6.- No es lo que pensaba

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No sé nada de Lili, ni una llamada, ni un solo texto, nada... eso me entristece, es mi hermana y la amo, ya no voy a preocuparme por eso, ella no quiso escucharme y no voy a insistir, espero que pronto se de cuenta de la sanguijuela que tiene por marido, por su bien.

Eso si, si un día alguien me falla, al menos yo si le daré la oportunidad de hablar, lo prometo.

Hace dos semanas que empecé esta nueva vida, Iza y yo hemos estado en contacto todo el tiempo, dice que sus clases son mejor de lo que esperaba y eso nos hace muy felices a las dos.  

¿Y que creen? La mamá de Iza y yo hicimos un trato, me dio prestado dinero para comprarme un auto no tan costoso, con mi sueldo y el dinero que me deposita el abogado cada mes, calculo poder devolvérselo pronto, al menos antes de tener nietos seguro termino de pagarle.

Bendita Iza que me obligó a tomar clases de manejo hace tiempo y tener mis papeles en regla, aunque ahora que recuerdo no lo hizo por mí, si no para tener chofer cuando se le antojara.

El chiste es que hoy voy al trabajo con auto nuevo, la señora amable que conocí el primer día me ha sido de gran ayuda, me dijo que cualquier duda le preguntara y eso he hecho, también debo confesar que todavía me pierdo un poco.

Por suerte mi jefecito ha estado muy ocupado en reuniones con el dueño de "GL Constructora" y no ha recordado ni podido cobrarme el helado pendiente, pero a veces me confunde... unos días se porta coqueto, otros días indiferente, y luego dicen que las mujeres somos complicadas.

Estos últimos días hemos trabajado en la presentación de un proyecto muy importante, si la empresa logra ganarle a la competencia sera un muy buen golpe.

Me imagino al jefe de jefes sentado en su enorme silla giratoria detrás de un gran escritorio, con látigo en mano mientras disfruta viendo como van aumentando las cifras en sus cuentas bancarias.

Entre todos estos pensamientos, ya estoy aparcando mi pequeño auto azul chillón en el estacionamiento afuera del edificio. Bajo con mi mochila al hombro, saludo al Sr. Germán como todos los días y después camino hacia mi oficina.

9:35 am y el jefecito no ha llegado, ¡Que raro! Él nunca llega tarde, y cuando tiene algo pendiente por hacer siempre avisa, ¡bah! A mi qué me importa.

El resonar del teléfono en mi escritorio me hace pegar un brinco.

_Publicidad, muy buenos días_  respondo siguiendo el protocolo.

_En el escritorio de Erick hay un folder rojo con documentos muy importantes_  escucho el chillar de una mujer del otro lado de la línea, ni siquiera respondió a mi saludo la maleducada  _Tráelos ahora mismo a la oficina de Dirección General_  y todavía me cuelga la muy... desconocida.

Como resorte me levanto de mi silla, busco por encima del escritorio del jefe y por suerte encuentro el dichoso folder en el que habíamos estado trabajando todo este tiempo. Voy por los pasillos casi corriendo sin dejar de apretar el folder contra mi pecho para que nada se caiga, ahora que recuerdo, no tengo idea de donde esta la oficina del "Jefe de Jefes".

La amable señora de la limpieza que estaba por allí haciendo su trabajo me da indicaciones, entro al elevador y marco el último piso, la puerta de metal se abre frente a mí dejando ver una sala enorme y muy elegante.

Muchas puertas alrededor me confunden un poco, por suerte a mi campo de visión entra una "rubia" en un sensual vestido blanco ceñido a su curvilíneo cuerpo.

Muchas puertas alrededor me confunden un poco, por suerte a mi campo de visión entra una "rubia" en un sensual vestido blanco ceñido a su curvilíneo cuerpo

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Amor DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora