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Disclaimer: La historia es de mi pertenencia, en ella sólo utilizo sin ningúnfin de lucro, a los personajes de Naruto, cuyo creador es Masashi Kishimoto.Está prohibido re-suban esta o cualquier otra de mis historias, o adaptarlas.

Paris
[In the Rain]

Deux

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Los padres de Sakura aprobaban su cercanía con el hijo menor de la familia Uchiha. Kizashi y Mebuki no eran tan prejuiciosos, pero no se negarían a la imagen que se les daba el que su única hija fraternizara con el respetable segundo hijo de la familia más influyente del país.

En cambio, la familia de Sasuke no le importaba mucho esa relación. Siempre y cuando su hijo no descuidara sus obligaciones, mientras no atrajera una mala imagen, el con quién saliera su segundo hijo no importaba. Haruno Sakura era alguien que aceptaban, familia con nombre y joven señorita con una imagen pulcra. La amistad de su hijo con ella era algo que dejaban ser... Siempre y cuando no pasara de eso -amistad-, o una relación sin importancia.

Para Sakura y Sasuke, ellos simplemente eran camaradas.

Y en aquellos banquetes o eventos públicos donde ambos jóvenes solían encontrarse –como hace años, cuando fueron presentados por primera vez‒ les era permitido estar cerca del otro, siempre y cuando saludaran y socializaran con los demás invitados.

El momento favorito de ambos era cuando no había nadie a la vista o controlando sus actuares. Cuando sus presencias no eran el foco de atención, que afortunadamente no ocurría muy seguido. Antes a Sasuke esto le era irritante la atención que su hermano mayor robaba, que se le dejara a él en la sombra. Pero con Sakura a un lado eso no sucedía. No importaba, porque para ella no había nadie más. Y aunque no lo decía, él apreciaba de corazón ser importante para alguien.
En cuanto Sasuke... nadie sobresalía como Sakura. No sólo su colorido cabello y bonitas facciones, sino la luz y alegría que ella parecía siempre irradiar. Tan diferente a su gris humor y antipatía, Haruno Sakura hacía honor a su nombre, pues con su andar y sonrisa la primavera parecía llegar.

Ellos solían sentarse en alguna mesa desolada, conversar en algún pasillo desierto o simplemente estar de pie lo más retirados de los demás. Encerrados en su burbuja privada, fingiendo no ser quienes eran, deseando hacerlo realidad.

No era que ellos pensaran que no encajaban o que aquellos eventos eran banales y superficiales. Simplemente ellos disfrutaban de ver las cosas de lejos. De platicar de lo que quisieran sin temor a ser escuchados o criticados. Sin tener que portar una estricta etiqueta o sonreír. Se sentían menos aprisionados.

En este evento en particular‒ una fiesta de compromiso‒ había sido rentado un hotel de lujo. Los ventanales eran enormes y a través de ellos la cálida tarde de primavera brindaba un aspecto de cuento. Candelabros brillantes colgaban del techo, suave orquesta ondulando en el salón, meseros moviéndose con facilidad y respeto entre los invitados, pláticas, risas y el ambiente de gala cubría la escena.

Y mientras los invitados rodeaban a la pareja, los balcones eran el sitio más alejado de esa imagen. Era donde ellos dos estaban.

Con una copa de champán en las manos de ambos, con pequeños y controlados sorbos por parte de ambos. Desde hace unos días atrás el ambiente entre ellos se sentía un poco diferente. Sasuke había asumido que se trataba del inminente fin a la libertad de Sakura.
Como corroborando esto, que sus ojos negros le observan sin disimulo.
Sakura era elegante, era más que bonita y siempre se esforzaba por lucir perfecta. Su vestido – de un chiffon en verde pálido– y sus zapatillas, unos tacones tan altos y delgados que su rostro casi llegaba al de él. Ella mostraba en cada evento la clase y porte que se le había inculcado.
Pero detrás de toda esa imagen de perfección Sasuke sabía ella se sentía incomoda.

Como en cada evento, él le había ofrecido su brazo y le había guiado hasta el lugar en que ahora estaban, brindándole un poco de aire y descanso.

Estaban lejos de los ojos siempre presentes en ellos, pero ni esto era suficiente para que lograran relajarse del todo.

Recargados contra el frío mármol, un suspiro dejó sus labios rosas, logrando que, se manera automática, la mirada de él bajara hasta la boca de ella.

—Ella es muy bonita—, Sakura habló como si fuera más un pensamiento que una afirmación. No esperaba que su acompañante le contestara. Sasuke había desviado su mirada. —Nunca he hablado con ella hasta el día de hoy, pero parece ser muy amable—. se refería a la joven que pronto contraería nupcias.

Sakura se quedaba corta con esa descripción. La chica en cuestión tenía una tez muy blanca, cabello oscuro y ojos pálidos. Su complexión era lo que todo hombre buscaba, pero su aura era de alguien suave y dócil. Aunque también miserable.

Sasuke no comentó cosa alguna. Él estaba más ocupado moviendo su vista hasta afuera de esos ventanales. Ocupando su mente en otra cosa, más que en el paralelismo entre ellos y la heredera Hyūga.

En cualquier momento caería la noche y suponía podría irse en unos momentos más. Con sus brazos apoyados en el balcón, dándole la espalada a todo, deseando poder salir de ahí.
Últimamente, las fiestas de compromiso le estaban desquiciando.

—Es una pena—, Sakura continuó ante el silencio de él. —Es una pena, Hinata pudo haber sido una excelente novia para ti.

Por fin tomó su atención, pues Sasuke giró su rostro, mirando al de ella directamente. Levantó una ceja sin querer comprender realmente lo que ella le decía. La joven se explicó:

—Escuché que tú habías sido la primera opción de los Hyūga. Y según escuché, una muy reñida.

Él sólo frunció el ceño. ¿Cómo lo sabía?

Los Hyūga era una familia muy rica, y siempre habían competido con la familia de Sasuke. Como no, si su linaje era igual de antiguo y su fortuna igual de grande. Respeto, seriedad y nobleza, eso eran los Hyūga... pero con tradiciones estrictas y pensamientos cerrados. Esa familia al igual que la de Sasuke tenía raíces de nobleza, pero a diferencia de la familia Uchiha, los Hyūga seguían arraigados a pensamientos antiguos, la sangre pura y origen eran aspectos demasiado exigidos. Nadie era lo suficientemente bueno para esa familia, siempre juzgando, siempre sintiéndose superiores. Y era por eso que ellos se habían contactado con la familia de Sasuke para negociar un matrimonio. Una posible unión que beneficiaría a ambos; La primogénita de la familia Hyūga con alguno de los hijos de la familia principal Uchiha.

Itachi recién había presentado a su novia como prometida, por lo que Sasuke era el único que la prestigiosa y rigurosa familia aceptaría.

De haber tenido libertad y opinión, Sasuke le habría rechazado. Pero no la tuvo.

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PARIS [In the Rain]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora