El móvil de Lauren sonó como cada día, eran las seis de la mañana y ella no estaba hecha para madrugar, se lo repetía cada mañana hasta que se daba cuenta de lo que había a su lado de aquel sofá cama que coronaba el centro de la habitación. La gustaba ver aquel pelo revuelto a su lado de la almohada cada mañana y aquella cara de sueño que tenía Camila cada mañana.
Y como cada mañana ella fue la que se levanto y camino hasta el minibar donde estaba el uniforme del colegio de la chica que la había robado el corazon y mas de la mitad de su pequeña cama desde hacia dos meses.
Desde que se la cruzo en el supermercado cuando iba a comprar alcohol para la última fiesta y la vio no había podido sacar aquellos penetrantes ojos marrones de su mente.
La había buscado por todos los lados pero no había tenido suerte, no había aparecido, hasta que un día, hablando con Alexa, una de sus mejores amigas y compañera del cuerpo de policía, esta la dijo lo siguiente.
* Flashback *
Lauren jugueteaba con su pelo mientras fumaba con el brazo izquierdo por fuera de la ventanilla del coche patrulla, a su lado Alexa sabia de sobra que no estaba concentrada en el caso que estaban siguiendo.
- ¿Que piensas Jauregui?
- Lex... la chica del otro día. - dijo con total sinceridad soltando el hum.
- ¿La de la sección de congelados? - la risa aguda de Alexa hizo sonreir automáticamente.
- Si Lex... me removió por dentro, y no se por que...
- Si el destino quiere, la volverás a encontrar, ¿Lo sabes? Igual es esa felicidad que te falta. - la guiño un ojo mirando de nuevo al frente. Hacia la salida de aquel colegio, el caso era sencillo, un joven vendía droga a la salida del instituto, le tenían que coger.
Tras unos segundos en silencio Lauren se giro para mirarla y observo unos segundos su perfil, amigas desde la infancia y aun sabia siempre que decir, aunque a veces no entendía lo que quería decir... nunca se equivocaba.
- ¿Porque seria ella esa espinita de felicidad que me falta? Parecía una niña. - se limito a contestar de nuevo Lauren.
- Tienes 24 años Jauregui, tu tampoco eres una vieja. - se encogió de hombros Alexa. - Respecto a lo de la felicidad... Nos empeñamos en buscar la felicidad cada día y no nos damos cuenta de que es ella quien tiene que encontrarnos, y eso será donde menos te lo esperas, en el instituto, en el supermercado o en mitad de una boda. Y cuando llega descubres que ahí no acaba todo, que el final de un camino sólo es el principio de otro, y lo único importante es la persona que escoges para que camine a tu lado. Y esconderse es lo que menos te importa, lo que te importa es que estás tocando con la yema de los dedos eso que has estado soñando toda tu vida, y ya sólo importa el hoy, el presente y lo que queda por venir.
- No entiendo lo que me estas diciendo, y porque.
- Porque llevas dos semanas hablándome de la chica de los congelados, y porque si no me equivoco... - Señalo fuera del coche. - Es esa de ahí, así que Jauregui, abandone el vehículo.
Lauren se fijo en los ojos de la chica que les coloco sobre los suyos, llevaba una falda de cuadros del uniforme, tenía razón, era mas pequeña, si, pero... tenía que salir del coche.
Abrió la puerta y salio como pudo, casi tropezando al no darse cuenta que tenía el cinturón de seguridad aun puesto, con ayuda de Alexa que riendo la ayudo a soltarse de su agarre.
Tropezó unos pasos antes de conseguir recuperar las formas y se miro, llevaba el traje del cuerpo de policía, los pantalones negros, el polo azul oscuro y las botas militares, a demás del arma reglamentaria colgando del cinturón, pero tenía que acercarse.
