Capítulo 7

10.6K 946 73
                                    

Hebe

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hebe

—No puedo creer que hayas hecho eso —dije entre risas mientras bajaba mi maleta de la furgoneta.

Maca rodó los ojos y Ale se acercó más hacia la puerta, para escuchar.

—¿Qué hizo? ¿Te besaste con un desconocido? —bromeó y en cuanto vio la cara de Maca, entendió de que hablábamos—. ¿Qué? ¿Y no me contaste?

Me atraganté con una carcajada cuando Maca bufó, exasperada.

—Hebe no creía que lo haría y no podía dejar que creyera eso.

—No me eches la culpa a mí, lo único que dije fue que fueras si te atrevías.

Ella se encogió de hombros.

—Es lo mismo.

Un viento helado hizo encogerme más en mi abrigo y esperé a que mi tía se apresurara en su conversación.

Solo quería darme una ducha caliente y usar mil capas de ropa.

Luego de tanto tiempo entre nieve y lluvia, había olvidado como era estar arropada en el sillón con una taza de té caliente.

Lo necesitaba.

—¿Estaba bueno, aunque sea? —preguntó Ale y vi como mi tía se acercaba a la acerca con su propia maleta.

—Pregúntale a Maca —dije y me despedí de los chicos.

Mi maleta pesaba en mi mano, aun cuando me había procurado de solo llevar lo necesario a nuestro viaje.

No podía entender como Maca se había mostrado tan normal llevando dos maletas y un bolso.

Estaba segura que solo había usado una maleta de ropa en todo nuestro viaje.

—¿Estás lista para unas galletas? Estoy cansada de comer comida preparada por otras personas —dijo mi tía, mientras habría el portón y llevaba su maleta por el sendero.

—Yo no me quejo, aunque prefiero tu comida.

Me dio una mirada por su hombro y rodó sus ojos.

—Bueno, niña aduladora, entremos antes de congelarnos.

Me reí y esperé a que desbloqueara la puerta, para entrar. En cuanto cerré la puerta a mis espaldas, una sensación de calidez me embargó.

Por primera vez, desde que mis padres murieron, que me sentí en casa.

Era un sentimiento tan raro pero al mismo tiempo tan agradable.

No sabía cómo había vivido sin el por tanto tiempo.

Supongo que no me había dado cuenta de lo que había perdido hasta que lo tuve conmigo nuevamente.

Subí mi maleta a mi habitación y cuando pasé por el umbral, me quedé unos segundos viendo todo.

Sentirse Completo (#2 Sentirse Viva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora