Jueves. 15:25. Mostrador principal de Starbucks. Brooklyn.
Doy vueltas sobre mi mismo una calle mas allá de Starbucks. Dios, debe pensar que soy un idiota. O que me ha asustado. ¡O que no me gusta! No puedo dejar que piense eso. Pero seguro que lo piensa después de no aparecer en una semana justo cuando va y me besa. Dios, he soñado con ese beso todas las noches desde ese día.
Suspiro y me armo de valor, cerrando los ojos y caminando hasta la entrada, mas nervioso todavía al ver que hay poca gente. No se si eso realmente me beneficia o me perjudica. Seguramente tenga mas tiempo de hablar con Alec... pero si está enfadado casi mejor que no tengamos ese tiempo.
Sin embargo todas mis ansias y preocupaciones se van al traste cuando me percato de que no conozco a la chica que hay al otro lado del mostrador. Desde luego no se trata de Alexander. Recibo mi café como si fuese un robot, aun algo paralizado por el hecho de que no esté allí. Adorno mi café en la barra del azúcar y doy un rápido vistazo a toda la cafetería, pero ni rastro. ¿Donde estás, Alec?
Tras veinte minutos de espera me doy por vencido, dándole un último sorbo a mi café ya frío, tirando el vaso a una de las papeleras del interior de la cafetería, saliendo por la puerta justo a tiempo para darme de bruces contra alguien que definitivamente no miraba por donde iba. Mi trasero cae directo al suelo, enviando un latigazo de dolor a todo mi cuerpo. -Oh dios, perdona perdona perdona, no miraba... perdona...voy tarde a trabajar y...¿Magnus? - Elevo la mirada, el dolor desaparecido de golpe.
Río levemente al ver su cara de preocupación, aceptando su mano para levantarme. -Lo siento, ¿estás bien? - Asiento, sacudiéndome el pantalón con las manos para quitar cualquier resto de suciedad que pueda haberme quedado. No me da tiempo a abrir la boca cuando su cara de alivio cambia de nuevo a una de preocupación extrema. -¡Llego tarde! De verdad que lo siento...-Me esquiva y entra rápido en la cafetería, la puerta cerrándose con un golpe tras él. Cierro la boca, con las palabras amontonadas en la lengua, viendo como vuelve a abrirse y su cabeza asoma. -¡Te debo un café!
Río mientras niego con la cabeza, caminando de vuelta a mi coche con la sonrisa imborrable en mis labios. Al menos tengo excusa para volver a verle.
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Ten things about you - MALEC
FanficNo podía parar de mirarlo. Cada tarde, después de las clases, pasaba a por café y perdía las horas observándolo. Pero se acabó. Había llegado la hora de actuar. Serie de pequeños drabbles. MALEC.