Las tres cuartas partes del sol ya estaban ocultas en la frontera, la oscuridad poco a poco comenzaba a reinar en la gran ciudad y mis lágrimas se secaban con el viento húmedo de la orilla de mar. En mis labios resecos se formó una sonrisa al notar que el gran amarillo había desaparecido en la frontera. Él se encontraba allí, tan solo cómo se había estado sintiendo últimamente, nadie a su alrededor lo acompañaba y era porque él había buscado eso, en esos momentos desea estar más solo que nunca, aunque en verdad quería un abrazo sabría que de igual forma no lo conseguiría, sus brazos temblaban ligeramente pero no era del frío. Levantó ambas mangas y allí estaban de nuevo, aquellas líneas rojas cayendo poco a poco desde su antebrazo hasta sus nudillos en donde habían más heridas abiertas por cortes silenciosos, él sin notarlo ya estaba sollozando , con una enorme sonrisa en su rostro pero lagrimas alrededor de sus mejillas. Su brazo derecho estaba igual o casi peor que el anterior, con la única diferencia que la sangre de este ya estaba seca y solo necesitaba ser lavada y limpiar algunos coágulos que quedaban.
Él no recordaba cuando había sido su primer corte, ni porqué lo hizo, solo sabe que el rencor y odio hacia si mismo lo llevaba siempre a la misma situación, siempre terminaba igual, golpeando lo que sea y luego llorando de impotencia, gritando en silencio bajo su almohada y por último buscada a esa estúpida navaja que siempre guardaba en su billetera, la voz en su cabeza lo atormentaba cada que vez que se encontraba en esa situación, esa voz le hacía odiarse más y más , lo menospreciaba , y él trataba de debatir contra si mismo pero siempre la estúpida voz le ganaba, siempre terminaba riéndose al cortarse, porque sabía que él mismo se lo buscó, de alguna manera la sangre le calmaba un poco y así, entre llantos y otros golpes más a la pared se tranquilizaba, la voz dentro de él desaparecía para solo ser reemplazada por recuerdos de toda su vida en donde veía una vez más que siempre había sido rechazado, siempre había sido el raro del salon, siempre había sido ese hijo que buscaba primero unos audífonos antes que hablar con las personas sobre sus problemas.
Las primeras estrellas estaban brillando ya en el cielo y él sabía que era hora de irse, hora de caminar por allí con sus audífonos puestos y la cabeza agachada, con las mangas largas y las manos dentro de los bolsillos de la polera.
Él no sabía porque era así, por qué su actitud siempre había sido así, siempre que intentaba hacer algo bien todo le salía mal, siempre, siempre todo estúpidamente sale mal. Yo no pedí ser así, yo no pedí nacer así, yo no quise volverme así, yo no quise ser dañado, yo nunca quise ser denigrado y excluido por cada grupo social, yo no pretendía sufrir, me hubiesen conocido hace algunos años, tenía expectativas tan hermosas de la vida, tenía planes para mi futuro, aún tenía esperanzas para mí, aún podía creer en mí, sea como sea siempre buscaba el punto positivo de las cosas pero ahora, ahora ya no es así, he caído en la realidad que la sociedad siempre busca implantarte para que seas uno más en la colección de súbditos humanos que solo buscan ser rutinarios. Mierda! Enserio, me hubiesen visto de niño, era un estúpido conformista de la nada, siempre he sido culpado por cosas que no eran mi problema, siempre he sido yo el de la culpa y así crecí . Así creció él y se conformó tan solo con vivir con lo poco que podía recibir hasta que ya nadie más le dio algo, pero él no era así para la sociedad, las personas siempre lo han visto como aquella persona de las sonrisas y chistes aleatorios, siempre lo han visto como ese chico carismático y con una buena expectativa para la vida por los consejos positivos que daba a las personas que lo buscaban.
Yo..., yo enserio lamento ser como soy, lamento nunca cumplir las expectativas de alguien, lamentó haber arruinado cada oportunidad que he tenido en mi vida y lamento haber arruinado a personas que me han acompañado en esos momentos, por eso siempre busco huir, siempre he buscado refugiarme en mi mundo mental, en mis lagunas mentales, en mi propio yo interior, lamento esos cortes papá, lamentó aquellos llantos mamá, lamentó salir por las tardes a caminar por allí sin rumbo y solo buscando que algo malo me pase, lo lamento.
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Versos Adolescentes
Short StoryPensamientos y/o divagaciones propias, escritos todos en un libro por capítulos de acuerdo al pensamiento , pueden llegar a ser desde una pequeña oración hasta varios párrafos.