia y contenta sonrisa por lo que su madre detectó rápidamente que la respuesta había sido positiva; en dos meses entraría a ese colegio a empezar esa bonita experiencia. 

                                                             CAPÍTULO 2: "JAMY" 

Jamy era una chica muy extrovertida y de nervios muy impetuosos, estaba obsesionada con su peso, llegó a pesar más de 114 kilos, pero su fuerza de voluntad que sobrepasaba límites le ayudó a apuntarse a un gimnasio deportivo para conseguir un peso de 83 kilos, que aún así para ella eran insuficientes y quería aún menos. Su pareja, thomas, era un chico alto y de aspecto tétrico, se juntaba con otras personas de costumbres bastantes alejadas por la legalidad, por lo que Jamy llevaba bastante tiempo pensando en dejar esa siniestra relación.

Su madre le recomendaba una y otra vez que eligiera un estudio para formarse para el futuro pero Jamy se negaba una y otra vez diciendo que con los trabajos de limpieza que realizaba tendría más que suficiente para sus gastos e imprevistos; no obstante un día observando las páginas de Internet, vio un anuncio del ayuntamiento de su ciudad en la que se ofrecía la posibilidad de estudiar marketing en un mismo colegio de su localidad; cuando Jamy vio esa publicación, que por otra parte aún seguía en fecha de adquirir plaza, rápidamente cogió su teléfono móvil y llamó apresuradamente al colegio. 

Jamy recibió respuesta un par de días después de su llamada en la que le decían que tuvo mucha suerte porque solo quedaba una plaza y que gracias a ese hecho estaba dentro del nuevo curso que comenzaba en breves meses. La madre de Jamy se quedó anonadada porque llevaba bastante tiempo en tratarla de convencerla por todos los medios posibles.

   CAPÍTULO 3: "EL CURSO"

Finalmente llegó Septiembre, y con ello, el comienzo del curso de actividades comerciales para Adam y Jamy. El primer día ambos no sabían lo que surgiría de ese movido curso que se les avecinaba a los dos.