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Disclaimer: La historia es de mi pertenencia, en ella sólo utilizo sin ningúnfin de lucro, a los personajes de Naruto, cuyo creador es Masashi Kishimoto.Está prohibido re-suban esta o cualquier otra de mis historias, o adaptarlas.

Paris
[In the Rain]

Un

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Sasuke sabía que su relación con Sakura había sido algo natural; el preocuparse por ella, el aceptar que algo más grande y complejo que una simple amistad iba creciendo entre ellos. En esas interacciones, pequeños indicios y fuertes miradas... pero eso no era algo a lo que quisieran darle más conciencia.

Ambos podían sentir que era más que simple convivencia, pero nunca habían considerado el hablarlo, el hacerle frente. ¿Cómo podrían, si ambos estaban conformes así?
La zona de confort era peligrosa.

Sus vidas eran como debían de ser. Lo aceptaban. Y nunca se había establecido el pensamiento de pedir más, de vivir algo diferente.

Aceptaban silenciosamente lo que les había tocado vivir. Agradecidos, sino más. Familias acomodadas, ellos tenían todo en sus manos y lo único que debían de hacer era cumplir las expectativas puestas en ellos, seguir el camino trazado que sus respectivas familias habían dibujado para ellos, incluso antes de que fueran capaces de caminar.

Aceptar el destino. Cumplir el rol. Nada más.

Pero eran ocasiones en que ambos jóvenes se preguntaban, ¿cómo era que dos personas con distintas personalidades y gustos podían convivir? ¿Qué era lo que había nacido entre ellos, que les atraía del otro para lograr un perfecto equilibrio?

—Es porque somos parecidos—. Fue lo que Sasuke le respondió, pese a que Sakura no entendió al principio, éste no ahondó en explicación. Decidió no comentar nada más.

Esa vez tenían diecinueve años.

¿Cómo eran parecidos? Sus familias eran prestigiosas, sí, pero la de Sasuke lo era más. Más antigua, más poderosa. La familia de Sasuke era orgullosa de su linaje, del control que tenían sobre todo; economía y sociedad.

¿La de Sakura? Apenas si se estaban haciendo de un nombre y ella era la tercera generación, y con suerte su nombre ya valía. Los Haruno y su prestigio se estaba levantando, pero no por eso eran menos que lo demás. Su familia estaba haciéndose notar.

Tampoco se podría decir que había similitud con Sakura y Sasuke en cuanto a lo familiar. Ella era hija única, sus padres accedían a ella siempre y cuando no fuera algo descabellado o estúpido. Tenían todas las atenciones y expectativas en sus hombros. Era consentida, sí, pero no menos responsable.

En cambio, Sasuke era el segundo hijo. Él no cargaba con las mismas responsabilidades que Sakura o que su propio hermano mayor. Él tenía más libertad, podría escoger la carrera o trabajo que quisiera, ¿no? En su lugar, Sakura no. Ella no debía equivocarse, ella debía estudiar algo que fuera bien remunerado, algo que fuera socialmente bien visto y logrará un día establecer a su familia en el estatus social y económico que se deseaba.

—Mis padres han preguntado si estoy de acuerdo con la idea de conocer a alguien.

Lo dijo sin tono ni emoción. Sasuke le miró, curioso.

—¿Matrimonio?

—Hmm...— Ella no despegaba la mirada de la vista que tenían debajo de ellos. No sabía cuándo se volvió normal pasar el tiempo en la recamara de Sasuke, sentados en el balcón y vista hacia los jardines. ¿Cuándo fue que se hizo común estar así en la mansión Uchiha? El lugar era enorme y sofisticado. La propia casa de Sakura era grande, pero la de Sasuke... esta tenía un aire tan aristocrático.

—¿Qué les has contestado?

Se preguntó porque ella callaba, con su vista en persistente en la vegetación que enorgullecía a su madre. Los labios de la joven se entreabrían, pero sólo el viento se presentaba, movía los mechones rosas de su invitada. Luego de momentos en silencio, Sasuke apenas si percibe sus palabras.

—Que necesito más tiempo.

Él no sabía del nudo en la garganta de ella. Del encogimiento en su estómago, tratando de mantener la otra verdad dentro de sí.

Sasuke, conociéndole bastante, no percibió la respuesta a medias, pues lo dicho era algo por lo que su propio ser había estado rogando.

Pero ambos sabían que esa excusa no le iba a durar siempre. Ahora tenían veinte, y era natural que jóvenes de su edad y estatus estuvieran comprometidos.

Las familias ricas siempre buscaban conservar sus riquezas, siempre a la espeta de adquirir más.

Y aunque hoy día no eran matrimonios arreglados como tal, no se sentía de otra forma. Porque era "decisión de Sakura," aceptar o no. Pero era solo una mascarada porque en realidad no tenía otra alternativa. Era deber de personas como ellos ver y sacrificarse por el bien de sus apellidos.

Mismo Sasuke sabía de eso. Hacía poco tiempo que sus padres le habían "consultado" sobre la búsqueda de una prometida. Las citas arregladas para conocer a un chica lo suficientemente bella, rica o influyente.

Porque era su deber.

Aun siendo este un destino que no se podía evitar, Sasuke no iba a aceptar tan pronto un matrimonio de tal. Lo poco o lo mucho que tuviera de libertad y de ignorancia lo tomaría. Y cada segundo en ese sueño del que aún no quería despertar.

Pero con la palabras de su acompañante llegó la cuenta regresiva.
No más fantasear, sólo hacer frente a su realidad.

Al igual que Sakura.

Tarde o temprano sus vidas no serían solamente de ellos.

Sin embargo, Sasuke acercó su mano a al rostro de la chica de largo cabello, recogiendo esas hebras rosas y colocándolas detrás de su oreja. Sasuke no dijo más, pues no tenía palabras que ayudaran a su amiga, sin embargo el pequeño gesto –para Sakura– era suficiente.

Aceptó ese mínimo gesto, donde la piel de los nudillos del joven rozaban su mejilla, y por instantes se dejó llevar por el sueño imposible que su corazón había resguardado.

El viento era testigo de un momento breve en esos jóvenes, que pasaría a convertirse en un recuerdo nostálgico.

Después de todo, Sakura tampoco quería despertar.

Pero era algo que debían aceptar.
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Paris, mi primer intento de longfic (fracasé)
Hace mucho lo quité porque quería editarlo.
Bueno, aquí está 💙

PARIS [In the Rain]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora