Años:
Lo que contamos para desaparecer.
Meses:
Lo que medimos cuando queremos olvidar.
Días:
Lo que usamos para determinar nuestra existencia.
Horas:
Lo que calculamos para ver a esa persona especial.
Minutos:
Nos sirven para relatar nuestras experiencias.
Segundos:
Lo que abstenemos de nuestra vida a diario.
Tiempo. Todo eso es tiempo. Y sí, lector, lo perdemos, constantemente. Es tan importante y, a la vez, tan insignificante; si derrochamos un par de horas no las echaremos nunca de menos pero ¿a qué sí echarías en falta todos los años que has perdido?
Lector, el tiempo es tan primordial y nadie, ni yo misma, le da la repercusión que se merece. Basar tu tiempo en la soledad y la ignorancia no es plato de buen gusto; nadie quiere estar solo. Nadie quiere agotar su tiempo solo.
La felicidad reside en el uso que hagas del tiempo.
Puedes sonreír, tan solo unos segundos. Reír, aunque sea unos cuantos minutos. Charlar, un par de horas. Disfrutar todos los días. Avanzar todos los meses. Y, sobretodo, amar a las personas que te acompañan siempre, todos y cada uno de los años que te queden.
Ten en cuenta que al echar la vista atrás a lo mejor echas de menos algo de eso. No sé, lector, piensa cómo quieres perder tu tiempo y con quién.
