La última vez que pisé tierra lo hice para entregar un puñal.
Cada una de nosotras habíamos vendido nuestro don más preciado a cambio.
Poca gente conoce nuestra historia tal y como ocurrió.
Unos creen que son cuentos de hadas, otros la han deformado tanto que me cuesta reconocerla.
Hoy vuelvo a caminar sobre cuchillos.
Esta vez seré yo quien lo empuñe.
Esta vez seré yo quien cambie la historia.