Miércoles 2: Cállate

99 17 4
                                    

- ¿estas bien? - la voz de piccolo casi sonaba preocupada.

- ... Si... - Veguita estaba algo sorprendida.

Piccolo levanto la vista y sus ojos captaron a Yamcha alejándose de la escena.

- Yamcha - la poderosa voz de piccolo capto toda la atención del comedor.

Yamcha se detuvo y se volteo lentamente, encontrándose con los ojos endemoniados de piccolo, o almenos eso pensaba el.

- ven a qui - su voz sonó como una orden, una orden que no podía ignorar.

Lentamente se fue acercando hasta quedar enfrente de el.

- discúlpate - pronunció piccolo con su ronca voz.

- ... A... Lo siento piccolo - sus palabras salieron con miedo.

- no con migo estúpido, con ella - dijo mientras acia un gesto  indicando acia abajo.

Yamcha bajo la mirada hasta encontrarse con una chica completamente sucia de carne molida.

- yo, lo siento - pronunció sin quitarle los ojos de ensima.

- bien. Ahora paga le el almuerzo - ordenó piccolo.

- pero yo...- Yamcha volteo a ver a piccolo.

- ¿te estás negando?, Ahora será el doble del almuerzo - replico con fuerza.

- piccolo yo... - las palabras de Yamcha fueron cortadas otra vez.

- es más, dale todo tu dinero, y si creo que me estás ocultando un solo dólar te pondré esa horrible cabellera de barba - su voz amenazante hizo estremecer a todos.

Yamcha obedeció, después de que le entrego a Veguita todo su dinero, piccolo se llevó a Veguita fuera de la cafetería.

Apenas el se había ido y todo el lugar se llenó de susurros.

- Es un demente - le dijo Milk a lunch.

- por un momento pensé que iba a golpearlo - exclamó Lunch.

- ¿de donde salió esa chica? Jamás la había visto - replicó Ten Shin Han.

- es Veguita, a estudiado con nosotros todo el año y tú tampoco la has visto. - exclamó algo enojado Goku.

- a... Me temo que no - respondió un poco sorprendido Ten.

- genial ahora me quedé sin comer - se quejó Yamcha.

- te ví comer dos burritos en la calase del maestro Karin - exclamó ten.

- bueno... Me daría hambre después...

Mientras piccolo llevaba a Veguita a los vestidores de los hombres que se encontraban en el gimnasio.

- piccolo no puedo entrar aquí, es el vestidor de hombres - replicó Veguita con las mejillas notoriamente coloradas.

- no hay nadie, ¿tienes la ropa deportiva? - pregunto con su típico tono de voz.

- si...

- bien - piccolo abre su mochila y saca una toalla en una bolsa de plástico y jabón de cuerpo líquido - toma esto, ve y date un baño - dijo al momento de darle las cosas.

- a... Yo... Pue...Puedo hacer esto en el vestidor de mujeres - dijo casi gritando.

- pero se me es más fácil bloquear la entrada a hombres

- no necesitarías bloquear la entrada a... - Veguita no termino la oración, piccolo le puso un dedo en los labios.

- callate y báñate - dijo antes de salir.

Veguita le hizo caso a piccolo, de todos modos pensó que no la dejaría salir sin haberse bañado.

Cuanto terminó salió del baño con la ropa deportiva. Eran unos tenis blancos, pantalón azul rey con dos rayas blancas que iban de la cadera hasta abajo, una chaqueta que asia juego y una playera blanca.

- ¿por que tienes jabón de cuerpo y toallas en tu mochila piccolo? - pregunto mientras caminaba a el.

- después de tu última gracia no me arriesgaría a apestar a grasa - sonó más como un reclamo - ten - piccolo le entrega algo envuelto a Veguita.

Ella lo toma y lo desenvuelve.

- no comiste nada así que te compre una hamburguesa - exclamó indiferente.

- na... Nadie hantes se había preocupado por mi - replicó conmovida mientras lo miraba a los ojos.

- demonios - dijo con fuerza mientras le tapaba la cara - deja de verme así- las mejillas de piccolo estaban algo púrpuras pero Veguita no pudo ver nada.

- ¿que haces aquí? - una voz se hizo presente en el gimnasio. Era Vegeta que se encontraba con bulma - mejor dicho, ¿que haces aquí con el? - su pregunta sonaba más como un reclamo.

Piccolo se volteo a Vegeta para estar frente a frente, su postura era desafiante.

- Yamcha me ensucio de carne molida, así que me vine a cambiar... Y le pedí a piccolo que me comprara algo, ya que me quedé sin almuerzo... - Veguita estaba algo nervioso, su escusa no sonaba para nada creíble - aa... Gracias piccolo, eres muy amable ya podemos irnos... Irte... Te puedes ir... - Veguita empezó a empujar levemente a piccolo.

El no tenía ninguna intención de  obedecer la pero una mira suplicante de Veguita le permitió hacerle caso y salir del gimnasio.

- yo... Yo, me voy - dijo veguita antes de salir del gimnasio.

Dió un suspiro de alivio pero su calma fue interrumpida cuando sintió que alguien empujaba su cabeza a una superficie blanda.

- mmm... Vueles a fresa - exclamó piccolo mientras bajaba por su cuello - si no estuvieramos en la escuela te comería - susurro en su oído - ...pero a besos.

Veguita se exaltó y dió un brinco lejos de piccolo. Su cara estaba totalmente roja y respiraba de forma agitada.

- ese comentario será tu castigo si vuelves a darme una orden - exclamó con vos severa y un gesto de enojo.

- pero fue una petición... - piccolo la tomo por la sintura y la cargo hasta el patio.

- callate minina - dijo con indiferencia.

Después de que Veguita terminara su hamburguesa y se sentara en una banca, repaso los datos. Piccolo vigilaba la puerta del vestidor, pero cuando lo encontró estaba muy lejos de la puerta y además con una hamburguesa.

- piccolo... ¿de donde sacaste la hamburguesa si estabas cuidando la puerta del baño?...- pregunto con timidez.

- eso no te importa, te la comiste y ya - respondio con un tono áspero.

Veguita decidió mejor quedarse callada y no insistir.

-...¿cual va a ser nuestro proyecto?... - pregunto Veguita rompiendo con lo anterior.

- aún no se...- despues de unos segundos de silencio piccolo tomo la cabeza de Veguita y la recostó en su pierna derecha, acarisiaria sus cabellos oscuros que aún seguía húmedos.

Veguita estaba muy sonrojada y decidió no mover ni un músculo.  Piccolo sólo sonreía de una forma maliciosa, como si disfrutará ver a Veguita en ese estado. Sumisa y totalmente nerviosa...

DBZ-Mi compañero es un sayayin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora