Habíamos llegado a York New hace algunas semanas, Hisoka insistía en enfrentamientos entre ambos sin utilizar nen, y obviamente yo terminaba perdiendo, pero con las semanas, se me hacía más fácil el esquivarle. Entre todas esas cosas, el arlequín me había negado la posibilidad de acompañarlo al escondite de la araña, no era una buena idea solo el aparecer por allá, así que lo tenía prohibido, lo cual terminé por aceptar. Los días fueron pasando, había recorrido la ciudad con la esperanza de encontrarme con Kuro, pero había sido totalmente en vano. También analicé la posibilidad de asistir a la subasta, si el tiempo me alcanzaba podría ir. El día 31 había llegado, pero el mago se había rehusado por completo a dejar el hotel mientras yo no le prometiera que no le acompañaría, digamos que por cansancio terminé diciendo que no iba a seguirle.
Hisoka no quería salir del lugar, él estaba consciente de que, si se iba, yo le seguiría para ver donde se reunían incluso después de habérselo prometido. Finalmente, el arlequín me dijo que iba a ir por comida, lo que no había percatado es que con In había camuflado una de mis flechas en su pantalón. Dejé que se tomara su tiempo y finalmente seguí sus pasos. Se alejó de la ciudad, hasta llegar a un lugar con edificios abandonados, apuntaba a uno mi mapa, me acerqué a la ventana y vi a los chicos que conocía. El chico de cabellos negros, Feitan, la chica que había ido a ver a Hisoka, Machi, el tipo que parecía armado por parte, Frank algo, Franklin creo, el tipo con pinta de samurái Nobu, la chica rubia que siempre me protegía cuando Kuro me hacía llorar, Paku, y el tipo que parecía sacado del bosque, no me acuerdo de su nombre, no nos llevábamos bien. Había otras personas, pero no reconocía a nadie, y entre todos no logré visualizar a mi hermano entre la oscuridad. Hisoka había salido entre las sombras y se acercó a Machi. Mantuve la calma. O me descubrirían.
- En serio, pensaba que no ibas a aparecer. - Ella le miró de forma reprochadora.
- Me pediste que viniera... Si hubiera roto mi promesa, no habría podido volver a ver tus agujas de Nen - Hisoka sonaba sumamente relajado, como si hubiese una insinuación implícita.
- Jefe, ya estamos todos aquí - Habló el chico de cabellos rubios, no le conocía. Y miré hacia donde hablaba.
- Jefe, ¿Qué vamos a robar esta vez? - El mastodonte ese parecía ansioso.
- Vamos a quedarnos con los tesoros de la subasta clandestina - Su voz estaba más ronca que cuando se fue, pero era él, era Kuro, mi corazón se detuvo, llevaba aquella chaqueta.
- ¿Qué clase de tesoros son? - Habló el chico rubio, se notaba la curiosidad en el ambiente.
- ¿Textos antiguos? Al jefe le encantan los libros. - Machi dijo emocionada.
- No, estoy pensando en juegos. Habrá múltiples copias del juego más caro que jamás se ha vendido - Feitan estaba emocionado, aunque no se le notara, recuerdo como era de antes.
- ¿No sería más lógico hacernos con las piedras y metales precioso? - Nobu le habló directamente a Feitan.
- Con todo. Nos haremos con todo lo que se va a subastar. - Su tono era calmado, por fin logré ver su rostro, estaba igual, mi pulso se había acelerado, aquel peinado le sentaba bien, además el tatuaje de su frente me estaba llamando la atención. Todo el ambiente fue de sorpresa.
- ¿Lo dices en serio, jefe? La subasta clandestina la llevan a cabo mafias de todo el mundo. Si hacemos eso, nos convertiremos en enemigos de todos ellos... - Mientras miraba a Chrollo noté la emoción en sus ojos, eso era exactamente lo que estaba buscando, el reconocimiento, aquel halo de poder en todo aquello.
- ¿Estas asustado, Uvogin? - Eso no era una provocación, era una frase que mostraba emoción.
- ¡Estoy emocionado! Tiemblo de la emoción. Denos la orden, jefe... ¡Ahora mismo!
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El joker y la Reina de espadas (Hisoka)
Fiksi PenggemarHisoka x Reader. Una chica de ciudad meteoro, se inscribe para el examen del cazador en búsqueda de un maestro, desea hacerse más fuerte y comprender sus habilidades, para así poder encontrar a aquella importante persona de su infancia y lograr...