15. 2 y 3 de Septiembre

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Había seguido finalmente a Uvogin, siendo precavidos tal cual me había dicho Hisoka, la señal me llevaba hacia el desierto de Gordeau, alguien con un potente nen y luego otro, si no me apresuraba iba a haber problemas, a lo lejos logré captar como volaban las rocas, una cadena se desplazaba en el aire, la frágil figura surcó los aires, me acerqué a mirar, un joven rubio tenía preso a Uvogin. El mastodonte lanzó un grito y yo reconocí la suave voz del rubio, era Kurapika.

¿Un especialista? Tienes control total sobre las otras categorías

Eso es correcto, puedo usar intensificación para curar mi brazo roto.

La conversación tomó un rumbo en el Kurapika le explicaba a Uvogin como fue que lo eligió para pelear, y en qué consistía su Chain Jail, y cómo obligaba a los de la araña a no usar nen. Le dio unos cuantos golpes esperando que Uvogin confesara, pero él solo pedía que le matará, mi pecho se apretó, por un lado, quería salvar a Uvogin, pero por otro entendía a Kurapika y su venganza, no iba a intervenir en eso, independiente del debate interno que se estaba produciendo en mí, estaba clara de una cosa, por mucho que deseara salvarle también pensaba en las consecuencias del plan con el arlequín y esta era una de ellas.

El menor usó una cadena que se clavó en el pecho de Uvogin y explicó cómo funcionaba, luego hizo la pregunta y el cuerpo de Uvogin cayo cuando decidió no responder. Las lágrimas corrieron por mi rostro, había elegido no ayudarle y por esa razón estaba muerto, quizás no nos llevábamos, sin embargo, sé que Kuro estaría mal por esta situación. Vi como Kurapika comenzaba a darle una sepultura al mastodonte, estaba en completo shock por la situación, no sabía que hacer realmente, delatar a Kurapika y llamar a Kuro o no decir nada y guardar aquello hasta que lo descubrieran. Cuando el colapso mental me alcanzó, le envié un mensaje a Hisoka "está muerto, no sé qué hacer". Su respuesta fue casi inmediata "Chrollo ha dicho que si no regresa al amanecer hará el cambio de planes que habíamos acordado, sigue el plan como lo hablamos gatita". Tenía razón, Hisoka me había contratado para ayudarle a pelear con Kuro y acorde a eso y las circunstancias íbamos a actuar.

Comencé a volver al hotel cuando mi celular vibró, un número desconocido se mostraba en la pantalla, abrí el mensaje "¿Puedes rastrear a Uvogin? Necesito saber algo". Respiré hondo y detuve mi camino, esta sería una mentira piadosa para tener el tiempo suficiente con él y de esta manera poder hablar. "Hace unas horas que desmaterialicé mi habilidad, lo siento Kuro, no puedo encontrarle. ¿No le habían salvado?", ese había sido el mensaje final, presioné la tecla enviar y no recibí respuesta, supongo que era obvio, si no era de ayuda para que darme mayor información. Continué mi camino, aunque tenía aquel remordimiento en mi pecho.

– ¿Cuál es tu plan, Hisoka? – Estábamos recostados uno al lado del otro.

El arlequín me miraba, estábamos solo tapados con la sábana de la cama, mi cabeza se apoyaba en su pecho y sentía los suaves latidos de su corazón, una de sus manos jugaba con mi cabello mientras que la otra estaba tomada de la mía. Por mucho que diga que no siento mayores cosas por él, estas son las situaciones que generan total tranquilidad en mí. Tenerle a mi lado, compartir de estos momentos de paz, de comodidad como pareja, es lo que lograban que yo pudiera dormir por las noches, el hecho de ser lo primero que veo por las mañanas, realmente creo que había caído ante su retorcida personalidad.

– ¿Me estas escuchando, gatita? – La mano que acariciaba mis cabellos estaba ahora dando pequeños toques en la punta de mi nariz.

– Lo siento, me perdí en mis pensamientos, ¿Qué decías? – Le miré a los ojos a lo que él me dedicó una sonrisa.

– Te decía, mi pequeño damasco, que necesitaré de tus servicios, por eso te propongo este trato, si no quieres que Kurapika asesine a tu hermano, ayúdame a enfrentarme con él, a solas, y yo me encargaré de desviar a Kurapika lo que más pueda del jefe. ¿Te parece? – Su mano se había detenido y ahora delineaba mis labios con su pulgar.

El joker y la Reina de espadas (Hisoka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora